Capítulo 11

59 7 0
                                        

Edryan

Era hoy

Hoy me obligarían a interactuar con la gente más hipócrita y orgullosa del mundo. Después de evitarlo por tanto tiempo hoy volvería a ser el centro de atención de una de sus criticas en sus famosas reuniones. Tanta gente en un mismo lugar me agota mentalmente solo de pensarlo y no me puedo permitir analizarlo más de dos segundos porque fácilmente nunca llegaría a ese lugar. Hoy es 31 de diciembre lo que significa que hoy cumplo mis 28 años. Por desgracia para mi al confligir con fin de año siempre hay una fiesta para ello. Increíble que hasta el día de mi supuesto nacimiento ni siquiera se trate de mí. Cada vez que llega este día sufro con mi vida, ver y escuchar felicitaciones vacías juntadas con amenazas eliminan la poca batería social que había alcanzado a recaudar en todo el año.

Terminando de colocarme el saco de mi traje negro azabache Luca entra por la puerta de mi habitación. Se acerca a mi cama y se tira boca abajo como si se tratara de pertenencia suya.

- ¿Ya te embriagaste tan temprano? – pregunto mirándolo desde el reflejo de mi espejo

- Hay mucha gente allá fuera y ni una de esas personas es una belleza tropical con piernas largas – contesta con la almohada opacando su voz – Creo que te casaran con las doñas reinas del chisme porque no hay ni una chica de tu tipo

- ¿Y que sabes tu cual es mi tipo? – le pregunto irónico

- Calladas, sumisas, sin lengua, no soportas que te estén jodiendo todo el día – responde haciéndome resoplar

- Ese no es mi tipo y además ¿por qué hablamos de esto? No me voy a casar – reintegro

- Eso lo veremos – me dice mientras se levanta de mi cama y se dirige hacia la puerta de color negro con un tamaño algo extravagante. Luca al tomar la cerradura se voltea para mirarme y dice:

- ¿Piensas bajar o te tengo que presentar? – pregunta haciendo que yo me heche un ultimo vistazo en el espejo y suspire. No quiero bajar.

Salgo de mi pequeño trance y procedo a seguir a mi amigo hacia la fiesta, entre más pasos doy más me arrepiento de estar en esta situación. Llego al salón de mi casa para actividades como esta y solo me dan ganas de huir y no volver. No cabe una persona más en este lugar.

¡Jesús!

En cuestión de segundos Luca desaparece de mi lado y puedo ver el porqué, acaban de entrar a la fiesta un grupo de chicas morenas con trajes reveladores. Sí, justo como le gustan a él. Desviando la mirada de mi amigo el busca ligues me enfoco en mirar cada esquina y fijarme en la decoración negra y plateada que predomina en toda la estancia. Muchas copas de champaña son servidas y muchas personas adineradas presumiendo lo que tienen y hasta lo que no. Cuando me decido adentrarme a ellos para dejarme ver mi padre aparece a mi lado acompañado de un hombre viejo pero lleno de oro hasta los dientes. Ricardo Coppola el único e irremplazable líder de la mafia italiana.

- Muchacho, felicidades – me felicita pronunciando de más la palabra muchacho mientras me saluda con la mano

- Sr. Coppola un gusto, aunque me gusta que me llamen Sr. Genovese y no "muchacho" – le digo lanzando una mirada que refleja el odio del todo el mundo mientras le respondo el saludo

- Tonterías muchacho a penas y ya saliste de los pañales – se atreve burlarse en mi propia cara

- Y tu estas a punto de volver a ellos – le corto la risa patética que alarmaba a todos los invitados haciendo que me viera de una forma despreciable como si fuera un maldito insecto

- Perdón – carraspea mi padre tratando de librar el momento incómodo – Creo que hay diferencias muy notables, pero por favor... déjense de idioteces y hablemos de negocios – y ahí está en mi supuesta fiesta de cumpleaños quiere hablar de negocios

- ¿Hacer negocios yo? ¿con este niñato? No me jodas Stuart – se opone el viejo haciendo que dibuje una sonrisa en mi rostro. Me encanta cuando me subestiman así les callo la boca con gusto y los hago tragar sus palabras una por una

- Ya lleva meses con el puesto de líder, es momento de que ya tenga control de todo hasta de los negocios exteriores - le avisa Stuart a lo que me hace hablar – Al menos que tengas miedo de que averigüe una traición tuya y me quede con todo tu imperio ¿no Coppola? – lo amenazo con un toque de burla haciendo que su rostro se torne rojo y tenga ganas de pegarme un puñetazo

- Eso depende, niño, cuando salgas de la escuela y aprendas hacer un adulto haremos los negocios que tantos quieres hacer – dice mientras se retira de nuestro lado. Idiota

- El no será el único con ese pensar ¿Lo sabes? – me cuestiona papá

- ¿Y tu lo sabías cuando decidiste dejarme con todo? – le respondo

- Claro que sí, porque te creía capaz – y ahí vamos destrozándome el orgullo y la poca humanidad que me queda – Si aceptas casarte ya nos evitaríamos muchos problemas. Una esposa no solo es eso, una esposa es un símbolo de madurez y de aseguranza que el liderazgo durara otros 100 años más. Nadie aquí está casado con amor si eso es lo que crees. Todos sabían cual era el verdadero significado ahora te toca a ti hacer lo mismo si quieres que te traten como un igual – es lo ultimo que dice mientras toma una copa de champaña y se larga dejándome con un mal sabor en la boca.

Ignoro cualquier sentimiento no deseado y me enfoco en hacerme conocer a las personas que claramente no les intereso pero que quizás después de esta noche eso cambie y espero que si porque si no voy a odiar mi vida más aún.

Intravenous Donde viven las historias. Descúbrelo ahora