Capítulo CXVI

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POV Vegeta
Me quedo embelesado disfrutando de lo que mis ojos ven. Recorro visualmente su cuerpo de arriba abajo relamiendo mis labios. Nunca, jamás había  tenido a una mujer así de hermosa frente a mí.
Mi mirada choca con la suya, la pongo nerviosa e inclusive sus mejillas se sonrosan. Sonrío de lado, sin dejar de verla empiezo a deshacerme de los botones de mi camisa de manera lenta y puedo darme cuenta de la reacción que causo en ella, sus ojos no se despegan de mi piel que va quedando expuesta.
Tiro la camisa al piso, abro el broche del cinturón. Acorto la distancia dando un paso hacia ella. Con apenas la punta de mis dedos acaricio suavemente su cuello y voy bajando pasando intencionalmente entre medio de ese par de redondos senos cubiertos por solo un pedazo de tela. Llego a su ombligo, bajo un par de centímetros, jadea, sonrío. Aparto velozmente mis dedos para tomar su mano y ponerla justo debajo de mi abdomen
-me ayudas con el zipper?
Pregunto con voz un poco más grave. Puedo notar que sus ojitos se pierden en la protuberancia que hay entre mis piernas.
POV Bulma
Siento una ola de calor que se estaciona en mi intimidad, un cosquilleo que no deja de humedecer mis pliegues que comienzo ya a sentir hinchados. Todo lo anterior de sólo verlo.
Cuando toma mi mano entre la suya ansiosa estoy de sentir esa deliciosa erección que ya no cabe entre sus pantalones. Comienzo a recorrerla de abajo arriba, aun sobre la ropa, entrecierro mi palma aprisionándola para sentirla mejor. Es enorme, mi puño lejos esta de cerrarse.
Un jadeo muy varonil sale de entre sus labios y eso me excita más.
-sigue, me encanta cómo lo haces…
Menciona.
Tener su dureza entre mi mano me hace querer sacarlo ya. Me apresuro con el zipper, el pantalón cae al piso.
-oh…!
Suelto un gemido de sorpresa y placer, no solo siento el rostro caliente. Quiero liberar su virilidad de la ropa  interior.
-aun no
Me detiene, tomando mis dos manos entre su derecha y subiéndolas por encima de mi cabeza para enseguida atacar mi cuello a besos y mordiscos. Es imposible que su erección no choque una y otra vez con mi abdomen y esa sensación es exquisita.
Con su mano libre hábilmente desabrocha mi bra dejando mis senos libres. Me observa con lujuria relamiendo sus labios.
-mmm, qué delicia!
Inmediatamente posa su boca en uno de ellos mientras que el otro lo amasa a su antojo. Yo no dejo de jadear una y otra vez, cada ocasión más fuerte.
Cuando comienza a mover su pelvis contra mi medio cuerpo es cuando estoy perdida. Sus movimientos son suaves, cadenciosos y al ritmo de sus caricias sobre mis pechos.
Mi cuerpo se tensa. Puedo sentirlo, esta por llegar. Una cascada de cosquillas se expande por todo mi cuerpo.
-rico?
Pregunta a mi oído, yo solo atino a asentir con la cabeza. Libera mis brazos y los enrollo en su cuello como pidiendo que me sostenga puesto que aún no me recupero. Siento sus manos en mis glúteos
-hey! Qué abusivo!
Me quejo porque yo esperaba que me tomara de la cintura. Solo se ríe.
-vamos, si te vas a quejar que sea de otra manera…
Sugestivo menciona para enseguida bajarse el bóxer quedando así libre su enorme erección. No solo mis labios superiores se humedecen…
POV Vegeta
Palpo nuevamente su trasero a mi antojo hundiendo mis dedos continuamente sobre su piel.
-cómo me encantan!
Hago mención clara a ese par de nalgas tan voluminosas que posee y me hacen perder la razón. Doy un par de azotes provocándole varios gemidos. El sonido de mis palmas sobre sus glúteos es algo que disfruto demasiado.
Meto mi índice izquierdo  por debajo de la tira de la tanga, a la altura de su cadera, hasta llegar casi a su monte. Levanto más la tira al tiempo que con mi mano derecha tomo mi miembro para ponerlo por debajo de esa delgada cinta de encaje. Hago movimientos suaves de adelante hacia atrás. Mis ojos no se despegan de ésta imagen, cada vez que empujo hacia enfrente lo hago más profundo hasta que no queda nada de piel libre que cubra el glande. Puedo sentir que ella también está mirando y eso me excita más.
Me detengo  un instante para ver su expresión facial; sus mejillas sonrojadas, sus pupilas dilatadas, algunas gotas de sudor perlando en la frente y sienes, los dientes aprisionando su labio inferior…
-te gusta lo que ves?
Asiente con la cabeza
-y lo que sientes?
Empujo más fuerte. Mi pene sube y baja a un lado de su ombligo.
-aaah! Mucho!!
Grita.
Paso mis dedos indicé y pulgar alrededor de su boca haciendo suaves masajes hasta introducirlos. Su lengua se encarga de humedecerlos y yo no puedo evitar imaginar que lo que tiene dentro de su boca es otra parte de mi cuerpo y no mis dedos…
Una vez húmedos los saco para llevarlos hasta la punta de mi virilidad y así se mezcle con los fluidos que han empezado a emanar del glande. Nuevamente los regreso a su boca y ella disfruta lamiendo parte de mi esencia.
La tomo con fuerza de la cintura acerco mi boca a su oído
-quiero cogerte sobre la alfombra
*
Su espalda sobre la alfombra, sus piernas a mis costados y yo haciendo chocar una y otra vez el pene contra sus jugosos pliegues. Tenerla completamente expuesta, solo para mí, a mi voluntad, es algo que me pone mucho mas duro.
Sus liberaciones previas han dejado su intimidad demasiado húmeda, cosa que me permite mover mi miembro de un lado a otro. Acaricio con el mismo sus labios y hago un suave masaje en su clítoris para llevarla al éxtasis nuevamente. No termina de recuperarse cuando de poco a poco me sumerjo en su interior. No pierdo detalle de su rostro, de gemidos pasó a gritos. Me voy acomodando en su húmedo y cálido interior.
En cada estocada voy metiéndome  mas y más.  Disfruto ver cómo mi erección se pierde dentro de ella. Su intimidad esta hinchada, en un tono mas rosado debido a la fricción y excitación.
Sus tetas rebotan en cada choque, las tomo entre mis manos. Muevo la pelvis más lentamente y cuando llevo la mitad adentro doy un empujón fuerte, repito lo mismo varias veces haciéndola gritar de placer.
Subo mis manos hasta su cremoso cuello para sujetarlo y apretarlo un poco. Es ahí cuando siento que va a enloquecer. No resisto mucho tiempo al verla y escucharla así y menos cuando su interior me aprieta al sufrir contracciones, clara señal del clímax.
Estoy por perder la razón ante tal situación, hundo mas mis pulgares en su cuello. Cuando ha terminado rápidamente salgo de su interior, me quito el preservativo y paso mi palma derecha sobre la erección un par de veces para terminar liberándome en su pecho y rostro.


Continuará...

Protégeme de lo que deseo//VxB (AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora