Días después...
Clara estaba tendida en su cama, completamente aturdida por su dolor y tristeza. Hoy era un día muy difícil para ella, el aniversario de la muerte de su padre. El problema era que ella nunca había realmente superado su pérdida y no sabía cómo manejarlo. Se había dado cuenta de que todo esto de hacerse la fuerte y tratar a todos con arrogancia no le había traído nada bueno al final.
Clara—No puedo creer que hayan pasado ya dos años (susurró, con lágrimas en los ojos) Fue tan injusto.
De repente, un sonido rompió su silencio. Era la puerta abriéndose. Era su novio, Pedri. Clara no le había respondió los mensajes, ni si quiera quería verlo.
Pedri—Hola, Clara. ¿Estás bien? (preguntó Pedri, con preocupación en su voz mientras se sentaba a su lado en la cama).
Clara— ¿Me ves bien? (respondió Clara sarcásticamente, con una ceja levantada) ¿Quién te dejó pasar?
Pedri—Emm, pues la señora que limpia tu casa.
Pedri sabía que Clara era cruda y un poco arrogante, pero él también sabía que ella necesitaba apoyo.
Pedri— ¿Quieres hablar sobre ello? Tú tío me lo ha contado todo, que no tienes ganas de comer, ni de salir de tu cuarto. (preguntó Pedri, tratando de ser cariñoso).
Clara—¿Qué hay que hablar? Mi padre lleva dos años muerto. No hay nada que hacer (respondió Clara, con el tono frío y seco).
Pedri no podía creer lo insensible que estaba siendo Clara.
Pedri—Bueno, lo siento mucho si esto no es nada para ti (dijo Pedri, con un poco de enojo) Quería que sepas que no pude jugar bien porque estaba preocupado por ti.
Clara—¿Preocupado por mí? No necesito que nadie se preocupe por mí. Soy fuerte. Puedo manejarlo yo sola (dijo Clara, soltando un suspiro cansado). Además, qué te importa.
Pedri no podía soportar la frialdad de Clara. Él quería apoyarla, pero no podía soportar su egoísmo.
Pedri—A ver, que me importas tú, tú dolor, y lo entiendo Clara. Pero quería estar aquí para ti, para apoyarte (dijo Pedri, tratando de sonar calmado). Me lo pudiste haber dicho, como no me contestabas los mensajes y no te vi, le pregunté a Oscar, y quiero decirte que no quiero que estés sola en estos momentos..
Clara finalmente se dio cuenta de que estaba equivocada. Ella había estado tratando mal a la gente que realmente la amaba. Comenzó a llorar y Pedri abrazó a Clara, acunándola en sus brazos.
Clara—Lo siento mucho, Pedri. No sé por qué me he estado comportando así (dijo Clara, llorando).
Pedri—Es porque estás herida, Clara. Y no tienes que hacer frente a tu dolor sola ( respondió Pedri, dándole un beso suave en la frente).
Clara—Gracias, Pedri (dijo Clara, sonriendo débilmente mientras comenzaba a sentirse mejor).
Después de unos momentos, Clara se levantó y miró a Pedri, dándole un beso en la boca.
Clara—Te quiero, Pedri (dijo Clara, con una sonrisa).
Pedri—Te quiero también, Pollito. Siempre voy a estar aquí para ti (respondió Pedri, con ternura mientras abrazaba a su novia).
Mientras Pedri trataba de tranquilizar a Clara, Eric, tocaba la puerta de su habitación. Él conocía perfectamente el dolor de Clara en ese día, ya que su padre había sido una figura importante en sus vida.
Eric— Clara, soy Eric, ¿puedo pasar? (preguntó desde afuera).
Clara se sorprendió al escuchar la voz de su amigo, pero decidió abrir la puerta. Al ver a Pedri con ella, Eric se sintió un poco incómodo, ya que a él le gustaba Clara desde hace tiempo.
Clara— Hola Eric, pasa, ¿cómo estás? (dijo Clara, un poco triste).
Eric— Hola Clara, estoy bien, solo vine a verte, para animarte un poco, se que este día es duro para ti (respondió Eric, con un tono un poco triste).
Pedri, quien estaba sentado en la cama al lado de Clara, se levantó para saludar a Eric.
Pedri— ¿Qué tal Eric? (Extendiendo su mano).
Eric—Hola Pedri (estrechando su mano).
Pedri y Eric, se conocían de antes, así que se saludaron cordialmente y conversaron un poco sobre la amistad que tenían con Clara y el dolor que sentían por la pérdida de su padre.
Clara—Eric, gracias por venir, de verdad (agradeció Clara, abrazándolo).
Pedri, al ver el abrazo entre Clara y Eric, sintió un poco de celos, pero no sabía exactamente por qué. Por su parte, Eric se sentía un poco incómodo al expresar sus sentimientos hacia Clara, ya que sabía que ella no sentía lo mismo hacia él.
Eric—Bueno, supongo que mejor me voy (dijo Eric, despidiéndose).
Clara—No quiero ser grosera, pero le gustaría estar completamente sola.
Pedri—¿Segura?
Clara—Sí, cuando este más tranquila les escribo.
Ambos chicos salieron de la casa, están visiblemente incómodos y callados.
Eric—Así se pone siempre, luego te acostumbras.
Pedri—Bueno, pero no le haría mal un poco de compañía, yo no podría estar solo en momentos como estos.
Eric—Tú no has experimentado esta situación, así que no lo sabes, lo mejor es que le des espacio, y la dejes estar sola. (Le dice un poco molesto).
Pedri—¿Qué pasa? ¿Estás celoso?
Eric— (un poco sorprendido por la pregunta) ¿Celoso? No sé de qué estás hablando.
Pedri: (ríe irónicamente) Vamos, no lo puedes negar. Sé que te importa mucho, pero ella es mi novia, y es lógico que estés así porque, ahora pasa más tiempo conmigo.
Eric—(suspira) Mira, sólo te pido una cosa, cuídala, no quiero que alguien mas le vuelva a hacer daño.
Pedri—Nunca le haría daño, puede que tengamos nuestras diferencias, pero eso no significa que la lastimare.
Eric—Lo sé, Pedri. Pero si algún día decides lastimarla, estaré aquí para protegerla y cuidar de ella.
Pedri— (asiente) Lo entiendo. Pero sabes que yo la amo y nunca la lastimaría.
Eric—(finalmente sonríe) Lo sé, amigo. Solo quería hablar contigo y sacar esto de mi pecho.
Pedri—(sonríe) Gracias por ser honesto conmigo, Eric.