¿Qué?

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Clara está frente a su sofá, ensayando un guion cuando suena el timbre. Ella se levanta y va a abrir la puerta.

Clara—(Al abrir la puerta) ¡¡Pablo!! ¿Qué haces aquí?

Gavi—(Emocionado) Hola, mi amor. Tenía dos días libres y decidí venir a verte.

Clara—(Sorpresa y un poco asustada) ¿De verdad? ¿Cómo entraste al edificio? ¿Alguna persona te vio? ¿Como supiste dónde vivía?

Gavi—(Bromeando) En vez de actriz deberías ser detective ¿eh? Nada que he hablado con Nicole y me dio la dirección y hablo con el portero para que me dejase pasar.

Clara—Ay, guapo, me hubieras dicho e iba por ti al aeropuerto. Ven pasa.

Gavi—(Acompañando a Clara) Nada de eso, quería sorprenderte y estar contigo. Por cierto que guapa te has puesto. ¿Ya vas al gimnasio seguido? Es que tienes un culo...

El castaño se acerca y le da una nalgada a su chica.

Clara—¡Pablo!

Gavi—¿Qué? (Riendo) ven para acá, no me has dado un beso y es lo que más deseo.

Pablo toma de la cintura a Clara y rápidamente se acerca a darle un beso, dejándola sin respiración...

Gavi—Que buena bienvenida.

Clara—Tú te pusiste más guapo también, por si no te lo había dicho. Pero bueno, cambiando de tema, quiero que me cuentes, todo, ¿cómo te fue en Qatar?, ¿qué hiciste?

Gavi—Vale, que si te cuento todo, pero primero quiero saber como ha estado mi estrella, ¿qué tal esas grabaciones?



(........)

Clara y Pablo están viendo unas fotos de la producción donde Clara trabaja. Él la abraza y la besa en la mejilla.

Clara—No me había dado cuenta, de lo mucho que me hacías falta, hasta hoy.

Gavi—Tú y yo vamos a estar juntos siempre, de eso me encargo yo.

Clara sonríe. Siente que está a salvo, con Pablo a su lado, de repente, su rostro cambia a uno de preocupación.

Clara—(Dubitativa) Hay algo que tengo que contarte.

Gavi—(Alarmado) ¿Qué pasa? ¿Estás bien?

Clara—(Explicando) Hace unos días, Gabriel, me quiso besar, pero yo lo rechacé, bueno, no solo eso, quería tener relaciones conmigo.

Pablo apretaba su mandíbula del enojo que estaba sintiendo por escuchar eso.

Gavi—(Celoso) ¿Qué? ¿Cómo se te ocurre ponerme en esa situación?

Clara—(Afligida) Lo siento, Pablo. Fue un error no decírtelo antes. Pensé que estaba todo bajo control.

Gavi—(Firme) Clara, necesito que me digas dónde está ese tipo. No quiero que se acerque a ti jamás.

Clara—(Tratando de tranquilizar a Pablo) Tranquilo, amor. Ya hablé con él y no va a volver a suceder.

Pablo respira profundo. No le agrada la idea. Pero nunca ha visto a Clara tan vulnerable.

Gavi—(Suavizando la voz) No quiero que vuelvas a pasar por un mal momento, guapa. Por eso estoy aquí.

Clara lo abraza. Sus cuerpos se funden en un cálido abrazo rodeado de intriga, sin mirarse sus bocas se encuentran, ambos saben que necesitaban mucho ese momento.




El beso se va haciendo más intenso, ambos no querían separar sus bocas, pero Clara hizo una pausa.

Clara—¿Quieres follarme? Yo sé que quieres.

Una sonrisa pícara en el rostro de Gavi apareció, y eso fue el comienzo de un buen reencuentro...

Clara—Solo hay una condición, nada de tocarme, yo haré todo el trabajo.

Gavi—Eso no va a pasar, no creo resistirme.

Clara—¿Ahh no?

Quite mi sostén y lo hice a un lado para sentarme sobre Gavi, el castaño automáticamente de tener sus manos en mi cintura las paso a mi trasero. Enrede mis piernas en su cintura y
mis brazos en su cuello por fin besando esos labios
tan carnosos que extrañaba tanto.

Un gemido se escapó de mi boca. Sus dos manos acariciaban mi trasero. Abrió lentamente mis piernas y su mano entró en el interior de mis piernas. Solté un gruñido y con su otra mano quito mi panti.

Clara—Te dije que yo quería hacerlo.

Gavi—Déjame hacerlo a mi, quiero darte lo que no te di por muchos meses.

Rápidamente Pablo metió un dedo dentro de mi e hizo que soltase un gritó mientras lo movia

Gavi—¿Que quieres?

me susurró con su voz ronca y su
gran erección pegando en mis nalgas.

Clara—¿Que?

dije confundida y enterró otro dedo enriqueciendome.

Gavi—¿Qué es lo que quieres?

los movía ágil y rápidamente nublandome la mente.

Clara—¡Follame! Quiero que me folles duro, pero yo te voy a ayudar.

Tome la erección de mi novio y la introduje por completo dentro de mí sin ninguna dificultad de lo mojada que estaba ya. Comencé a cabalgarlo como si estuviera en una carrera y estuviera luchando por llegar de primera. En unos pocos movimientos su leche se disparaba en el interior de mi coño.

Con sus manos sujetaba mi cintura. Salía y entraba embistiéndome rápidamente y fuerte. El sillón parecía barato, se movía cada vez que nosotros lo hacíamos, no podíamos dejar de gemir, ni de hacer  gruñidos y ni decir palabras sin sentido. Gotas de sudor caían en mi espalda. Mis brazos y piernas ya
dolían al igual que mis rodillas. Ambos terminamos cansados Pablo me abrazó y me junto en su pecho sudado. Levantó mi rostro y me beso apasionadamente.

Gavi—Como extrañaba comerte esa boca, eres mi debilidad, lo único que me hace perder la cordura.

 Eso de olvidarte nunca lo aprendíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora