«Concierto para piano n.º 2 Op. 18 en do menor»
Serguéi Rajmáninov
En medio de la fría noche de invierno, Jisung se abrazó a su violín con fuerza, como si el instrumento fuera a calentar su de por sí helado corazón. Estaba roto, destruido en mil pedazos desde el momento en el que puso un pie en el hogar de la familia Bang, y ni siquiera la luna en lo alto del cielo podía calmar la desolación que lo ahogaba desde aquella fatídica tarde. El violín era su salvavidas, el fino hilo que lo salvaba de caer al precipicio de emociones sombrías en el que estaba a punto de hundirse y, por eso, lo asió contra sí como si su vida dependiera de ello.
De hecho, puede que su vida dependiera de ello. O, más bien, puede que su cordura dependiera del calor que le transmitía su violín.
Hacía apenas un año que se lo habían llevado del bosque y, sin embargo, todavía no se atrevía a salir del limitado cubículo de su cuarto y balcón. Se pasaba el día desangrándose en lágrimas, tumbado en la cama, y no dejaba que las criadas se le acercasen para que lo ayudaran a salir al exterior. Jisung no quería colaborar con ellas, solo deseaba que lo dejaran en paz. Quería ahogarse en sus propias lágrimas, pues solo en su miseria encontraba algo de refugio. Solo en sus lágrimas encontraba la forma de liberar el lacerante dolor que lo estaba consumiendo.
—Es su cumpleaños, señor Jisung.
Ante el silencio, la señora Yoon pidió al resto de sus compañeras que se marcharan de la habitación y se acercó a la cama del niño, escondido bajo las sábanas y con el violín entre los brazos. Se sentó sobre el colchón y acarició los mechones que se asomaban por encima de la colcha con lástima, lo que hizo que el cuerpo de Jisung se tensara de inmediato. Se escondió mejor bajo la tela y apretó más fuerte el violín contra el pecho. El miedo le hizo cosquillas en el estómago.
—Sus padres han preparado una fiesta en su honor en el salón del primer piso. ¿No quiere bajar a saludar a los invitados?
—Esos no son mis padres —balbuceó Jisung con voz ahogada. Como un frágil cristal a punto de chocar contra el suelo y romperse en miles de esquirlas, pero la criada alcanzó a escucharlo.
—Lo sé, muchacho —suspiró—. Sé que echa de menos a su madre, pero los señores Bang se han molestado en decorar la mansión para usted. Han venido de todos los rincones de Elkiia para festejar su decimotercer cumpleaños, ¿no tiene curiosidad por saber qué le han preparado?
Jisung negó con la cabeza bajo las sábanas.
—El señor Bang incluso le ha comprado un regalo —añadió.
—No quiero ningún regalo.
—¿Seguro? No le diga que se lo he contado, pero hace semanas le encargó a los Kim un violín del famoso lutier de las Tierras de Shepard.
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Acordes de una perfidia ┃minsung
Fanfiction➽ Jisung es un violinista atormentado y consumido por el odio hacia su familia y Minho es un extraño individuo que asalta el balcón en donde toca a la luna cada madrugada. Y, aunque Jisung no debería ser capaz de verlo, sus miradas se encuentran y...