Bajo el resplandor dorado del atardecer, me encontraba cabalgando junto a un grupo de valientes guerreros después de sabotear otro convoy de provisiones perteneciente a la RDA.
En los últimos 20 días me había sumado activamente a estos ataques desde tierra. Buscando en ellos una manera de distraer abrumadora mente.
La eternidad se extendía frente a mí, y la soledad amenazaba con devorar mi alma. Todo lo había perdido, y así el temor al peligro se había desvanecido, pues ya no tenía nada más que perder.
La adrenalina que acompañaba cada ataque, me brindaba un escape temporal de mis pensamientos y la tristeza que me acosaba. Era una oportunidad para liberarme, desconectarme de la penumbra emocional que me envolvía cada minuto.
Mientras montaba mi pa'li de regreso a High Camp, el viento acariciaba mi rostro suavemente. Escuchaba el murmullo de las voces de los demás a mi alrededor. Sentía el tintinear del arma colgada de mis hombros rozar las hebillas de la montura, con cada paso que el pa'li daba. El aroma de la tierra mojada por la reciente lluvia llenaba mis sentidos, sumergiéndome en una sensación de frescura.
Hallaba consuelo al sumergirme en mis sentidos, intentar focalizar la mente en mi alrededor, evitando que está divagara hacía las sombras que me acosaban.
Lo que más me reconfortaba, sin embargo, era la conexión con mi pa'li. Podía sentir sus latidos vibrar y su respiración serena y tranquila fluir por su cuerpo. Era un momento de profunda paz y armonía, donde nos fusionabamos en uno solo. La calma que emanaba del noble animal se transmitía a mi propio cuerpo, permitiéndome sentirme envuelta en su serenidad.
Cuando mis compañeros giraron a la derecha para regresar al refugio, adentrándose en las grutas, una parte de mí sintió una fuerte resistencia. Aún no me sentía lista para regresar nuevamente a aquel lugar, donde las heridas del pasado seguían latentes.
Sin dudarlo, tomé las riendas de mi pa'li y jalé suavemente de ellas hacia atrás para detener nuestro avance. Mientras los demás me esquivaban siguiendo su camino, junté las riendas, cinchando de ellas hacia atrás desviandonos del sendero.
Juntos cabalgamos a un trote apacible, alejándonos de High Camp.
Mi corazón no se sentía preparado para regresar a ese lugar lleno de recuerdos vacíos. En cada rincón podía ver a Neteyam, a Spider, a todos quienes ya no estaban conmigo.
Por eso, buscaba consuelo en el bosque, anhelaba paz, y la naturaleza prometía sanar mis heridas.
Mientras me internaba en la espesura, me fundía en perfecta armonía con la naturaleza que me rodeaba.
La exuberancia y belleza del bosque me envolvían, y pronto perdí la noción del tiempo.
No fue hasta que la vegetación comenzó a brillar con su característica bioluminiscencia, que me di cuenta de que la noche había caído sobre nosotros.
Entonces me encaminé de regreso, con mi mente distraída, llena de recuerdos de las personas que ya no estaban a mi lado, que se habían ido.
De repente, una pequeña lucecita captó mi atención, y enfoqué la vista hacia ella. Con claridad, noté que era una hermosa atokirina brillando amena sobre la cabeza del pa'li, justo entre sus orejitas.
La atokirina se movió con gracia y lentitud hacia mi izquierda, flotando en el aire.
Sin poder evitarlo tomé las riendas para detener al pa'li una vez más. Luego, seguí el movimiento de la semilla con la mirada, observando hacia dónde se dirigía.
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My Eywa || AVATAR
RomansaEsta es la historia de mi vida, Huérfana desde los 5 meses de edad. Mi hogar? La base humana de Pandora. Pero todo cambió el día que el mejor regalo que nunca jamás podrá ser superado, llegó al laboratorio en manos de Harper: mi propio AVATAR. ~~•~~...