Capítulo 33: Acuerdos de Responsabilidad.

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Raphtalia: Subaru-sama, ¿No crees que deberías haber hablado con ella?

Subaru: Eso es fácil de decir, pero piénsalo bien. Es la hija de la Basura y la hermana de la Zorra. No es fácil imaginármela como una persona razonable.

Raphtalia: Bueno, eso es cierto... Pero ella nos ayudó una vez. Y antes de eso fue nuestra compañera de viaje durante un tiempo.

Si, Raphtalia tiene razón en eso también. Pero, aún así, probablemente fue una estrategia para robarnos a Filo. Si la hubiésemos dejado seguir hablando, seguramente nos la habría confiscado. Filo ya estaba muy encariñada con ella.

Subaru: Está bien, está bien. Si nos persigue, escucharé lo que tenga que decir.

Raphtalia: Me alegra que seas razonable Subaru-sama... Es amiga de Filo, después de todo.

Filo: ¡Mel es buena!

Subaru: Sí, sí. Ya entendí.

Raphtalia: Entonces... Vamos a vender cosas por el camino, ¿Verdad?

Subaru: Sí. Quiero decir, tenemos que pagar el viaje y todo nuestro equipamiento, sin mencionar el apetito de Filo.

Filo nos ayudaría a llegar, pero tendríamos que mantener su estómago lleno si queríamos conservar el ritmo, y eso nos costaría mucho dinero. Le dejaría comerse los monstruos que nos encontráramos, y aún así eso no sería suficiente para cubrir toda su dieta. No sabía dónde se iba todo el dinero, pero sí que teníamos que ahorrar algo mientras tuviésemos la oportunidad. Solo podríamos establecer la tienda en las aldeas y ciudades en las que nos alojásemos.

Subaru: ¿Hm?

En una de las esquinas traseras del carruaje se encontraba una gran bolsa que nunca había visto. Preguntándome qué era, la abrí y encontré una carta mezclada entre el montón de artículos.

-Querido Chico-

–Me daba demasiada vergüenza darte esto directamente. Decidí hacerles algunas herramientas que pensé que podrían serles útiles. Usenlas como quieran–

El viejo de la tienda de armas... Es demasiado considerado. Estiré el brazo hacia el objeto que estaba más arriba. Una espada larga. Era igual que la espada que Raphtalia había estado usando, la que se rompió. El viejo debió habernos examinado detenidamente y se daría cuenta de que le faltaba; Era muy observador.

Subaru: Raphtalia.

Raphtalia: ¿Sí? ¿Pasa algo?

Subaru: El viejo te ha hecho un regalo.

Raphtalia: ¡V-Vaya! Pero si esto vale una pequeña fortuna. No sé qué decir...

Raphtalia aceptó la espada, con los ojos llenándose de lágrimas. Ese tipo realmente parecía preocuparse por nosotros.

Raphtalia: ¿Qué más hay?

La bolsa estaba llena de cosas, y todas ellas llevaban etiquetas con nuestros nombres. La carta también incluía descripciones cortas sobre los artículos. Por la letra, debió haberse apresurado a escribirlo todo.

Así que el primero era para mí. Era un artículo para la joya de mi escudo. Iba colocada sobre la joya, y era como una cubierta de algún tipo. Según su nota, me ayudaría a buscar información sobre el escudo.

Bueno, cualquier cosa que lo hiciese más fácil entender sería bien recibida, en mi opinión. Encajó sin problemas sobre la joya.

El siguiente era para Raphtalia. Era otra espada corta. ¿Pero por qué? Se la di a ella.

Subaru el Héroe del Escudo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora