Tras regresar a la orilla después de recolectar almejas, Ronal nos guió hacia una enorme fogata que crepitaba en medio de la suave arena. La mayoría del clan se había congregado alrededor, formando un círculo que parecía abrazar el fuego.
A medida que nos acercábamos, una sinfonía de aromas embriagó mis sentidos: el fresco perfume del pescado y el inconfundible aroma a sal marina. Kiri, siempre perspicaz, percibió mi reacción ante los nuevos y peculiares olores, y con una sonrisa pícara comentó: "No sabe tan mal como huele, además, te acostumbrarás".
La cálida luz de la fogata derramaba un manto dorado sobre la noche y lanzaba destellos que parecían bailar en los rostros de quienes la rodeaban. Nos alejamos del grupo con el que habíamos recolectado las almejas, y noté cómo Ronal se aproximaba a un conjunto de personas que parecían estar ocupadas cocinando, entregándoles las almejas. A medida que nos acercábamos, el murmullo de voces y risas del clan se tornaba más vibrante, sumergiéndonos en una atmósfera rebosante de vitalidad y alegría. Era como si la fogata fuera el corazón que latía en el centro de la comunidad.
Siguiendo a las chicas de cerca, nos unimos al grupo alrededor del fuego, y pude observar cómo Kiri, Tuk y Tsireya se dirigían hacia donde Neteyam y Lo'ak ya estaban sentados en un círculo, sosteniendo una animada conversación.Busqué con la mirada a Neytiri y Jake, pero estaban un poco alejados, inmersos en una charla llena de risas y sonrisas, tan abstraídos de su alrededor que ni siquiera notaron nuestra llegada.
Mi atención se centró en Tsireya cuando, sin titubear, se sentó junto a Lo'ak, quien la recibió con una amplia sonrisa que parecía expresar una conexión que iba más allá del breve tiempo que se conocían. Mi curiosidad se avivó, y al buscar respuestas en Kiri mientras ambas nos acomodábamos, noté que ella estaba concentrada en Tuk, quien se sentaba entre sus piernas justo enfrente de ella, incapaz de proporcionarme una respuesta en ese momento.
Neteyam se inclinó hacia mí sonriente y galante, sus ojos destellando bajo la luz de la fogata, y susurró con un toque de arrogancia en mi oído: "Hasta que llegan". Un ligero rubor tiñó mis mejillas al sentir su respiración en mi cuello, y le respondí con una tonta sonrisa.
Lo'ak apartó la mirada de Tsireya una vez que se saludaron, y sus ojos chispeantes se posaron en mí. "Entonces, O'deya, ¿cómo te fue bajo el agua?" me preguntó con su característico brillo vivaz y burlón.
Para responderle, me incliné ligeramente hacia adelante, asomando mi mirada por detrás de Neteyam. "Fue patético", suspiré, recordando las múltiples veces que tuve que ascender para respirar. "No sé cómo lo hacen, pero Kiri y Tuk se quedaron bajo el agua mientras yo tuve que salir a tomar aire unas 20 veces", confesé, riendo y sintiéndome un poco abrumada.
Carcajadas llenaron el aire, una sinfonía compartida por Lo'ak, Neteyam y Kiri.
"Al menos es bueno saber que ustedes dos ya han mejorado", señaló Lo'ak, burlándose juguetonamente de Kiri y Tuk con una sonrisa provocativa.
"Por supuesto que han mejorado", intervino Tsireya con dulzura, asomando su cabeza por detrás de Lo'ak. Una pregunta latente en mi mente era por qué Tsireya prefería sentarse con "los chicos del bosque" en lugar de con sus amigos o familiares. "Todos ustedes", dijo, dirigiendo una cálida sonrisa a Kiri, quien se encontraba en el otro extremo de nosotros.
"Lo sabemos, Tsireya", respondió Lo'ak mientras se volvía hacia ella y acariciaba su brazo, lo que me hizo fruncir ligeramente el ceño. "Pero estamos burlándonos de que O'deya no sabe nadar. Es divertido porque ninguno de nosotros sabía al llegar aquí, y verlo en alguien más es hilarante y reconfortante", añadió con ternura, lo que provocó una risa suave por parte de Tsireya.
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My Eywa || AVATAR
RomanceEsta es la historia de mi vida, Huérfana desde los 5 meses de edad. Mi hogar? La base humana de Pandora. Pero todo cambió el día que el mejor regalo que nunca jamás podrá ser superado, llegó al laboratorio en manos de Harper: mi propio AVATAR. ~~•~~...