Nuestra Principessa. 8°

🔥CAPITULO 7🔥

SIN EDITAR.

FOTO ARRIBA

Una semana y media después...

🧡<<{Angelo}>>🧡

Luca envió un mensaje al grupo hace aproximadamente una hora, que fue lo que tardamos en llegar aquí.

Al club "Amiratuna" (Nuestra princesa) que es de Dante, Luca y Amos.

Bueno, la razón por la que vinimos, fue porque nos avisó que Amelie estaba aquí, ¿No estaba durmiendo en su habitación?

Se despidió temprano de nosotros porque según ella, llegó cansada del viaje y quería dormir, pero ahora nos avisan que está aquí.

Donde hay más de mil hombres cachondos y toquetones a su alrededor.

Entramos cuando el de la puerta nos reconoce y nos ponemos a buscarla por todos lados, al no encontrarla subimos al apartado de mis hermanos dónde sé con certeza que estarán todos.

Angelo: ¿Dónde está?

Balam me señala el medio de la pista y cuando la busco, la encuentro.

Está sola, bailando con una radiante sonrisa, tiene los ojos cerrados y se está moviendo al ritmo de la canción sin importarle que todos a su alrededor la estén mirando lascivos.

Incluso algunas mujeres.

Balam: Se está divirtiendo.

Aleksander: Y alguien perderá su mano.

Veo que lo dice por el hombre que se está acercando peligrosamente su mano a la nalga de mi mujer, pero antes de que llegue y de que nosotros bajemos a matarlo.

Amélie sujeta su mano, con la otra levanta un dedo y niega en el rostro del hombre, lo empuja para que se pierda entre la gente y mira en nuestra dirección.

A Balam en particular, le guiña un ojo y le tira un beso.

Puto suertudo.

Aleksander: Recuerdame porque no te mate de bebé.

Balam: Porque me amas y no matamos a la familia.

Le recuerda.

Aleksander: Desgraciadamente.

Asiente con su cabeza mientras miramos a nuestra mujer bailando.

Pedimos una ronda de bebidas que nos traen enseguida, seguimos mirándola, es adictivo hacerlo, la forma que menea sus curvas tan sensualmente me atrae.

No soy al único al parecer, el hombre al que echo hace rato volvió, se lo ve caminando hacia ella de manera descoordinada, tambaleándose.

Mierda está borracho.

Bajo las escaleras corriendo y empujó a la gente para llegar hacia ella.

Amélie: ¿¡Qué haces imbécil!?

La mano del hombre está posada en su nalga derecha y ella lo está mirando mal.

Hombres: Tienes un trasero en el que podría hundir mi polla.

Angelo: No podrás hundirlo en ningún otro lado si no te alejas.

No lo hará, por tocarla, pero no voy a decir eso.

Lo separó de mi principessa y a ella la coloco en mi espalda pegada a mí, sus senos se apoyan en mi espalda, puedo sentir la dureza de sus pezones.

Puta madre.