Narra Alex
No podia creer que nos encontráramos en Nueva York. En cuanto bajamos del avión y pude escuchar ese sonido familiar de mi ciudad, enseguida sentí como un gran peso abandonaba mis hombros. Sostuve la mano de Layla y bese su palma sintiéndome agradecido de que estuviéramos lejos y juntos.
—Papá ha mandado una camioneta por nosotros. —Dice Luke mientras busca el vehículo con la mirada.
—No puedo creer el ruido de esta ciudad. —Dice Sarah mientras frunce el ceño.
—Es una de las ciudades más concurridas del país, ¿qué esperabas? —Contesta Layla sin perder la oportunidad de molestarla.
—No empieces. —Digo rodeando su cintura y murmurando sobre su oído mientras la alejo de ella sin que se de cuenta.
—¿No podemos abandonarla aquí? —Dice con una sonrisa angelical, como si eso pudiera convencerme.
—Ni se te ocurra intentarlo. —Digo con diversión. Layla era increíblemente ocurrente y absurda cuando se trataba de Sarah.
Durante el traslado hacia el departamento de mis padres, Victoria y Nick se encuentran sumergidos en su propio mundo, Luke dandole indicaciones al conductor y Layla sigue con los comentarios sarcásticos hacia Sarah. Ella se encontraba tomando fotos por la ventana con su cámara, lo cual era un blanco fácil para las burlas de Layla.
—Estoy segura que se te acabará la memoria por cada foto que le has tomado a los botes de basura o vagabundos. —Se burla Layla mientras la mira.
—Gracias por la preocupación pero he traído mucha memoria para gastar. —Responde Sarah con una mirada fulminante. Layla simplemente rueda los ojos.
Nueva York era una ciudad lo suficientemente caótica como para que los traslados en auto nos tomaran más de treinta minutos. Layla se recuesta sobre mi hombro mientras su mirada se concentra en la ventana de la camioneta. Deja salir un largo suspiro y una pequeña sonrisa se asoma sobre el borde de sus labios, enseguida se que se encuentra aliviada de estar aquí.
Cuando llegamos al edificio, puedo sentir la mano de Layla temblar ligeramente sobre la mía. Cuando la puerta se abre y veo a mis padres, no puedo definir la felicidad que siento. Mi madre se abalanza contra mí dándome un fuerte abrazo, y seguido de eso mi padre se acerca abrazándome también con un semblante mucho más tranquilo.
—Que gusto verte de nuevo, cariño. —Dice mi mamá acercándose a Layla en cuanto la ve. Por su mirada comprensiva, puedo deducir que sabe todo lo que ha estado pasando. —Estas hermosa.
—Gracias por recibirnos en su casa. —Dice Layla con una sonrisa tímida. Mi mamá le sonríe con comprensión y la abraza con fuerza, puedo notar como le murmura unas cuantas palabras pero no soy capaz de escucharlas. Layla asiente con los ojos vidriosos y le agradece una vez más.
Nick, Victoria y Sarah se presentan con mis padres, mi madre enseguida tiene una breve conversación con cada uno y posteriormente nos dirigimos hacia el comedor donde la comida ya se encuentra servida. Todos lucen asombrados y me miran como si no pudieran creer que mi madre fuera capaz de cocinar toda esa comida.
—Espero tengan hambre. —Dice mi madre con una enorme sonrisa. A ella siempre le ha encantado recibir visitas.
—Muchísimas gracias, señora Parker. —Dice Victoria tomando asiento junto con Nick.
—Por favor, tengan la libertad de decirme Marissa. —Responde ella enseguida.
—No tenía que tomarse la molestia, en verdad muchas gracias. —Dice Sarah regalándole una sonrisa a mi madre.
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MI GUARDAESPALDAS
RomanceLayla Jones no solo es una chica rica de Los Angeles, también es la hija de uno de los empresarios más famosos y poderosos del país. Después del atentado sucedido en su cumpleaños, su padre sabe que Layla corre grave peligro y el único indicado para...