Subaru el Héroe del Escudo.

Capítulo 16: Patear y correr.

Al día siguiente después de despertar lo primero que hize fue ir al establo.

Filo: ¡Gaah!

Cuando Filo nos vio, grito de felicidad y corrió a saludarnos

Subaru: ¿Terminaste ya de crecer?

Parecía más alto que ayer, ahora era blanco con tan solo unas pocas partes rosas por su cuerpo.

Raphtalia: ¿Tienes hambre?

Filo: ¿Gah?

Después de desayunar me puse a discutir los planes que tenía preparados para el día de hoy.

Todos los aldeanos estaban muy ocupados, hacían demasiado ruido al estar reparando la aldea.

Filo: Gaah...

Una carreta avanzaba por el camino llena de materiales para la reparación, Filo la miro como si estuviera deseando tirar de ella, que animal más extraño...

Subaru: ¿Quieres tirar de esa cosa?

Raphtalia: Apuesto a que si.

???: ¿Que ocurre, Héroe?

Raphtalia y yo estábamos conversando, y cuando un aldeano nos vio señalando al carro, se detuvo y nos preguntó qué sucedía.

Subaru: ...Mi filolial está observando este carro fijamente, así que me preguntaba si quiere tirar de él o algo.

???: Si, los filolials son muy instintivos en ese aspecto.

El aldeano asintió y miró hacia Filo.

???: Todos estamos muy ocupados con la reparación, pero aun así necesitamos toda la ayuda que podamos conseguir. Héroe, si prometemos darle un carro, ¿Cree que podría ayudarnos?

Subaru: Umm...

No es una mala idea. Y ya que ahora contamos con un monstruo útil, tiene sentido ponerlo a trabajar. Si todo va bien, podríamos dedicar nuestro propio tiempo de viaje a hacer otras cosas.

Subaru: ¿Qué es lo que exactamente necesitas de nosotros?

???: Uhm... Están cortando troncos para hacer tablas en un bosque cercano. ¿Cree que podría ayudar trayendo la madera hasta la aldea?

Subaru: El bosque, eh...

Ahora que lo pienso, todavía no he visitado ese bosque.

Subaru: Podría llevarnos un tiempo, supongo que no habrá ningún problema.

???: Claro...

Estaba cerrando el acuerdo con el ahora nervioso hombre cuando vi a varias personas que reconocí ajenas a la aldea. Estaban en un grupo, y venían corriendo hacia nosotros en un carro tirado por un dragón caballero. El líder llevaba una cota de malla que formaba parte de una deslumbrante armadura de plata. Tenia una lanza bastante llamativa.

Efectivamente. Eran El Costal de Boxeo y la Zorra. Bajaron del carro.

Myne: ¡Eh! ¡Aldeanos, reunanse todos, ¿Me escuchan?!

Los aldeanos se encontraban ocupados, pero dejaron su trabajo y empezaron a caminar en dirección a los intrusos. Entonces la Zorra desenrolló un gran pergamino y comenzó a dar un discurso.

Myne: ¡Ciudadanos! En reconocimiento por su gloriosa victoria en la última ola de la destrucción, el Rey ha nombrado a este hombre, Motoyasu Kitamura, gobernador de este territorio.

¿Qué? ¿Un gobernador...? ¿A este inútil?

El mencionado, completamente ignorante de sus alrededores comenzó a hablar.