Capítulo 26: Una Chica de cabello Azul.

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Y se acabó el tiempo libre...

Subaru: Esto va a ser una molestia. Deberíamos haberlo rechazado.

Todo ocurrió debido a una simple petición de los aldeanos. Querían que hiciéramos algo con los monstruos que había alrededor de la aldea.

El cadáver putrefacto del dragón zombi habia contaminado gravemente las montañas circundantes. Una vez que nos encargamos de ese problema, los monstruos que habían estado prosperando en las montañas contaminadas pusieron su mira en la aldea. La idea consistía en que, cuando los monstruos se dieran cuenta de que la aldea era un lugar peligroso para ellos, sencillamente se mantendrían alejados. Así que los aldeanos nos contrataron como guardias temporales para mantener a los monstruos a raya y que fueran conscientes de la amenaza que planteaba la aldea.

Sinceramente quise rechazar el trabajo, pero habían hecho tanto por nosotros que terminé aceptando por mi casi sepultado sentido de la obligación. Considerando todo lo que estaban haciendo para ayudar a Raphtalia con su enfermedad, sencillamente no podíamos dejarlos a su suerte, por tanto nos dirigimos de nuevo hacia las montañas.

Subaru: Oh bueno, terminemos con esto de una vez...

Pasado un tiempo, de repente una enorme libélula voló hacia mí, blandiendo su aguijón. Pero rebotó en mi rostro al hacer contacto de forma inefectiva.

Raphtalia: Subaru-sama ¿Estás bien?

Ella cortó a una mosca venenosa por la mitad y se giró hacia mí.

Subaru: Sin problema.

Raphtalia: Perfecto, por favor. Te dejo la defensa a ti.

Subaru: Lo sé.

Me dio un poco de gracia verla cambiar rápidamente de preocupación a centrarse en continuar luchando. Supongo que solo ella logra eso...

Filo: ¡Guah!

Mientras tanto Filo se precipitó hacia el árbol venenoso que se aproximaba, echó su cuerpo hacia atrás y entonces dio rienda suelta a un furioso bombardeo de patadas.

Raphtalia: Parece que ya casi hemos terminado aquí, Subaru-sama.

Filo: ¡Pero yo quiero seguir peleando!

Una vez que empezamos a luchar, el plan dio sus frutos en tan sólo una hora. La mayoría de los monstruos huyeron a las montañas y aprendieron a mantener las distancias con la aldea.

Subaru: ¿Estás bien, Raphtalia?

Se movía más despacio de lo normal por culpa de la maldición, y... Ésta parecía ser bastante poderosa. Me seguía invadiendo ese pensamiento...

He examinado un poco el Escudo de la Ira, solo he visto un poco de pasos a seguir para ciertas habilidades y poco más... Me dio curiosidad y le dedique algo de tiempo cuando fuimos a descansar.

Raphtalia: Si te refieres a mis heridas, en realidad no están tan mal, Subaru-sama.

Ella sonrió, tratando de transmitirme que se encontraba bien, a pesar de que obviamente no era nada para tomarse a la ligera...

Subaru: Bien...

Acepté a regañadientes su gesto, también apreciaba que se preocuparan por mi de vez en cuando.

Raphtalia: Jeh, jeh... Es bastante agradable el hecho de que estás preocupado por mí.

O tal vez lo hacía por ella misma...

Subaru: ...Ya, de verdad que lo siento.

Raphtalia: Promete que no volverás a decir eso.

Sonrió para indicar que no le importaba, pero eso sólo me hizo sentir aún más culpable. De verdad ¿Qué estoy haciendo...? Aveces también me pongo a pensar acerca de lo que me dijo...

Subaru el Héroe del Escudo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora