My Eywa || AVATAR

37 🫧 The Metkayina 🫧

CAPITULO MEGA LARGO Y ESPECIAL!
Espero muchos comentariossss y votos!! No dejen de mostrarle su apoyo a la historia 🥹😢

~~•~~•~~•~~•~~•~~•~~•~~•~~•

Surcabamos la vastedad del cielo con Tanhi. Los cálidos rayos del sol derramando su resplandor sobre nosotros, generando un abrazo de calor reconfortante. La brisa traviesa nos envolvía, creando danzas juguetonas a nuestro alrededor. Nos encontrábamos inmersos, dos almas sincronizadas, en el mundo que nos rodeaba.

Cada suspiro mío resonaba en sintonía con la respiración entrecortada de Tanhi, como un eco de su esfuerzo. En el compás de mi propio corazón, podía sentir el palpitar acelerado del suyo, una melodía que revelaba los signos de agotamiento y fatiga.

Era evidente que necesitábamos una pausa; una última parada de descanso antes de llegar a los arrecifes costeros donde viven los Metkayina.

Volábamos sobre una playa aislada, un rincón abandonado donde solo la naturaleza mantenía su reinado. Nuestro descenso fue suave, aterrizando sobre la arena dorada. La playa frente a nosotros se extendía desierta y serena.

Nuevos olores y colores embriagaban mis sentidos: el penetrante aroma a pescado fresco y la brisa cargada de sal marina se entrelazaban en el aire, mientras mis pies se hundían en la tibieza de la arena. Era un mundo completamente distinto, marcado por el bioma de arrecifes que había reemplazado al familiar bosque.

Habían transcurrido ya seis horas desde nuestra partida.  Cuatro horas volando, y 2 pausas en el medio de una hora cada una para que Tanhi pudiera descansar.

Ahora, en este tranquilo rincón, teníamos una hora para recobrar fuerzas, y revitalizarnos antes del tramo final de nuestro viaje.

Tomé el contenido de mi bolso y compartí con Tanhi unas frutas jugosas y refrescantes. Observé cómo devoraba cada una con ansias, sintiendo en lo más profundo de mi ser, ternura y cariño creciendo por este bello compañero de vuelo.

Mientras Tanhi se alimentaba y descansaba, yo me sumergía en mis pensamientos, mis planes meticulosamente trazados junto a Harper y Mo'at se desplegaban en mi mente.

Mis pasos dando vueltas en círculos por la playa, el suave crujir de la arena bajo mis pies creaba un ritmo incesante. Mi mirada se perdía en el horizonte, donde el cielo y el océano se abrazaban en un abanico de tonos y colores. Un torrente de emociones me invadía: anticipación, ansiedad, temor.

Hace un par de noches, en la oscuridad que abrazaba Pandora, Mo'at y yo compartimos un momento especial. Sentadas en la base de un árbol de las voces, nuestras esencias se entrelazaron en perfecta armonía con el espíritu de Eywa.

Juntas, desenmarañamos las señales que Eywa había tejido especialmente para mí.

En una conversación que se extendió por horas, empapada de sabiduría y revelaciones, logramos comprender la razón detrás de aquellas atokirinas que me habían guiado a aquel recóndito rincón del bosque días atrás.

Con su apta e inigualable capacidad de interpretar la voluntad de Eywa, Mo'at, me ayudó a repasar minuciosamente cada detalle. Exploré cada rincón de mi mente y, con su apoyo, finalmente me permití abrir mi corazón a lo que anhelaba en lo más profundo de él.

Era un deseo que había permanecido oculto, sepultado en lo más profundo de mi ser desde el retorno de la RDA, eclipsado por la tragedia, las tareas y el peso del dolor que había embargado mi corazón. Había olvidado algo que resonaba en lo más íntimo de mi ser, algo para lo que incluso me había estado preparando.