capitulo 57

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febrero, 2019.
Rusia (en algún lado de Moscú).

Han pasado creo que tres semanas desde que llegamos de la luna de miel y este lugar es un puto congelador.

Antonio está de viaje y regresa mañana, fue a New York y como le dije no me he metido ni he querido indagar pero le pedí que me trajera a Clau ya que hablar por vídeo llamada lo odio.

Estoy adelante en la empresa y solo le he pedido ayuda Antonio dos veces. Me siento orgullosa de mi ya que poco a poco voy entendiendo todo.

Massimo por otro lado está en la casa y es como si no estuviera, pasa la mañana haciendo sus tareas del colegio y la tarde entrenando. Me pidió que no me metiera pero se me hace difícil cada que lo veo lastimando sin embargo no hago nada y he lo he curado ya cinco veces con la de anoche. No abandona para nada el taller ya que tampoco duerme pero no me meto.

He discutido con Antonio por eso pero el simplemente me folla como si eso me quitara la preocupación.

Bueno si lo hace, momentáneamente pero lo hace.

Últimamente estoy mas necesitada y ando húmeda siempre cosa que a él no le molesta.

Ahora estoy aquí en una fila para comprar hamburguesas y papas fritas en McDonald's. Creo que es mi nueva obsesión junto con el helado y dulces adoro el dulce en estos momentos.

Anderson y Smith están a mi lado respirando hondo ante el fastidio.

- ¿Por qué se tardan tanto? - pregunto sacando la paleta de mi boca señalando con ella la cajera.

- Yo también quisiera saber lo mismo señora - Habla Smith - ¿Y si sacamos las pistolas para que se muevan? - Le pregunta Anderson que se encoje de hombros.

- No pueden hacer eso - ambos resoplan - Saldré en primera plana - Me rio - ¿Se imaginan?

- La multimillonaria y empresaria Isabella Bernocchi ha utilizado un arma de fuego contra las personas de McDonald's por estar muerta de hambre - Habla Smith y lo golpeo.

- No estoy muerta de hambre - Digo y bufa.

- Y yo no quiero dormir - me rio.

Avanzamos y cuando llego a la cajera pido 5 hamburguesas con papas, en realidad pido cuatro raciones de papas para mí y al final otra hamburguesa, refresco y nos sentamos todos. No recuerdo los nombres de los dos nuevos.

Llega nuestro pedido y comenzamos a comer en silencio.

Mi celular suena y uno de los nuevos me lo pasa, sonrío al ver el nombre de mi esposo.

- Holaa - Digo entusiasmada tomando refresco.

- Hola Bambola - Responde y siento una sonrisa - ¿Qué haces?

- Comiendo - digo con simpleza - Desde que te fuiste he llenado mi tristeza con comida.

- Comprendo, quiero verte - hago un puchero tomando una papa - ¿Tu no?

- Claro que síi, estoy contando las horas para que llegues mi amor.

- Mas te vale ¿Qué hiciste hoy?

Unstable. [Libro 1 > Saga Bernocchi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora