Karma

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Narra Layla

Cuando desperté, el sol ya se encontraba iluminando con fuerza toda la habitación. Abrí los ojos de apoco mientras intentaba levantarme. Cuando intenté darme la vuelta, me percaté de que algo me lo impedía. La mitad de mi cuerpo se encontraba pegada al pecho de Parker. Nuestras piernas se encontraban entrelazadas debajo de las sabanas y sus brazos rodeaban mi cintura como una banda de acero, como si de alguna manera mientras dormía, intentará protegerme. Podía sentir su corazón latir, constante y fuerte. Me quedé allí, con mi respiración atorada en mi garganta. El pecho de Parker subía y bajaba constantemente contra mi lado.

La cercanía me estremeció por completo. Podría haberlo despertado, pero por alguna razón no lo hice. La sensación de su cuerpo encajar perfectamente con el mío, era mucho más fuerte que cualquier otra cosa. Cuando su agarre se afloja ligeramente, aprovecho para girarme y estar frente a frente. Tenía su bello rostro a tan solo centímetros del mío.

Descansando, parecía vulnerable, tranquilo. Los dedos me pedían trazar la línea de su mandíbula, tocarle los labios entreabiertos y ver si era real. Tenía que ser un sueño, algo producto de mi imaginación, porque no podía ser cierto que estuviese aquí.

Había algo íntimo en la manera en que nos encontrábamos. Cuando su cuerpo comienza a moverse y sus ojos comienzan a abrirse, mi pulso se dispara a un ritmo cardíaco. Él levantó su mirada, reflejaban confusión mientras miraba a su alrededor. Sus ojos marrones rápidamente se aclararon en cuanto su mirada encontró la mía, pude ver un brillo especial en ellos.

—¿Buenos días? —Dice con la voz ronca y somnolienta.

Parker se dio cuenta de que tenía sus brazos a mi alrededor. Después de unos minutos me soltó y usando sus poderosos brazos, se levantó de la cama. Sus ojos nunca abandonaron los míos. Tomó una respiración profunda, sus ojos se estrecharon y tuve la extraña sensación de que estaba analizando toda la situación.

Una pequeña sonrisa se dibuja sobre sus labios mientras estira su mano hacia a mí. La tomo y me levanto de la cama al igual que él. Cuando me encuentro de pie frente a él, aprovecha para deslizar sus brazos a mi alrededor abrazándome con fuerza. Entierro mi cara en el espacio entre su cuello y el hombro, inhalando profundamente su delicioso aroma.

—Todo estará bien. Te lo prometo. —Dice con firmeza mientras me sostiene.

Muchas emociones se elevaron en mí al mismo tiempo... Temor, esperanza y amor. Tanto amor que me aterraba. No sabía qué decirle. Mi mente seguía aturdida por todo... mi cerebro estaba sobrecargado. Simplemente quería guardar cada parte de este momento por siempre en mi memoria. Permanecimos abrazados más de lo que debíamos. Me rehusaba a querer a dejarlo ir y estaba segura de que él se sentía de la misma manera.

-...-

En cuanto salimos de la habitación, Luke le guiña un ojo a Parker mientras le da unos leves golpecitos en la espalda, él simplemente rueda los ojos y trata de ocultar una pequeña sonrisa. Luke se dirige hacia mi entregándome una taza de café y abrazándome en el proceso. Puedo notar cómo ha preparado un gran desayuno, debió haberse levantado muy temprano para tener toda la comida lista.

—No tenías que molestarte en hacer todo esto, Luke. —Digo asombrada mientras tomó asiento.

—La tradición tiene que prevalecer. —Dice regalándome una sonrisa. Enseguida me levanto de mi asiento y lo abrazo de nuevo con todas mis fuerzas.

—¿Tantas muestras de afecto deberían preocuparme?  —Bromea Parker mientras deja de desayunar y nos mira con falsa sospecha. Luke y yo reímos ante su comentario.

MI GUARDAESPALDASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora