Nothing is the same

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Narra Layla

Su mano sostenía fuertemente mi cuello. No podía respirar. Mis piernas se encontraban a costados de sus caderas mientras él intentaba levantar mi vestido. La desesperación me invade. Necesitaba detenerlo, pero era más fuerte que yo. Las lágrimas inundaban mis ojos mientras intentaba alejarlo de mi, pero él no iba a detenerse. No importaba cuanto llorara o le rogara que se detuviera, el no iba hacerlo.

—¡Layla! —Podía escuchar su voz a lo lejos. Él estaba aquí, él no permitiría que me hicieran daño.

Abro los ojos sintiéndome completamente agitada. El ritmo de mi corazón se encontraba acelerado. La pesadilla se desvaneció y regrese devuelta a la realidad. Nick estaba sosteniéndome contra él, su cuerpo cálido me envolvía mientras recuperaba el aliento. Su rostro preocupado se había vuelto tan familiar que me hacía sentir culpable nuevamente. Nick no merecía sentirse así por mí, estas pesadillas no terminaban y yo simplemente no podía contarle.

—Estas a salvo. —Murmura acariciando mi espalda y depositando besos sobre mi mejilla.

—Ya ha pasado tiempo, Layla. Necesito saber la razón de tus pesadillas, sino nunca podré ayudarte. —Dice tomando mi rostro, enseguida me alejo de él.

—No necesito tu ayuda, Nick. —Contesto a la defensiva. Él simplemente no podía entenderlo. —Son solo eso, simples pesadillas.

Todas las noches era lo mismo, me despertaba en medio de la noche sin poder seguir durmiendo o eran las pesadillas. El infierno de volver a revivir lo sucedido una y otra vez era lo que no me dejaba continuar con mi vida. Sabía que Nick tenía las mejores intenciones, pero me rehusaba a que me diera esa mirada de lastima que todos me daban.

—Solo quiero que sepas que siempre estaré aquí para ti. —Me asegura. Sonrío por sus palabras. Ojalá eso pudiera ser suficiente pero no lo es.

Mi corazón no dejaba de latir y si cerraba los ojos, estaba segura que aún podía ver su rostro. Ese rostro que me atormentaba todas las noches. Me giré y enfrente la mirada preocupaba de Nick. No podía decirle. No quería que pensara que soy débil. Fingí una sonrisa aparentando estar bien.
—Deberías volver a dormir, Nick. Mañana va a ser un día muy largo, después de tanto tiempo estamos cerca de encontrarla. —Digo cambiando el tema. Él no parece creerme.

—Cuando estés lista para contarme, estaré aquí para escucharte. —Dice con un tono serio pero comprensible.

El espacio entre nosotros desapareció y no se sentía para nada como cuando Parker se encontraba cerca de mi. Enseguida me odie a mí misma por compararlo con él. Sus labios encuentran los míos y me besa con esa misma delicadeza y ternura que había estado haciendo en los últimos meses.

-...-

Mientras me coloco el casco y él enciende la motoneta, no puedo evitar preguntar nuevamente. Si íbamos a hacer esto, tenía que estar segura que la persona con la que nos encontraríamos era una parte importante para encontrar a mi madre. Los últimos tres meses habían sido callejones sin salida y gente que solo nos desviaban de la verdad.

—Así que, este conocido tuyo puede tener las respuestas que necesitamos? —Le preguntó algo insegura.

—Esteban solía pertenecer en una sociedad muy importante aquí en Italia, él reconoció a tu madre en la foto que me diste, pero dijo que no podía proporcionarme la información que yo necesitaba. —Hace una breve pausa y luego continúa. — La única manera en la que hablaría era si tú estabas presente.

—¿Por qué? —Pregunto sin comprenderlo.

—Dijo que podía meterse en grandes problemas por divulgar algún tipo de información confidencial de esa sociedad. Tuve que decirle que su hija necesitaba esa información, de no ser así jamás hubiera accedido a vernos. —Responde justificándose. Yo asiento enseguida.

MI GUARDAESPALDASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora