Caminaba por mi cuenta a través del bosque, siguiendo las indicaciones de Harper, quien me había permitido salir esta noche en mi Avatar en busca de algunas muestras vegetales.
Me encontraba por un sendero seguro y confiable por el que avanzaba guiada por la motivación de cumplir con mi tarea.
En un instante crucial, el sendero se bifurcaba ante mis ojos, recordándome que el camino de la derecha conducía al árbol de las voces al que Neteyam me había llevado el día en que recibí mi Avatar.
A pesar de no tener permitido ir allí, y menos por mi cuenta, algo en mi mente gritaba con vehemencia que tomara ese camino. Era una fuerza inexplicable, irresistible, que brotaba desde lo más profundo de mi ser y me instaba a desviarme hacia aquel enigmático destino.Avanzando con cautela por el sendero elegido, tomé más muestras mientras mi deseo irrefrenable, de volver aquel magico lugar me controlaba.
Aunque no era el mismo camino que compartí con Neteyam en el pasado, sabía que esta ruta me permitiría acceder al árbol desde otro ángulo, sin tener que cruzar el río.
Finalmente llegué, y asomándome con sigilo, descubrí con horror que alguien ya estaba allí. Mi corazón se aceleró y la adrenalina se apoderó de mi ser, mientras me escondía detrás de un árbol, agitada y ansiosa por ser descubierta sin permiso en este sagrado lugar.
La curiosidad y la intriga se apoderaron de mí, y a pesar del peligro, no pude resistir la tentación de asomarme cautelosamente desde mi escondite, buscando con la mirada a esa persona.
Mis ojos se posaron sobre cada rincón en busca de alguna señal de su presencia. La luz de la luna se filtraba entre las hojas, creando sombras danzantes que parecían burlarse de mi inquietud. Cada suspiro del viento parecía llevar consigo un suspenso sobrecogedor, como si el destino mismo estuviera jugando conmigo.
Mis manos se aferraban con firmeza al tronco rugoso con mi respiración contenida. Y entonces, mis ojos lo encontraron.Allí, frente a mis ojos extasiados, lo vi. Neteyam, estaba arrodillado reverentemente frente al árbol, se encontraba en perfecta comunión con la sabiduría ancestral mediante la conexión de su cola neural.
Irradiaba una calma serena y una completa concentración.
Un torrente de emociones me invadió en un instante, como si el universo mismo hubiera decidido revelarme la verdad. Mi interior se estremeció, mientras el entendimiento llegaba a mí
No podía creerlo.
Su figura imponente se erguía ante el árbol, con gracia y serenidad, emanando una belleza inigualable. Su presencia mezclaba fortaleza y elegancia.
Un suspiro quedó atrapado en mi garganta, incapaz de escapar. Era como si el aire mismo se hubiera vuelto escaso, robándome el aliento. Temblaba ante la idea de moverme, si lo hacía, este momento podría ser arrebatado de mi.Mi corazón latía desbocado, impulsándome a avanzar hacia él sin vacilar. El eco de mis pasos resonaba en el aire, entrelazándose con la melodía del viento susurrante mientras me acercaba, pisada a pisada, sobre la tierra vibrante bajo mis tenis.
A medida que me acercaba, pude percibir el exacto instante en que me vio, su cuerpo tensandose por el inesperado encuentro.
La sorpresa danzó en sus ojos, dilatándolos con asombro. Una sonrisa, como un destello de luz, comenzó a esculpirse en sus labios.
Sin titubear liberó su cola de la conexión con el árbol. Con movimientos decididos y firmes avanzaba hacia mí.En ese instante, supe que estaba completamente enamorada de Neteyam. Mi corazón ya no podía negar la verdad. Era un sentimiento poderoso y profundo, que trascendía la mera atracción.
Sentía la urgencia latente de tomar una decisión. No hoy, no ahora. Pero pronto. Porque las emociones me ardían como llamas incontrolables. Cada fibra de mi ser clamaba por lanzarme a sus brazos.
Debía decidir qué hacer, quién quería ser, con quien quería estar. Porque ahora, en este momento, juntaba cada fuerza que había en mi para luchar por esconder este fuego que me quemaba, pero temía que no pudiera apaciguarlo mucho más tiempo.El miedo y la incertidumbre se entrelazaban con la pasión y el deseo, creando una tormenta emocional que amenazaba con desbordarse. Debía encontrar la claridad en medio de ese vendaval de emociones.
"Hola", susurró con voz baja.
Atrapada en un trance, incapaz de escapar de la poderosa resonancia de mis pensamientos, no me encontre capaz de responder.
"¿Qué haces por aquí?", preguntó mientras notaba mi silencio. "Un lugar sagrado para los Omaticaya no debería ser pisoteado por una humana", se burló, mientras sus ojos ocultaban una chispa de complicidad.
Me disculpé tímidamente, apenas capaz de articular palabra.
"No te disculpes", se rió, sorprendido por mi reacción. "Solo era una broma", agregó, su risa resonando en el aire como una melodía seductora.
Su risa se filtró en mis oídos, y en ese instante, volví a sentir el peso de mi cuerpo y la realidad de la situación en la que nos encontrábamos. "Estaba recolectando muestras que Harper me pidió, y simplemente quise volver a ver los Kenten" menti.
"Pues los Kenten están del otro lado, ¿recuerdas?", me recordó con una sonrisa curiosa. "La vez que vinimos, cruzamos por el río, no pasamos por aquí", añadió curioso
Opté por apartar la mirada, incapaz de concentrarme en su presencia arrolladora. "Me confundí, evidentemente", me defendí con una risa nerviosa.
"Está bien, está bien, sabionda", agregó moviéndose una vez más frente a mí.
Tratando de evitar su mirada, pero siendo incapaz de hacerlo, sugerí: "¿Quieres ir a la rama?". Guardé algunas cosas en mi bolso. "Ya he tomado suficientes muestras por hoy".
Pasamos toda la noche allí, juntos, sentados uno junto al otro. Nuestros hombros se rozaban y nuestras piernas se entrelazaban. Observábamos las estrellas y compartíamos conversaciones susurrantes.
No sabía por qué estaba permitiendo que esto sucediera. Debería ser más fuerte, más inteligente. No debería adentrarme en este camino del cual no habría marcha atrás, un camino que podría arruinar nuestra amistad.
Pero su cercanía me llenaba de paz, tranquilidad, calidez y confort. Me hacía sentir única y especial en un mundo tan vasto.
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My Eywa || AVATAR
RomantizmEsta es la historia de mi vida, Huérfana desde los 5 meses de edad. Mi hogar? La base humana de Pandora. Pero todo cambió el día que el mejor regalo que nunca jamás podrá ser superado, llegó al laboratorio en manos de Harper: mi propio AVATAR. ~~•~~...