capitulo 11

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1 de octubre, 2018.
Time Square.

No quiero levantarme jamás de esta cama pero siento ácido en mi estómago.

Nunca había tenido tanta hambre en mi vida. Comienzo a dar vueltas en la cama yéndome de bruces.

- Carajo - digo en voz baja.

El cuarto está tan oscuro que lo único que se ve con luz es la que entra por debajo de la puerta.

Escucho voces afuera que se intensifican sin embargo el idioma que hablan no lo entiendo bien, creo que es ruso o alemán no sé. Me levanto rápidamente asustada cuando escucho como se estrella algo contra la pared, deduzco que lo que se partió fue algo de vidrio.

Paso las manos por mi cara tratando de orientarme y todo lo que estaba apagado por el alcohol recobra vida.

No entiendo muchas cosas, la primera es por qué anoche me dijo para traerme a mi hotel y se vino directamente a donde el se hospeda que casualmente es donde me hospedo yo. ¿Por qué me conoce? ¿Por qué no quiso tocarme? ¿Es qué tan mal me veía? ¿Será eso?

Recuerdo mejor lo que pasó anoche y claro.. estaba borracha.

Todo está en silencio, escucho pasos y como la puerta se cierra, me siento en la cama y comienzo a buscar mi celular que no lo veo por la falta de iluminación.

- Joder - Me levanto y voy hacia el baño, prendo la luz, no veo como prender las demás luces aunque con esa luz puedo buscar más o menos por todo el cuarto el celular.

Lo busco y busco sin encontrar nada, tanteo por la cama y no está.

Me vuelvo a sentar en la cama confundida, no estoy loca, anoche lo tenía hasta le envié un mensaje a las muchachas, nada de lo que pasó anoche es mentira o un sueño el que esté en la habitación es prueba suficiente de que no caí en la locura.

Vuelvo a escuchar pasos pero estos vienen hacia la habitación, abren la puerta con cuidado y lo único que hago a tiempo record es volverme hacer la dormida.

Entran, cierran la puerta se acercan a la cama y su olor llega a mi nariz, abre una de las cortinas dándole la luz que le faltaba a la habitación, siento como el colchón se hunde a mi espalda y como respira hondo.

- Se que no estás dormida - dice y creo que jamás me cansaría de escuchar su voz tan exquisita.

Saco mi cabeza y me volteo hacia el, es tan... No, no lo diré.

- Disculpa - Digo pausadamente y mi garganta arde por lo seca que está.

- ¿Tienes hambre? - Pregunta acercándose a mi, no le quito la mirada ni un segundo, su respiración se une con la mía.

Asiento como respuesta, debo oler asqueroso y estar toda pálida así que me limito a responder así. Se levanta y me tiende su mano en una clara invitación.

Agarro su mano levantándome dejando mis piernas a su vista ya que a pesar que la sudadera es tan grande solo tapa hasta el comienzo de mis glúteos, su mirada baja y sonriente se acerca un poco más a mi.

- Eres muy linda Isabella - toca un mechón de mi cabello y con mucha delicadeza lo coloca detrás de mi oreja - O solo te ves linda por lo que cargas puesto.

Ríe de su propio chiste haciendo que yo abra la boca lista para responder pero rápidamente me besa, dejo que lo haga ya que sinceramente me encanta sus besos.

Sus labios se compaginan perfectamente con los míos, chupa mi labio inferior mientras sus manos a mis muslos toman movimiento, se aleja cuando siente que mi respiración se agota y coloca su frente contra la mía respirando como si le costara, como si el estuviera más afectado que yo.

Unstable. [Libro 1 > Saga Bernocchi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora