✵| Capítulo 09: Shouto.

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A cada instante mis ojos van detrás de ti, no por obligación sino por deseo.

—Todoroki Shouto.

··——··——··

¡Ah!

Gimoteó mientras era empotrado por su pareja, el mayor seguía moviéndose al compás de una nota perfectamente trabajada por los alaridos de placer del rubio todo en él encajaba perfectamente en sus manos podía moldearlo con sumo detalle delineando con la yema de sus dedos cada hueco de su columna, la curva de su cintura afianzaba por sus falanges creando curvas precisas, marcas rojas en señal de una pasión desmedida en su hombro y cuello.

Las hebras onduladas del rubio desparramadas sobre la almohada un paisaje entre campos de trigos hechos una obra maestra; el dorado presumiéndose vigorosamente.

Nadie en todo el mundo sería capaz de discernir con exactitud cuánto amaba Touya la voy de Takami en cómo su voz era un canto encantador superior al de cualquier sirena de cuento de hadas.

Bajo la visión turquesa del Todoroki, Keigo era un acto de perfección de la naturaleza, qué él con una maldita suerte de la que no conocía lo había encontrado para aliviar su tristeza.

Ese rubio que se deshacía bajo su cuerpo había entrado como un huracán dispuesto a arrasar con todo su ser —Dios cuánto lo necesitó en ese momento—. Takami Keigo era conflictivo cuando tocaba tenía que luchar por lo suyo, sagaz al momento de descubrir intenciones de otros y sabio para tratar líos del corazón.

Era la luz que su vida requería, iluminaba sus noches hasta que se volvían amaneceres como aquel que presenciaba al culminar el acto.

Un alarido escapó de los labios del mayor hundiéndose en la última estocada dentro del oji-dorado acabó en él, una sonrisa asomándose en la comisura de los labios del menor; liberado del éxtasis al que lo sometió Touya.

—¿Ya amaneció? —Cuestionó Keigo, sus orbes viajando de lado a lado buscando un poco de oscuridad.

Estaba agotado físicamente por la falta de sueño y el increíble líbido de su novio que no lo dejó descansar hasta el amanecer. Esas preciosas horas de sueño las recuperaría durante el día.

—Sí, parece que otra vez hará buen clima. —Touya se sentó sobre la cama buscando sus calzoncillos en el suelo— ¿Quieres dormir un rato? —Sus orbes fueron ligeramente molestados por la luz del alba que se alzaba por encima de su cabeza.

Mmm, no, no realmente. —Mintió, si quería dormir, una eternidad de hecho, pero más quería tener al mayor en sus brazos. Se acurrucó entre las mantas invitándolo a su lado.

Touya no era lo suficientemente estúpido para declinar una invitación cómo esa —Nadie le decía que no a un ángel—. No dudó ni un segundo en volver a la cama repartiendo besos por el rostro del rubio derramando cariño en cada roce apretándolo contra su pecho para así nunca perderlo y sentirlo completamente suyo.

—Te amo. —Afirmó, su nariz hundiéndose en el cuero cabelludo del menor, la suavidad de esos rizos acariciando con gracia.

—Lo sé... también te amo. —Secundó con una sonrisa y sus párpados cerrándose.

No había que demostrar mucho más, era verdad. El sentimiento que tenía por Touya era tan grande que no había palabras para describirlo con claridad, no era cariño era tan poderoso que se enfrentaría a Enji Todoroki cada vez que rechazara su relación porque amaba con locura al pelinegro y si tuviera que hacerle frente al mundo entero para estar con Touya lo haría sin dudarlo.

You and Me ✵ BKTDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora