Succubus |Rhea Ripley|

XXIII

La madrugada cálida era bastante refrescante, Vayne se encontraba caminando por los alrededores de aquella zona residencial, no podía conciliar el sueño y lo primero que pensó fue salir a dar una caminata, tenía sus manos en los bolsillos de su pantalón, el viento movía su larga y sedosa cabellera con suavidad, mientras que miraba cada casa con atención, le era relajante el silencio de la noche, junto al sonido de las hojas de los arboles moverse con el viento y los faros de luces siendo la única iluminación en aquella acera.
Un suspiro cargado de estrés y fastidio escapó de sus labios, sabía que pronto aquel ente desconocido volvería a aparecer en cualquier momento y siendo honesta con ella misma, no sentía que podría ganarle tan fácilmente, si bien había demostrado tener mucha más fuerza y resistencia él era más rápido y escurridizo que ella, se le haría muy difícil alcanzarlo o darle un golpe sin que le adelante y la derribe primero, necesitaba aprender a combatir y ser tan rápida como solía serlo.

—Me voy a odiar por esto pero necesito la ayuda de Fergal —Murmuró entre dientes mientras apretaba sus puños con fuerza.

Si había algo que detestara era tener que dejar su orgullo de lado y volver a interactuar tanto con aquel irlandés de ojos verdes le causaba un malestar en su tan preciado orgullo y el rencor que le tenía guardado.

— ¿Enserio piensas llamar a ese mequetrefe y no a mi? —Vayne detuvo su caminata y se giró inmediatamente al reconocer la grave y tenebrosa voz del demonio irlandés — ¡Vengo en paz!... —Sonrió burlón mientras exclamaba al ver como Vayne se mostraba amenazante ante él —Antes de que me saltes encima y me entierres las garras en el pecho —Vayne lo fulminaba con la mirada atenta ante cualquier movimiento sospechoso, dudaba de las intenciones del demonio pero le convenía tenerlo de su lado —Digo, si fuera en otro contexto no me molestaría en lo absoluto o incluso si fuera en la espalda pero dudo que lo hagas —Bálor paso su lengua por sus labios mientras se acercaba lentamente a la súcubo que estaba más que molesta e irritada por aquellos comentarios.

—Púdrete —Trató de alejarse para irse de allí y dejar a aquel ente fastidioso que tenía enfrente, pero este se le adelantó materializándose detrás de ella, haciendo que chocara contra su torso musculoso.

—Si necesitabas de mi ayuda déjame decirte que no estas poniéndolo fácil —Murmuró en su oído con picardía, Vayne gruñó dando media vuelta nuevamente y tomando distancia.

—Necesito a Fergal, no a ti —Bálor carcajeó cínicamente mientras se cruzaba de brazos.

—Es lo mismo, nos necesitas a los dos —La miró a los ojos con burla sintiendo el odio y enojo por parte de aquellos brillantes ojos amarillos — ¡Somos un combo!, ¿o es que te olvidaste de ese pequeño detalle? —La fanfarronería de Finn estaba poniendo a Vayne bastante mal, tenía unas grandes ganas de mandarlo a la mierda y patearlo en los genitales, pero lo conocía bastante bien y sabría que no la dejaría en paz, al contrario, la seguiría hasta la casa de los Bennett y eso no sería buena idea.

No pondría a Demi en peligro, mucho menos contra Bálor.

—Eres demasiado molesto, no me sorprende el porqué Fergal es quien tiene el control mayormente —La súcubo le sonrió burlona mientras trataba de calmarse, tenía que pensar con la cabeza fría si no quería empezar una pelea entre ambos.

Bálor bufó sin inmutarse ante su comentario, dio unos cuantos pasos acercándose hacia Vayne y le sonrió con picardía —Eres mejor que eso Vayne —Canturreó mientras rodeaba a la súcubo mirándola de pies a cabeza, mientras Vayne no despegaba su vista ni un solo segundo de él —Pero como dije, no vine aquí a pelear y no vine a rogarte para que salgamos a cazar, conozco tu respuesta... —Se detuvo estando a su costado, acercando su rostro hasta su oreja lentamente —Aunque lo que hiciste anoche con esos jóvenes fue extremadamente sexy —Un escalofrío recorrió la espalda de la súcubo como si de agua fría se tratase, girándose para mirarlo con sorpresa y desagrado — ¿Qué?, ¿pensabas que te iba a dejar en paz por tres días? —Antes de que Vayne pudiera hacer algo, Finn la tomó con un solo brazo de la cadera, pegando su cuerpo contra el suyo y tomó su rostro con su otra mano, forzándola a verlo a los ojos —Cariño, tu y yo estaremos juntos hasta el fin de los tiempos, hasta que el infierno deje de existir y los ángeles nos purguen como si fuéramos plagas —Vayne trató de forcejear contra el demonio, pero solo lograba hacer que ejerciera aún más fuerza contra ella.