Chenle estaba en su habitación, mirando su teléfono sin nada más que hacer. Habían comenzado las vacaciones de verano, aunque el clima había decidido no estar por la labor. Aquel día había quedado con Jisung después de mucho tiempo sin estar a solas con el menor, pero una tormenta había comenzado hacía apenas una hora, impidiéndole siquiera salir de casa.
Las cosas con Jisung parecían ir a mejor. Poco a poco, tras su fracasada confesión, pudieron volver a hablar en clase cuando era necesario. Después, comenzaron a compartir el mismo espacio de nuevo cuando sus amigos quedaban, incluso intercambiaban pequeñas frases entre ellos. Y ahora por fin iban a quedar los dos a solas, pero el universo decidió estar en su contra.
Chenle desearía no haberse confesado nunca. Creía que todo estaría mejor en aquel momento si se hubiera callado, si hubiera fingido que no pasaba nada. Sin embargo, no pudo evitarlo.
Cada vez que veía al menor quería decirle lo bonito que era, lo preciosos que eran sus ojos o lo feliz que le hacía ver su sonrisa. Quería decirle que se fijaba en los detalles, como que abría los ojos más de la cuenta cuando una comida le gustaba mucho o que le encantaba que jugasen con su pelo hasta que se quedase dormido. Quería seguir compartiendo buenos y malos momentos con Jisung, pero ahora parecía que no compartirían nada.
Un suspiro abandonó sus labios y, justo cuando se levantó de la cama, sonó el timbre de la puerta de su apartamento. Extrañado se dirigió hacia la puerta, pensando en quién podría presentarse en su casa con la fuerte lluvia que había fuera. "Quizá un vecino" pensó mientras arreglaba los mechones rebeldes que no se había esforzado en peinar. Sin darle más importancia, abrió la puerta esperando a la señora que vivía en el apartamento de al lado pidiendo sal o algo por el estilo.
— Hola...
Chenle nunca había abierto tanto los ojos en su vida. La persona no se parecía a su vecina, ni su voz era la de su vecina, sino a la de Jisung. Era Jisung quien estaba en su puerta, empapado de pies a cabeza y tiritando.
Se quedó estático, sujetando la puerta con una mano y apretando el borde de su camiseta con la otra. Tardó unos largos segundos en reaccionar: Jisung estaba ahí, mojado y temblando de frío.
— ¿Qué haces aquí? ¿Por qué no llevas paraguas? ¿En qué estabas- — el mayor dejó de hablar abruptamente y cerró los ojos para contar hasta tres en un intento de tranquilizarse. — Pasa y dúchate, te dejaré algo de ropa. — se apartó de la puerta para permitir que Jisung, cabizbajo y sonrojado, entrase a su hogar, recibiendo a cambio un diminuto "gracias". — Voy a preparar café caliente.
En absoluto silencio, cada uno se dirigió hacia una habitación. Jisung se adentró al baño y esperó a que Chenle volviera con una muda de ropa limpia, mientras que el mayor fue a su cuarto para buscar algo que dejarle al chico. El corazón de Chenle se detuvo un microsegundo al ver algunas prendas que pertenecían a Jisung todavía allí.
No era algo extraño; después de tanto tiempo siendo amigos y tantas veces que se quedaron a dormir uno en la casa del otro, era normal que dejasen su ropa allí. Incluso tenía el cepillo de dientes de Jisung aún en su baño. Aun así, nunca se había detenido a pensar en ello, y el hecho de que Jisung no hubiera pedido sus cosas de vuelta le daban una pequeña esperanza de mantener a flote su amistad. Negando con la cabeza para sacar todos sus pensamientos, tomó lo primero que vio y regresó rápidamente al baño
— Aquí tienes. — Chenle dejó todo sobre el lavabo bajo la intensa mirada de Jisung. — Las toallas las tienes en ese armario.
— Lo sé. — susurró el menor apartando la mirada cuando Chenle volvió a mirarle. — Gracias, Chenle.
El chico simplemente sonrió y salió a toda prisa del baño, cerrando la puerta tras de sí para apoyarse contra ella. Sentía que se le saldría el corazón del pecho en cualquier momento, pero su cerebro era muy lento para siquiera procesar todo lo que estaba pasando. No entendía por qué Jisung estaba allí, por qué había decidido cruzar una tormenta para llegar hasta su casa, por qué no había esperado a otro día como Chenle tenía pensado hacer. El mayor incluso le había enviado un par de mensajes cuando se dio cuenta de que la lluvia no iba a amainar para preguntarle si quería posponer su quedada. Jisung ni siquiera los había leído, así que asumía que ya había salido de su casa cuando los envió y la fuerte tormenta no le dejaba sacar su móvil y pararse a leer un par de mensajes. Quizá ni siquiera había notado su móvil vibrando en el bolsillo.
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do mi ti - renmin/renyang
FanfictionRenjun y Jaemin llevan tres años siendo los novios perfectos ante los ojos de los demás. Sin embargo, Renjun siempre añoró algo en su relación: que Jaemin le viese con los mismos ojos con los que miraba a su mejor amigo Jeno. ★ angst ★ mención de ot...