Narra Layla
Después de cinco meses, Maurice se encontraba en Los Ángeles. No desperdiciaría ni un minuto más sin verlo. Había pasado mucho tiempo, por lo que tenía que verme radiante. Quiero decir, mucho más radiante. Mientras pintaba mis labios, Parker entra a la habitación y se coloca a mi costado con esa pose de soldado que solo me deja los nervios de punta.
—Un amigo muy importante regresa de Londres. Llegará en cualquier momento. —Le hago saber. Parker parece querer decir algo, pero en ese preciso instante escucho el timbre. Le lanzó mi bolso y salgo de la habitación.
Al llegar a las escaleras, puedo visualizar a Maurice quien se encuentra de espaldas saludando a mi padre. Bajo las escaleras sin lograr contener mi emoción por verlo, así que lo volteó y lo abrazo con fuerza. Ambos gritamos con emoción, mi padre cubre sus oídos y desaparece del lugar.
—¿Como es posible que luzcas aún más hermosa? —Dice tomándome de las manos y mirándome por completo. —Tenemos mucho que hablar, cariño. No sabes lo mucho que te he extrañado.
—Podemos ir a comer, conozco el lugar perfecto. —Le digo y lo abrazo nuevamente. —Te he extrañado tanto.
Parker se encuentra a mis espaldas con su rostro completamente confuso, lo cual me tiene sin cuidado. Le digo que prepare el auto mientras tomo a Maurice del brazo para así dirigirnos hacia la puerta principal.
Durante el trayecto, Maurice me cuenta sobre el tiempo que estuvo en Londres. Él no es solo mi mejor amigo, sino también es un diseñador de modas increíblemente exitoso. Para ser tan joven, el tenía un talento inimaginable. Al llegar al lugar, pedimos dos mesas separadas, Parker frunce el ceño.
—¿Te importaría sentarte en otra mesa? —Le preguntó con un tono extremadamente dulce para que no pueda negarse.
—No creo... —Lo interrumpo antes de que pueda decir algo más.
—Genial. Puedes pedir lo que quieras, yo invito. —Le digo dirigiéndome a mi mesa. Parker permanece con una mirada frustrada pero termina cediendo ante mis órdenes.
Para mí mala suerte, la mesa de Parker no se encontraba muy a lo lejos de la nuestra. Mi guardaespaldas se encontraba mirándonos con un par de ojos filosos. Desde aquí podía notar como Parker solo había pedido un vaso con agua, lo cual me hace reír sin gracia. Realmente era un orgulloso. Bebo de mi copa de vino mientras dirijo mi mirada devuelta a Maurice.
—Después de tanto tiempo sin vernos, realmente no esperaba que tuvieras un guardaespaldas. —Dice Maurice mirando de reojo a Parker. —Mucho menos uno tan caliente como el.
—Papá y yo sufrimos un altercado justo el día de mi cumpleaños. —Maurice abre los ojos con sorpresa. —Fue bastante aterrador, pero esas cosas pasan todos los días en Los Ángeles.
—Estoy tan aliviado de que se encuentren bien. —Dice mientras toma mi mano. —Entiendo la posición de tu padre, creo que es lo mejor que tengan un sistema de seguridad.
—Por supuesto que no. —Digo apartando mi mano. —Tienes que ayudarme. Tengo que deshacerme de él y rápido.
—No puedes estar hablando enserio, Layla. —Dice como si mis palabras fueran absurdas. — Esto no es solo sobre ti, le estarías quitando el trabajo.
—¿Desde cuándo eres un persona racional? No lo necesito. Yo puedo cuidarme sola. —Miro a Parker quien ahora parece dirigirse hacia nosotros. Levanto mi mano y le hago una seña para que regrese a su mesa.
—Después de que tu padre me dijera lo tranquilo que se encuentra desde que lo contrató, dudo mucho que lo despida. —Dice como si eso me hiciera recapacitar mi decisión.
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MI GUARDAESPALDAS
RomanceLayla Jones no solo es una chica rica de Los Angeles, también es la hija de uno de los empresarios más famosos y poderosos del país. Después del atentado sucedido en su cumpleaños, su padre sabe que Layla corre grave peligro y el único indicado para...