Nuestra Principessa. 8°

🔥CAPITULO 22🔥

SIN EDITAR.

💓<<{Alaric}>>💓

Mi hermano baja a las corridas a nuestra mujer cuando llegamos a la casa, ella no está lastimada, pero no deja de llorar y eso no me gusta.

¿Qué tanto vio para que llore así?

En los entrenamientos hemos visto muchas cosas, nada nos asusta o inquieta, claro nunca vimos a un niño casi ser abusado, o serlo.

Ajax: ¿Puedes por favor calmarte? Principessa, pones nerviosa al niño y a mi también.

Hera: ¿Qué pasó?

A la mierda, ¿Alguien más quería estar aquí? ¿Cómo es que llegaron tan rápido Leo, Max y Lía?

Aquí están, nuestros padres, hermanos, abuelos, todos, esperando que les digamos que paso.

Lía: ¿Qué te pasó mi niña?

Intenta acercarse a ella.

Amélie: No, quieta.

Dice aún desde los brazos de Balam.

<<Bebé quieres por favor sacar tu cabeza.>>

Al estar al lado de Balam y ella, puedo ver al niño mirarla y solo saca su cabeza una vez que ella asiente con una sonrisa forzada.

<<Necesito que lo revisen y necesito que la gente se disperse, lo hacen alterar.>>

Leo: ¿Están bien?

Mi mujer asiente.

Amélie: Necesito ropa para él.

Arlene: Ya le compre principessa, suéltalo para que podamos atenderlo.

Amélie: No me voy a separar de él, así que amor llévame a la camilla.

No le discute y la sienta con el niño en brazos.

Gianluca: Necesito que le bajes la sábana hasta su estómago principessa.

Ella hace una mueca y lo hace, al fin podemos ver bien al niño, está un poco flaco, no lo suficiente para que su clavícula y costillas sobresalgan, pero si para que se hagan notar.

Arlene: ¿Cómo te llamas precioso?

Alessandra: ¿Quieres algo de comer pequeño?

Ella le sonríe mientras le muestra un cupcake, no es lo mejor que podría darle, pero es lo que puede entretenerlo mientras lo revisan.

El niño lo toma y mira a Amelie, siempre asegurándose de que ella le diga que sí.

Arlene: ¿Precioso me dirías tu nombre? ¿Quieres que busquemos a tus padres?

La principessa le frunce el ceño con mala cara.

Niño: Mami.

Señala a mi mujer.

Arlene: ¿Ella es tu mami, precioso?

Niño: Sí, mi mami.

Arlene: ¿No tienes otros padres aparte de tu mami?

Niño: Sí, pero no me cuidan, mami si.

Gianluca: Principessa, no llegaron a hacerle nada, tiene leves golpes que deben de haberlos hecho cuando lo atraparon, es posible que le salgan moretones, más allá de eso, no tiene nada más que bajo peso.

Alessandra: ¿Te gustaría comer algo pequeño? Puedo cocinar lo que desees.

Ajax: ¿Hamburguesa?

Aleksander: Come una, niño, son las mejores.

Le sonríe al niño.

Arlene: Lo hará, ¿Verdad? —el niño asiente— ¿Me dirás tu nombre?

Niño: Ares.

Lía: ¿Sabes cuántos años tienes pequeño Ares?

Las lágrimas de mi suegra empiezan a caer cuando el niño levanta tres deditos con una sonrisa.

¿Cómo puede sonreír después de todo lo que vivió? La inocencia y la excesiva felicidad de los niños todavía me asombra.

Alessandra: ¿Quieres venir conmigo pequeño? Ya hice tu hamburguesa.

Tom: Son las mejores del mundo pulguita.

Dante: Principessa tu tienes que bañarte.

Ares: No.

El niño nos mira mal a todos.

Amélie: Bebé, estoy sucia tengo que bañarme y tú también.

Ares: ¿Ellos no te lastiman?

Nos señala a todos nosotros, incluyendo sus padres, los nuestros, todos en fin.

Amélie: No bebé, todos ellos me cuidan.

El asiente con su cabecita antes de volver a sonreír.

Ares: No me se bañar.

Amélie: ¿Quieres que te bañe yo?

El niño lo piensa y niega con su cabecita antes de señalar a Aleksander quien se señala el pecho.

Aleksander: ¿Yo?

Ares: Mami sonríe cuando te ve.

Arlene: No mames, tienes tu milagro hermano.

Aleksander: Cállate pendeja.

Ares: Pendeja.

Alaric: No sé dice eso.

Ares: Pendeja.

Ruedo los ojos, no dejará de decirla ¿Para que gastarme en explicarle?

Ajax: Pendeja no, Ares, eso puede lastimar a las personas.

Ares: Pero él se lo dijo a ella.

Miro mal a Alek.

Alaric: Imbécil, ahora va a pensar que lastimas a mi mamá.

Aleksander: Si él fue el que dijo que esa palabra lastima, mocoso.

Señala a Ajax.

Amos: No les hagas caso niño, decir pendeja no lastima a las personas, dila si alguien te molesta, pero ellos serían pendejos.

Nos señala y le sonríe.

Ares: Pendejos.

Christoph: Amos, no debes decirle eso, tu no decías eso a los tres años.

Dante: Decíamos pendejo, imbécil, estúpido, inútil…

Arlene: Estúpido, cállate.

Atenea: Si mejor cállate antes de que nos enteremos de quién se las enseñaba.

Mi madre señala a papá Cassius.

Cassius: Si, porque tú querías que dijeran hijos de puta y puta madre.

Atenea: Pendejos.

Ares: Ella lo dijo.

Amélie: Si, en esta familia los insultos son como…

Aleksander: Así demostramos afecto.

Ares: Entonces eres pendeja mami.

La principessa se tapa el rostro con la mano y todos nos reímos.

Amo a ese niño.