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Renjun sujetaba con nervios sus bocetos, mirándolos intermitentemente mientras esperaba a su turno para entregarlos. En parte agradecía las clases en las que tenían que entregar algo porque perdían una hora, pero le revolvía el estómago pensar que estaría unos diez minutos escuchando a su profesora criticando -para bien o para mal- su trabajo.

— Huang Renjun.

Con piernas trémulas se levantó de su sitio para dirigirse a la mesa de la profe, dejando su sketchbook frente a ella. Tomó asiento en la silla que había colocada al lado de su profesora y jugó ansioso con sus dedos mientras veía como pasaba las hojas con mirada crítica.

No sabía si el hecho de que observase sus dibujos más tiempo del que utilizó con sus compañeros era algo bueno o malo, pero desde luego no le tranquilizaba. Renjun no solía ser inseguro de sus dibujos, excepto a la hora de dibujar a sus amigos. Quería que fueran perfectos, que reflejasen de verdad lo hermosos que eran ante sus ojos, incluso si eran sólo los bocetos y no el producto final.

— Están muy bien, Renjun, — la voz de su profesora, que se había quitado las gafas al terminar de examinar su trabajo, le sacó de su ensimismamiento. — pero me gustaría robarte cinco minutos cuando termine la clase.

Eso sí era una gran sorpresa y no tenía ni idea de cómo interpretarlo, pero aun así asintió con una sonrisa antes de hacer una pequeña reverencia y marchar de nuevo a su sitio con los nervios por fin calmados pero el corazón igual de alterado que antes.















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Jaemin estaba excesivamente feliz para ser lunes, todo porque el profesor con el que tenía clase justo antes del almuerzo estaba ausente, así que tenían una hora libre. Decidió salir al campus y se sentó en un banco cerca de un árbol, pasando el rato jugando en su móvil o revisando sus redes sociales.

— ¿Jaemin? — el chico levantó la cabeza al escuchar su nombre, frunciendo aún más el ceño al encontrarse con Jisung. — ¿Qué haces aquí?

— Tenía clase pero mi profe no vino, ¿y tú? — sonrió y palmeó el hueco a su lado para invitar al menor a sentarse.

— Lo mismo. — un suspiro escapó sus labios mientras se sentaba. — ¿Cómo va todo?

Los labios del mayor se transformaron inmediatamente en una brillante sonrisa y comenzó a contarle lo bien que se lo pasó en el picnic que hizo con Jeno. Jisung sabía sobre los sentimientos de su amigo, desde el primer día, y estaba ahí para escuchar todos sus dilemas; de igual manera que Jaemin ayudaba a Jisung.

Aunque nunca lo había manifestado o hecho algo al respecto, Jisung tenía un crush imposible en Chenle, quien era demasiado despistado a veces para darse cuenta de que el menor le miraba con corazones en los ojos. Jaemin siempre estaba ahí para aconsejar a Jisung e intentar convencerle de que le dijera cómo se sentía, pero siempre era el miedo a perder una amistad tan larga lo que echaba para atrás a Jisung.

— De verdad, Ji, no entiendo cómo alguien puede ser tan... — Jaemin se quedó pensando en cómo describirlo, incluso el menor le animó a encontrar la palabra susurrando un pequeño "¿tan?". — No sé, tan Jeno.

Jisung miró incrédulo al chico, negando después con la cabeza mientras resoplaba. Comprendía a su amigo -porque él era igual cuando hablaba de Chenle-, pero no sabía cómo hacer que se diera cuenta de que no debería estar saliendo con Renjun si su corazón tenía otro nombre grabado.

do mi ti - renmin/renyangDonde viven las historias. Descúbrelo ahora