Clara camina por las calles de Barcelona, En una mano lleva el móvil y en la otra una bolsa de la joyería más exclusiva de la ciudad.De repente, su móvil suena. Clara lo coge y ve que es su tío Oscar. Contesta la llamada.
Clara—Hola, tío. (Seca).
Oscar—Clara, ¡cuánto tiempo! Me alegro de oír tu voz.
Clara—Sí, yo también. ¿Cómo estás?
Oscar—Bien, gracias, hija. Escucha, tengo que contarte algo urgente. ¿Podrías venir a verme a las oficinas del Club cuando tengas tiempo?
Clara—Ahora no puedo, pero más tarde sí. ¿Pasa algo? ¿Está todo bien?
Oscar—No, no precisamente. Pero te lo contaré todo cuando llegues.
Clara—Vale, te veo más tarde.
(..........)
Después de un rato Clara llega al club y se dirige a la oficina de su tío.
Oscar—Hola, Clara. Me alegra tenerte aquí.
Clara—Si, ya me lo has dicho ¿por qué querías verme?
Oscar—Bueno, te fuiste a México sin despedirte, no me contestaste las llamadas, ha pasado mucho y tiempo, y... bueno, quería saber cómo estabas.
Clara frunce el ceño, desconfiando de la amabilidad de su tío.
Clara—Tío, sé que no me has hecho venir aquí solo para una charla amistosa. ¿Qué es lo que sucede?
Oscar—Lo sé, Clara. Lo que quiero decirte es que... han encontrado a tu madre.
Clara siente que el mundo se detiene.
Clara—(temblando) ¿Qué? ¿Estás seguro?
Oscar—Sí. Han estado buscándola durante mucho tiempo. Tenían algunas pistas, pero tardaron mucho en encontrarla. Y cuando lo hicieron...
Clara lo mira, asustada y desconcertada.
Oscar—... La arrestaron. Por la muerte de tu padre.
Clara—(impactada) ¡Apenas! Joder, tuvieron mucho tiempo para hacerlo.
Oscar—Lo siento, Clara. Lo siento mucho.
Clara—No, no lo sientas, ella ya no es mi madre, así que lo que hayan con ella no me importa.
Clara sentía un nudo en la garganta, se queda callada un momento, intentando asimilar la noticia. Le dio las gracias a su tío por decirle y salió de la oficina, pálida.
Mientras se dirigía a su coche, Pablo venía caminando por los pasillos, y se encuentra con su la rubia.
Gavi—¡Clara! ¡Qué sorpresa! ¿Por qué no me dijiste que venías?
Clara levanta la mirada y ve a Pablo. Intenta mantener la calma, pero se siente confundida y conmocionada.
Clara—Pablo, hola.
Gavi—¿Te sientes bien? No quiero que te enojes, pero pareces la niña del exorcista, seguro es el Jetlag, necesitas descansar.
Clara—No, estoy bien, simplemente tengo mucho en la cabeza en este momento.
Gavi—¿Necesitas hablar de algo?
Clara se queda callada por un momento. Siente que necesita contarle a alguien lo que le ha pasado, pero no sabe cómo decirlo.
Clara—(incierta)No estoy segura...
Gavi—Clara, puedes confiar en mí. Lo sabes.
Pablo la mira con una dulce sonrisa. Clara quiere confiar en él, pero algo le impide hacerlo.
Clara—(susurrando) Lo sé, pero es complicado.
Gavi—¿Complicado? ¿Qué sucede exactamente?
Clara—(estremeciéndose) Mi tío... me ha contado algo que... no sé cómo procesar.
Gavi—(serio) ¿Qué cosa?
Clara mira a su alrededor rápidamente. No quiere que nadie más los escuche, así que se acerca a Pablo y le dice al oído.
Clara—(murmurando) Mi madre... ha sido encontrada. Y la arrestaron porque finalmente encontraron pruebas de que ha sido culpable por lo de mi padre.
Pablo la mira, sorprendido e impactado.
Gavi—(incierta) ¿Qué? No puedo creerlo.
Clara—(nerviosa) Yo tampoco... no sé cómo manejar esto. Me iré a casa ¿sí? Te busco cuando me encontré mejor.
Gavi—Voy contigo.
Clara—¡No! Quiero estar sola, por favor Gavi.
Clara se aleja de Pablo y lo deja atrás, caminando hacia su coche...
(........,..,)
Clara entra en su casa y se deja caer en el sofá, aún con la bolsa de joyería en la mano. Toma su móvil y llama a Eric.
Eric—¿Clara? Hola.
Clara—(temerosa) Eric... ¿puedo verte? Necesito hablar contigo.
Eric—Sí, claro. ¿Qué sucede?
Clara—(murmurando) Es algo muy serio. ¿Podrías venir a mi casa en unos 10 o 15 minutos?
Eric—Por supuesto, estaré allí.
Clara cuelga el teléfono y suspira. Parece que todo lo que está viviendo es una pesadilla, parecía tan irreal, que le pasaran tantas cosas...
(..........)
Después de un rato Eric llego a casa de Clara, ambos estaban sentados en el sillón, tratando de procesar lo que la rubia le dijo a su amigo.
Eric— ¡Madre mía! ¿Cómo estás? ¿Cómo te sientes?
Clara— No sé, Eric. Todavía estoy en shock. Honestamente, pensé que ya no iba a saber de esa mujer, pero por fin se hizo justicia, aunque no es suficiente.
Eric— Lo siento, Clara. Esto debe ser muy difícil para ti.
Clara—No sé qué hacer. Necesito descubrir la verdad sobre lo que ha pasado. Pero no sé por dónde empezar.
Eric— ¿Piensas en ir a verla? Tú madre nunca te contó su versión, solo ese tal roberto.
Clara—Si voy a verla, será para decirle cosas de las que hasta yo me voy a arrepentir, no me basto con la primera vez.
Eric—Se que duele, pero...
Clara—No, no sabes, porque nunca te ha pasado algo así.
Eric—¡Bueno si, no sé! Pero tú dolor es mío también, y odio que seas tan cerrada, que a veces no puedo descifrarte, ¿cómo puedo ayudarte?
Clara—No dejándome sola.
Eric—Eso nunca. ¿Pablo ya sabe?
Clara—Se lo he tenido que decir, porque me lo encontré cuando salí de la oficina de mi tío. Pablo no está acostumbrado a estas noticias, y no quiero que se preocupe, es más, necesito que se mantenga lejos de esto.
Eric—Vale, entonces no mencionemos nada de esto, cuando esté cerca.