22 ✨ The Storytellers ✨

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NETEYAM

En el camino de regreso, después de haber llevado a Della hasta donde se encontraban los avatares para que pudiera descansar, no podía evitar cargar con la culpa de no haber previsto su malestar. Observaba cómo sufría un agudo dolor de cabeza debido a esa maldita bebida, mientras su frágil figura luchaba por mantenerse en pie.
Mi mente se inundaba de remordimiento al percatarme de que no había estado a la altura. No había sido suficiente para ella, había fallado en mi deseo de protegerla y cuidarla.

Soy un completo imbécil. Debería haberme dado cuenta y advertirle sobre la jodida potencia del Kava.

La vorágine de la noche me había llevado lejos, sumergiéndome en la euforia del grupo, cautivado por su deslumbrante sonrisa y sus chistes malos, que avivaban mi deseo de pasar con ella toda la noche.
En medio de aquella embriagadora diversión, no fui consciente de cuánto ella había bebido.

Cuando el grupo se dispersó, y Mäipxo la invitó a bailar alrededor de la fogata, fue cuando ví que no se encontraba bien. No aparté mis ojos de ella.
Y entonces la vi desvanecerse, y con el torrente de preocupación corriendo por mi cuerpo, corrí hacia ella, sujetándola en mis brazos con fuerza, evitando que su delicado cuerpo se estrellara contra el suelo.

El despreciable ni siquiera se molestó en ofrecerme su ayuda para ayudarla a sentarse.

La sostuve con delicadeza, procurando que su cuerpo encontrará comodidad en mis brazos mientras la apartaba y la ayudaba a sentarse.


Al llegar, absorto en mis pensamientos, apenas percibí que la celebración llegaba a su fin bajo la protección del árbol hogar. Con pasos lentos y anhelando un poco de sosiego y descanso, me encaminé hacia mi hamaca.

Me recosté suavemente, permitiendo que mi cuerpo se hundiera en la comodidad. Finalmente, mi mente encontró su ansiada calma. Dejando de lado las preocupaciones y las reflexiones sobre lo sucedido, y las interrogantes sobre cómo podría haberlo previsto.

En ese momento, me permití simplemente flotar en un mar de serenidad.

Bajo la brisa nocturna que acariciaba mi rostro, me entregué a la magia del momento. Cerré los ojos y dejé que el susurro de las hojas y el murmullo de los grillos llenaran mis sentidos. En esa ensoñación, todos los pensamientos se desvanecieron, dejando espacio para una paz profunda y reconfortante.

Apenas había encontrado paz cuando su voz susurrante pronunciando mi nombre resonó en mi mente. El eco de su confesión, su declaración, desató una ola de emociones arrolladoras.

Siempre había percibido la manera en que ella me miraba, la forma en que su sonrisa se ampliaba cuando estábamos juntos. Podía sentir la irresistible fuerza en el aire, una conexión innegable que existía entre nosotros. Pero escuchar esas palabras brotar de sus labios, en un estado tan vulnerable y genuino, despertó en mí un deseo incontrolable de envolverla entre mis brazos y escapar juntos.


Sin embargo, a pesar de que escuchar esas palabras fue un deleite indescriptible, también sabía lo doloroso que sería para ella recordarlas. Deseaba que el efecto embriagador borrara de su mente esa confesión.

Después de aquel día en el árbol de las voces, todo se aclaró para mí. Ella está atrapada en una neblina de incertidumbre, cuestionando su verdadera esencia. No había comprendido completamente la profundidad de sus conflictos internos hasta aquel revelador día.
Es indudable que ama la forma de vida del clan, y le gustaría formar parte del mismo. Pero también es innegable que su sed de curiosidad y deseo de aprender la mantienen inmersa en los estudios de las personas del cielo. Yo mismo me he visto sorprendido decenas de veces por lo asombrosos que son los inventos e investigaciones de la gente del cielo.

My Eywa || AVATARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora