Life goes on

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Narra Layla

—Venga, estoy seguro de que puedes hacer algo mejor que eso. —Dice Luke bebiendo hasta la última gota de su mimosa. —Las mimosas solían ser algo nuestro, rubia.

—No tengo permitido beber alcohol aún. —Menciono dejando la copa de lado. Luke abre los ojos y golpea su frente después de unos segundos.

—Mierda. Quiero decir, lo siento. —Dice torpemente mientras intenta reparar sus palabras. —Yo solo... Yo intentaba...

—Se que no soy la misma chica divertida que solía ser antes, Luke. —Digo con una pequeña sonrisa nostálgica. —Pero créeme que volveré a serlo.

—Para mi sigues siendo igual de extraordinaria, Layla. —Dice extendiendo su mano hasta alcanzar la mía. —Eres mi mejor amiga. Mi única amiga, para ser más específico.

—¿Que hay del pequeño demonio? ¿Como va todo? —Le pregunto mientras doy un pequeño bocado de la fruta que se encuentra en mi plato.

Hace un par de horas me habían dado de alta, pasaron alrededor de cuatro meses desde que recuperé la memoria para poder llegar a este momento. Mi cabello ya se encontraba un poco más largo y por fin había recuperado mi peso. Las cosas estaban mejorando para mi. Ese pequeño dolor sobre mi pecho comenzaba a disminuir con el paso del tiempo, o por lo menos así lo percibía.

El primero en enterarse (además de mi hermana) de que por fin saldría de aquí, fue Luke. Él no dudo ni un segundo en llevarme a desayunar en cuanto se enteró de que por fin dejaría de estar internada. Los desayunos con Luke solía ser una tradición importante para nosotros, ya que ambos utilizábamos el desayuno para vernos y tener una pequeña sesión de terapia donde cada uno podía ventilar sus preocupaciónes sin temor de sentirse juzgado.

Nuestros temas de conversación siempre terminaban en dos personas en específico: Alexander y Sarah.

—Pequeño demonio. —Dice él frunciendo el ceño.

—Te dije que poco a poco volvería a ser la misma. —Bromeó para aligerar el ambiente. —¿Como está todo respectó a ella?

—Bien. Ella está bien. —Dice sin profundizar en el tema. —Nos estamos tomando un tiempo, supongo.

—¿Supones? —Le pregunto sin entender sus palabras.

—Nunca llegamos a formalizar, así que realmente no se donde eso nos deja como pareja. —Dice Luke en un suspiro. —Las cosas se han complicado bastante, y ella tampoco ha sido la misma desde lo que sucedió.

—Puedo imaginarlo. Debió ser un shock para todos saber que enloquecí. —Digo después de darle un sorbo a mi vaso con agua.

—No enloqueciste. Fueron muchas circunstancias las que te orillaron a esa situación. —Dice Luke mirándome fijamente. Yo asiento y le regalo una sonrisa.

—Lo sé, Luke. Creo que ahora tengo permitido bromear sobre eso, ¿no crees? —Digo soltando una pequeña risa. Había olvidado como se escuchaba mi voz al reír.

—Siempre has tenido un humor bastante negro, rubia. —Dice Luke también entre risas.

—Ahora dime, ¿seré tía pronto? Necesitamos un poco de drama ahora que mi vida regresará a la normalidad. —Digo mirándolo con expectativa.

—Te he dicho que entre Sarah y yo no hay nada. —Repite con más firmeza. —Ella sabe lo importante que eres para mi, y toda la situación con la transfusión de sangre escalo de una manera en la que... no lo se, quizás necesita tiempo para pensar.

—¿Transfusión de sangre? No estoy entendiendo. —Digo sintiéndome confundida.

—¿Victoria no te menciono nada de esto? —Pregunta él con cautela.

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⏰ Última actualización: Jun 10, 2023 ⏰

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