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Chenle se intentaba aguantar la risa mientras observaba a Jisung hablar tímidamente con un desconocido y Jeno le dio un pequeño golpecito en el hombro para que se contuviera, aunque él -y todos los demás- estaban reprimiendo sus risas para no avergonzar al menor del grupo.

Habían quedado en el centro comercial para acompañar a Jisung mientras hacía su trabajo de sociología. El trabajo era simple, sólo tenía que pedirle a algunos desconocidos que asumieran cosas sobre él y después compararía sus respuestas con lo que dijeran sus amigos y lo que él mismo pensase sobre su persona.

La tarea era sencilla, pero para Jisung requería demasiado esfuerzo por tener que vencer su timidez para hablar con completos extraños y soportar lo que tuvieran que decir de él.

— Vale, muchas gracias por tu tiempo. — dijo con amabilidad Jisung antes de darse la vuelta para regresar con sus amigos, borrando de inmediato su sonrisa y dejando escapar de sus labios un suspiro agotado.

— Lo has hecho muy bien, Jisungie. — le abrazó firmemente Chenle entre risas. — ¿A cuántas personas más tienes que preguntar?

— Con dos más es suficiente, pero me gustaría preguntarle a gente de diferentes edades. — ojeó su alrededor buscando a alguien más joven que ellos o alguna persona mayor a la que pudiera acercarse. — ¿Es muy raro si le pregunto a ese niño? — cuestionó señalando a una familia algo alejada.

— Demasiado. Mejor habla con aquellos de allí, — dijo Jaemin apuntando en dirección a un grupo de chicos jóvenes. — deben de tener unos catorce años, ¿no?

Jisung dirigió su mirada al lugar que señalaba su amigo y en sus ojos se reflejó el pánico que le producía la idea de acercarse a unos muchachos de aquella edad. Los adultos eran honestos, pero aún así intentaban tener algo de tacto al dar sus respuestas. Sin embargo, unos preadolescentes, que no tendrían reparo en insultarle si él se lo permitía -o incluso sin su permiso-, podían llegar a ser ofensivos y se metería en una situación demasiado incómoda para él.

— Si quieres te acompaño. — sugirió Chenle al ver la duda en el rostro del menor, quien asintió aliviado a su propuesta.

Ambos chicos se acercaron al grupo, Jisung dando vueltas a su móvil dentro del bolsillo y Chenle con una sonrisa educada pintada en el rostro. El grupo de chicos en seguida notó que alguien se acercaba a ellos y dejaron de hablar para mirarlos fijamente con curiosidad.

— Hola, soy Park Jisung y estoy haciendo un trabajo para la universidad, — comenzó el alto con timidez. — ¿os importa si os hago unas preguntas a alguno de vosotros?

Los chicos se miraron entre sí en silencio e inexpresivos, luego volvieron a mirar a Jisung, después a Chenle y finalmente sus ojos volvieron a clavarse en Jisung, quien ya podía sentir el sudor en las palmas de sus manos que sujetaban su teléfono con la aplicación de la grabadora de voz abierta.

— Yo no tengo problema. — dijo uno de los muchachos mientras se encogía de hombros, provocando una brillante sonrisa en Jisung.

— Gracias, no tomará mucho tiempo, sólo tienes que juzgarme y asumir cosas sobre mí por mi apariencia y lo poco que hemos hablado. — explicó mientras ponía su móvil a grabar la conversación.

Sorprendentemente para Jisung, el chico fue muy amable y no dijo ninguna cosa desagradable. Para Chenle, sin embargo, aquel muchacho fue el que mejor había definido a su amigo de todas las personas a las que había preguntado y no pudo evitar sonreír ante aquello. Jisung merecía que le dijeran lo increíble que era y él mismo solía recordárselo siempre que podía, pero que se lo dijera un completo desconocido era diferente.



















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Mientras caminaban por el parque para buscar una mesa libre donde sentarse y pasar la tarde, Jisung iba relatando lo bien que fue la conversación con el adolescente del centro comercial y lo sorprendentemente educados que habían sido con él.

— Normal que te tratasen bien, al más alto de ellos le sacabas como una cabeza y media. A mí me habrían llamado pitufo. — refunfuñó Renjun, haciendo que todos estallasen en risas.

— No, te lo prometo, estos eran muy agradables. — le aseguró Jisung cuando había calmado su risa.

Poco después encontraron un sitio libre y sin mucha gente alrededor que pudiera molestarles, tan sólo una familia y un par de parejas, aunque una de ellas llamó la atención del menor del grupo. Eran dos abuelitos que estaban charlando mientras merendaban algo, que no podía identificar desde lejos, y le pareció la oportunidad perfecta para terminar su proyecto.

— Oye, ¿creéis que les molestará si voy a preguntarles a ellos para mi trabajo? — comentó apuntando con la cabeza a una mesa cercana.

— No creo, parecen majos. — dijo Jeno mirando a la pareja y después sonrió para Jisung. — Prueba suerte con ellos, así no tienes que dejarlo para otro día. — el menor asintió, pero en vez de levantarse miró a Chenle sentado a su lado, quien en seguida entendió que lo que sus le pedían silenciosamente.

— Te acompaño. — se levantó con una sonrisa seguido de su amigo y ambos se acercaron a la pareja.

Esta vez, Jisung parecía tener más confianza, no sólo porque Chenle volvía a estar a su lado, sino también gracias a la buena experiencia que había tenido con los demás desconocidos. Su alivio era enorme al saber que no tendría que volver a ir por ahí preguntando si terminaba ya esa parte del trabajo y, sobre todo, al ver que nadie había dicho cosas horribles sobre él.

— Buenas tardes, — Jisung llamó la atención de los dos ancianos cuando llegaron a su lado. — siento molestarles, pero tengo que hacer un trabajo para la universidad y necesito respuestas de desconocidos, ¿les importa si les robo un poquito de su tiempo?

— Para nada, cielo, — respondió la señora con una sonrisa cálida. — ¿qué tenemos que hacer?

— Sólo tienen que decirme lo que asumen sobre mí al verme sin conocer nada de mí. — explicó una vez más mientras comenzaba la grabación.

Primero contestó la mujer. Dijo cosas muy dulces sobre Jisung, como que era muy apuesto y adorable, y otras que él mismo -y probablemente Chenle también- consideraba ciertas, como que parecía tímido, reservado y callado.

Después fue el turno del hombre. Aunque con las cuatro personas a las que había entrevistado era suficiente, agradecía tener una respuesta más por si acaso. El señor no dijo cosas muy diferentes, solamente añadió que debía de jugar a baloncesto por lo alto que era y que seguro que se le daba bien.

Sin embargo, lo último que dijo no sólo le sorprendió a él, sino también a Chenle.

— Y me recuerdas a mi hija con su novio. — el hombre tenía una sonrisa tierna en el rostro y alternaba su mirada entre Jisung y Chenle. — Eran mejores amigos desde pequeños y él siempre la acompañaba a todas partes porque sabía que mi hija era muy vergonzosa. — tanto su esposa como él reprimieron una risa ante el recuerdo. — Y asumo que él no tiene que hacer el trabajo, porque no ha dicho ni pío, y aun así ha venido contigo para hacerte compañía.

Los dos se quedaron de piedra, porque no se alejaba para nada de la realidad, ¿pero acababa de asumir que ellos eran novios?

Tras escuchar un par que cosas más que les contó la pareja, Chenle y Jisung se despidieron no sin antes agradecer su ayuda y se dirigieron hacia sus amigos en absoluto silencio y con una atmósfera extraña a su alrededor que prefirieron ignorar.

























do mi ti - renmin/renyangDonde viven las historias. Descúbrelo ahora