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El lápiz recorría el papel con agilidad, haciendo líneas finas y delicadas que poco a poco dibujaban la figura de un chico alto, de sonrisa radiante y orbes brillantes. Renjun miró de nuevo a su modelo, que estaba distraído hablando con sus amigos, y continuó dibujando en su cuaderno. Alternaba entre terminar el retrato entero de Jaemin y hacer pequeños dibujos de estudio de sus ojos, labios, nariz... Nunca se cansaría de admirar al chico, y dibujarlo podría convertirse en su pasatiempo favorito. No le importaba que estuviera moviéndose constantemente, gesticulando y hablando con los demás; de hecho, prefería plasmarlo así en el papel, reluciente y feliz.

Jaemin estaba con la cabeza apoyada en el hombro de Mark mientras ambos reían por la mala partida de Smash Bros Brawl que estaba jugando Chenle y Jisung, que habían acordado escoger los dos al mismo personaje, Olimar. Ambos estaban a punto de perder la cabeza por lo horrible que era para pelear, mientras Donghyuck y Jeno comentaban cada dos por tres lo lindos que eran los bichitos que seguían a Olimar.

Cuando la partida terminó y Jaemin se movió de su posición para jugar la siguiente ronda, Renjun se dio cuenta de que había dejado de mover el lápiz hacía un buen rato, para dedicarse en su lugar a apreciar a sus amigos.

— Jun, ¿quieres jugar? — la voz de su novio, que le miraba con una sonrisa maliciosa, lo sacó por completo de su ensimismamiento. — Prometo no darte una paliza terrible. — Renjun simplemente alzó una ceja ante el comentario. Era malo pero nunca lo admitiría en voz alta, así que sólo negó con la cabeza.

— Sé que tienes muchas ganas de que te gane, pero tengo que terminar el boceto. — porque realmente se había pasado más tiempo adorando la belleza de Jaemin que dibujándolo.

Entonces la nueva partida terminó siendo entre Donghyuck y Jaemin, mientras los demás se reacomodaban por la sala de estar. Chenle se colocó en el sofá, cerca del sillón en el que estaba Renjun, y se asomó a su cuaderno intentando ver un poquito de lo que trazaba en él.

— ¿También me dibujarás a mí? — preguntó en chino el menor. — Cuando termines de hacer mil retratos de tu Romeo, claro. — Renjun hizo el amago de golpearlo con el cuaderno mientras Chenle se reía, llamando la atención de Mark y Jisung. Para suerte de Renjun ninguno hablaba chino lo suficientemente bien como para entenderlos cuando tenían sus conversaciones "privadas".

— Si no te mueves demasiado, sí. — dijo pasando un par de hojas del sketchbook. — Y no estoy haciendo mil retratos de él, sólo un par de garabatos y el boceto que voy a presentar.

Chenle se limitó a mirarle con diversión y se quedó todo lo quieto que pudo mientras atendía al resto de sus amigos para dejar que Renjun hiciera su magia con el lapicero. De vez en cuando miraba al mayor, en parte para cotillear lo que hacía, en parte para darle mejor referencia de su rostro.

Aun así, Renjun agradecía enormemente que su foco de atención tuviera que estar en Chenle, porque así no veía cómo Jaemin estaba ahora sentado al lado de Jeno, acurrucado a su costado, mientras el rubio apoyaba su cabeza sobre la del menor y lo rodeaba con uno de sus brazos.






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La habitación de Yangyang era para Renjun un lugar seguro, donde podía ser él mismo sin preocupaciones y sentir sus mejillas doler por sonreír tanto. Incluso cuando estaban en China, Renjun adoraba pasar el tiempo en la habitación de Yangyang, jugando y viendo dibujos animados juntos.

Aunque ahora, en vez de reírse, tenía que estar regañando al menor para que se tomase en serio el trabajo de modelo. Con un suspiro dejó el lápiz sobre el sketchbook un momento.

— Yangyang, ya te he dicho que actúes natural, — miró la pantalla del ordenador del chico para averiguar qué le hacía sonreír tan embobado, pero sólo consiguió ver a su personaje del LoL siendo asesinado. — y sonreír cuando pierdes no es lo normal en ti.

— No sonrío por eso. — Renjun frunció el ceño con curiosidad, mientras Yangyang continuaba con la partida como si nada.

— ¿Entonces? ¿Qué es tan gracioso?

— Que sacas la lengua cuando te concentras dibujando, — se acercó al rostro del mayor con una sonrisa socarrona. — es adorable.

Y las mejillas de Renjun se tiñeron de rojo -por enfado o por vergüenza, eso no le impotaba- y golpeó sin fuerza el brazo del menor con su cuaderno.

— ¡Fíjate en el juego, no en mí! — Renjun resopló y tomó de nuevo el lápiz para continuar detallando el dibujo de Yangyang, quien parecía haber vuelto a centrar su atención en la partida.

"Parecía", porque en realidad estaba abandonando por completo a su equipo y estaban perdiendo estrepitosamente, mientras él prefería mirar con disimulo la expresión de concentración tan tierna que ponía el mayor al dibujar. No era su culpa, era culpa de Renjun por ser tan adorable ante sus ojos.




Después de una hora y media más de juego y dibujo, ambos amigos decidieron pedir algo simple para cenar y descansar por fin.

Renjun se estaba acomodando en la cama de Yangyang cuando el menor apareció por la puerta, quitándose la sudadera para quedar sólo con su pijama. En cuanto Yangyang se tumbó en la cama, arropó a ambos y envolvió a Renjun en un suave y cálido abrazo, acariciando lentamente su espalda.

El mayor cerró los ojos satisfecho y dejó que el familiar sentimiento de estar protegido en los brazos de Yangyang lo llenase por completo. Quería agradecerle tantas cosas al menor que no sabía por dónde empezar y, por eso, prefirió mantener el cómodo silencio y dejarse llevar por el sueño entre los brazos de Yangyang.














do mi ti - renmin/renyangDonde viven las historias. Descúbrelo ahora