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Era un jueves cualquiera. Todos estaban juntos en la cafetería, teniendo conversaciones sobre cualquier cosa que los distrajera de los estudios durante el almuerzo. En aquel momento estaban debatiendo sobre qué saga de películas podrían ver todos juntos. Mark defendía la saga de Spiderman, mientras que Jisung prefería Harry Potter. Todos estaban charlando animadamente, a excepción de Jaemin y Renjun, quienes sólo aportaban pequeños comentarios y leves risas ante las gracias de sus amigos.

Jaemin no había hablado aún con Renjun y Renjun todavía no le había contado a nadie sobre sus sentimientos encontrados. Sin embargo, parecía todo normal, estaban uno junto al otro, dándose suaves toques disimulados de vez en cuando mientras comían.

A pesar de estar hechos un lío, no permitirían que su relación afectase a sus amigos.

— ¿Alguno va a participar en el festival de cultura la semana que viene? — preguntó de repente Donghyuck, cortando el tema anterior.

— Yo bailaré otra vez. — dijo con entusiasmo Jisung.

— Y yo tocaré una canción nueva que compuse. — añadió Jeno sonriendo con su característica sonrisa.

— Supongo que tendréis que estar en la uni antes de que empiece el festival, ¿no? — ambos chicos asintieron al unísono. — Entonces, podemos quedar los demás más tarde e ir a veros.

Todos estuvieron de acuerdo en seguida y concertaron un lugar y una hora para verse, mientras Jeno y Jisung decidieron quedar por su cuenta para llegar también juntos al festival.

Después de decidir todo, Jeno y Jaemin se levantaron de la mesa para ir a por más comida al mostrador de la cafetería. Renjun se dio cuenta de que Jaemin se había dejado su cartera en la mesa, así que también se marchó para dársela al menor.

Grave error.

Cuando estuvo más cerca de la fila vio a ambos chicos riendo con amplias sonrisas en sus rostros. Estaban uno al lado del otro, sus hombros rozándose con cada ligero movimiento que hacían y podía incluso distinguir un suave sonrojo en las mejillas de ambos. No era una escena extraña para Renjun, los había visto así más de una vez. Lo que de verdad le dolió fue escuchar la conversación de dos alumnas que estaban cerca observando la escena como él.

— Jaemin y Jeno hacen una pareja adorable, espero que duren mucho. — dijo una de las chicas sonriendo con ternura.

— Ojalá, pero no son novios. — la primera chica miró a su amiga con los ojos abiertos como platos.

— ¿En serio? — la segunda chica asintió. — No puede ser, me estás tomando el pelo.

— Te lo prometo, Jaemin está con Renjun.

— Vaya... siempre había pensado que estaba saliendo con Jeno. — dijo con un puchero en sus labios y su conversación terminó ahí.

Pero el dolor de Renjun permaneció durante el resto del día.

Sabía que Jaemin y Jeno eran mejores amigos, que eran muy cercanos, pero eso nunca hizo que pusiera en duda su relación porque confiaba en Jaemin. Sabía que Jaemin lo veía como su novio. Pero nunca se había parado a pensar en cómo los veía el resto del mundo.

Si esa chica pensaba que Jaemin y Jeno eran novios, significa que a él siempre lo consideró un buen amigo de Jaemin.

Que Jaemin actuase como el novio de Jeno ya no le molestaba demasiado, porque se había acostumbrado, pero que la gente lo viese como el novio de Jeno sí. ¿Él no parecía buen novio para Jaemin?

— ¿Renjun?

La voz de Jeno lo sacó de su ensimismamiento y, al apartar la mirada del lugar donde habían estado hablando las dos muchachas, se encontró con Jaemin y Jeno llevando la comida que acababan de comprar.

— Ehm... Venía a traerte la cartera, Nana, pero me distraje, perdón. — mintió rápidamente y Jaemin sonrió tomando su cartera para guardarla en uno de sus bolsillos después de agradecerle.












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Otra vez, Renjun y Jaemin se encontraban en la habitación del menor, tumbados sobre su cama uno encima del otro. Jaemin acariciaba la espalda del pelinegro con una mano mientras con la otra miraba de vez en cuando su móvil, disfrutando del cómodo silencio entre ellos.

Por otra parte, Renjun, a pesar de estar físicamente allí, se encontraba hundido en sus pensamientos. Concretamente en el recuerdo de Jeno y Jaemin siendo vistos como novios por todo el mundo.

Verlos actuar tan acaramelados había dejado de dolerle hace mucho tiempo, un poquito al menos, sin embargo, saber que otras personas los veían como pareja y no sabían que el novio real de Jaemin era él dolía demasiado, mucho más de lo que podía soportar.

¿Es que ellos no parecían una pareja preciosa? ¿No hacían cosas de novios en público? ¿No parecía que se amasen? ¿No parecía que Jaemin lo amase?

Renjun sabía en lo que se estaba metiendo cuando Jaemin aceptó salir con él. Sabía perfectamente sobre los sentimientos del menor hacia Jeno, fue él quien estuvo a su lado cuando Jaemin lloraba porque nunca podrían estar juntos. Aun así, le confesó sus sentimientos a Jaemin y le pidió una oportunidad para hacerlo sentir amado.

Y en eso no falló, desde luego. No hubo ni un día en el que Renjun no le recordase a Jaemin lo bonito que se veía o lo orgulloso que estaba de él o lo bien que se le daba la fotografía o lo mucho que le gustaba pasar tiempo con él. Siempre estaba ahí para amar y animar al menor.

Por supuesto, Renjun también recibía muchísimo amor por parte de Jaemin. El chico era dulce, detallista y cariñoso, no se había olvidado nunca de su aniversario o de su cumpleaños -incluso recordaba el cumpleaños de sus padres-. Jaemin siempre había sido el novio ideal, pero nunca podría amarlo de la misma manera en que amaba a Jeno. Y eso dolía.

— ¿Nana? — el mayor miró a Jaemin apoyando el mentón en su pecho.

— ¿Mhm?

— ¿Me quieres? — preguntó repentinamente Renjun provocando que los ojos de Jaemin, hasta ahora cerrados para descansar del móvil, se abrieran mientras fruncía el ceño confuso.

— Claro que sí, Ren, ¿por qué preguntas? — el castaño acarició los mechones negros de su novio, quien le miraba casi inexpresivo.

"Casi" porque había algo en sus ojos que no quería terminar de descifrar.

— ¿Cuánto? — las caricias en su cabello se detuvieron de inmediato.

— Renjun, ¿a qué viene todo esto ahora?

— He dicho que cuánto me quieres.

La mirada de Jaemin se suavizó en ese momento y se sentó en el colchón, manteniendo a Renjun en su regazo para abrazarle firmemente. Metió una de sus manos por debajo de la camiseta que llevaba el mayor -que en realidad era de Jaemin- y acarició su piel con delicadeza, como si Renjun fuera un frágil muñeco de porcelana y el menor temiera romperlo más de lo que ya estaba.

— Te quiero mucho, Jun, y eso es todo lo que necesitas saber. — susurró mientras con su mano libre acercaba la cabeza del pelinegro a su hombro, intentando protegerlo de todo, sobre todo de sí mismo. — Nunca lo olvides, por favor.

— Yo a ti también, Nana.

En seguida fueron audibles los sollozos de Renjun, amortiguados por el hombro del menor. Se prometió nunca llorar frente a Jaemin, al menos no por el tema que lo atormentaba desde que comenzaron a salir, pero no pudo. Todo lo que había visto aquel día era demasiado y su corazón ya no sabía si podría seguir así por mucho más tiempo, así que terminó por romperse frente a él.

Jaemin se mantuvo cerca durante toda la noche, incluso cuando Renjun se quedó dormido después de llorar, no se separó de su lado. Y ese fue su momento para pensar de nuevo en la conversación que tuvo con Jisung y decidir qué era lo correcto.

































do mi ti - renmin/renyangDonde viven las historias. Descúbrelo ahora