Succubus |Rhea Ripley|

XXVII

El adormecido cuerpo de la súcubo reposaba entre los brazos del irlandés, luego de una pelea interna el rey demonio volvió a la realidad, percatándose de que aquella súcubo había llorado tanto que se había quedado dormida, su rostro descansaba entre su cuello y su agarre se había vuelto débil. Con cuidado de despertarla, la cargó manteniendo la misma posición mientras aseguraba su agarre colocando sus manos en los muslos desnudos de la súcubo, caminando lenta y silenciosamente hasta la habitación correspondiente, podía sentir su respiración contra su piel y como la parte del hombro de su camiseta estaba húmeda, no pudo evitar recordar las veces en que ella había llorado por miedo a Bálor, refugiándose en Devitt siendo él su zona segura y confiable.
Abrió con cuidado la puerta y se encaminó manteniendo el mismo paso hasta llegar al borde de la cama, llevó una mano hasta la nuca de Vayne y apoyó su rodilla izquierda en la cama, Fergal dejó con cuidado el delicado cuerpo de Vayne sobre las acolchadas sábanas como si fuera un bebé, la situación le parecía tan surreal que pensaba que estaba soñando, cubrió su cuerpo con las sábanas y se quedó admirándola por un momento, mirando aquellas marcas que había ocultado bajo tatuajes y como su nariz se mantenía roja junto a sus ojos hinchados, acomodó un mechón de cabello que estaba a punto de colarse por su boca, ocasionando un gruñido de esta mientras se removía en la cama — ¿Fer... ? —Abrió lentamente los ojos encontrándose con el mencionado, apartó su mano delicadamente y bostezó —Ya fueron dos abrazos en un mismo día, tampoco te excedas —El irlandés soltó una pequeña risa y se sentó al borde de la cama junto a la súcubo.

—Deberías descansar —Vayne puso los ojos en blanco ante su recomendación.

—Eso estaba haciendo antes de que me manosearas la cara —Fergal carcajeó ante su comentario —... Rarito —Una pequeña sonrisa en sus labios.

—Entonces te dejo para que duermas, ogro —Fergal se levantó dispuesto a irse, sin embargo, algo en la mirada melancólica de la súcubo lo retuvo — ¿O quieres que me quede? —Sugirió, Vayne solo permaneció en silencio mientras se hacía a un lado tímidamente, el irlandés contuvo una risa mientras se acostaba a su lado —Todo estará bien Vayne... —La morena se acomodó en el regazo del irlandés, posando su mano sobre su pecho, el frío que emanaba el cuerpo de Fergal le hizo pensar que tal vez su tacto sobre aquella mortal no le causaría nada más que escalofríos.

¿Cómo pudo siquiera gustarle?

—Eso quiero pensar Fergal... —Susurró.

***

Monday Night Raw dio inicio, Rhea abrió el show con una promo sobre su rivalidad contra Charlotte Flair, ambas estaban llevándose al límite y todo daba paso a una lucha en Hell in a Cell, Vayne la miraba a través de la pantalla, si bien ambas habían mantenido esa distancia y frialdad mientras Vayne la maquilaba haciendo de su camerino un ambiente bastante tenso e incomodo, no podía evitar sentirse sola en aquel gran recinto lleno de superestrellas, de los cuales pocos podrían considerarse sus "amigos", Liv estaba ocupada ensayando su libreto junto a Finn y Damian estaba haciendo ejercicios, no quería empeorar su situación con la australiana por lo que decidió tomar cierta distancia de él, la canción de Charlotte Flair sonó por los altavoces interrumpiendo a Rhea quien solo la miraba con odio.
Vayne suspiró dando media vuelta y largándose de ahí, no quería seguir mirando la tv y honestamente solo quería hundirse en su propia miseria con una malteada, caminando algo distraída por sus pensamientos se chocó con un torso, levantó la mirada algo apenada y no podría decir si fue suerte o desgracia, pero una hermosa cabellera rubia y ojos azules la miraban desde arriba.

—Disculpa, estaba algo distraído, ¿estás bien? —Sus expresiones, su voz... Todo era exactamente igual.

—Si... La verdad tampoco iba mirando —Soltó una risa nerviosa tomando algo de distancia.