Narra Layla
Bebí de mi copa de vino sabiendo que la única manera en la que me mantendría al margen en esta cena era si tenía alcohol en mi sistema. Era difícil mirarlo. Saber que todo este tiempo me había estado mintiendo para su propio beneficio era difícil de creer. Me dolía saber que pudiera ser capaz de tanto. Quería gritarle y exigirle la verdad de una buena vez por todas, pero no era el momento. Tenía que ser cuidadosa. Mi padre no podía sospechar que quería encontrarla. Tenía que haber una gran razón por la que me ha querido mantener alejada de ella, y tenía que descubrirlo lo más pronto posible.
—Me alegro que hayas accedido a salir de la casa, hija. —Solía creer que su mirada era la más sincera de todas, que no había manera en el mundo en el que él pudiera hacerme daño. Que equivocaba estaba.
—No han sido unos días fáciles para mí. —Respondo en un suspiro.
No recordaba haberme sentido así de vacía antes. Las últimas semanas me habían cambiado por completo. Había vuelto al ático en busca de más pistas con la ayuda de Amber, pero no habíamos conseguido nada. La desesperación por saber la verdad se estaba apoderando de mi. Me había vuelto vulnerable en todos los aspectos. Me había encerrado en esta clase de caparazón donde nadie podía entrar. Desde lo sucedido con Parker, sabía que tenía que mantener todo para mí misma. No podía confiar en nadie más que en Amber, ella era la única persona que en verdad me había demostrado que más que una amiga, es la hermana que nunca tuve.
—Parker dice que llevas semanas sin comer bien y con la única persona que hablas es con Amber. —Dice mi padre, y por su tono sé que está preocupado.
—Ya se estaba tardando en irte con el chisme. —Digo sabiendo que lo último que quería hacer era hablar de él.
—Cariño, no te veo bien. Estas pálida y pareces estar estresada. —Dice examinando mi rostro como si intentara descifrar lo que me sucede. —Puedes hablar conmigo, ¿qué te tiene tan preocupada?
Si tan solo supiera que cada uno de mis problemas es únicamente por él. Sus mentiras y su egoísmo es lo que me tienen así. Saber que la única persona que quiero en el mundo no le importo manipularme y engañarme mi vida entera es lo que me está matando por dentro. Este vacío que solo crece en mi interior es lo que está acabando conmigo día a día. El no podía entenderlo. Jamás podría.
—Solo estoy cansada. —Respondo encogiendo los hombros aparentando desinterés. Quiero que piense que no tiene nada de qué preocuparse.
—Parker dice que llevas semanas sin dirigirle la palabra, creí que por fin se llevaban bien. —Dice como si no logrará comprenderlo.
—Es mi guardaespaldas, ¿Qué se supone que tengo que hablar con él? —Digo sabiendo que si había una persona en el mundo al que no le volvería a hablar era a él. Ya me había humillado lo suficiente.
—Solo quiero que estés tranquila, Layla. No quiero que tengas más preocupaciones. —Por más que quisiera gritarle tenía que controlarme. Deje salir un largo suspiro antes de dar mi siguiente paso.
—Solo hay una manera en el que pueda estar tranquila por un tiempo. —Respondo sabiendo que está era mi oportunidad para decirle. —Necesito irme de Los Ángeles.
—Me parece... —Suspira y continúa. —Me parece una buena idea. —Contesta después de unos minutos.
—Estaré protegida las veinticuatro horas y... —En cuanto me percato de sus palabras, me detengo. —Espera, ¿Qué?
—Creo que es una buena idea que te vayas por un tiempo. —Dice tranquilamente como si estuviera completamente de acuerdo con mi decisión. Esto no lo esperaba.
ESTÁS LEYENDO
MI GUARDAESPALDAS
RomanceLayla Jones no solo es una chica rica de Los Angeles, también es la hija de uno de los empresarios más famosos y poderosos del país. Después del atentado sucedido en su cumpleaños, su padre sabe que Layla corre grave peligro y el único indicado para...