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El vuelo había sido tan rápido como un abrir y cerrar de ojos. Sin poder comprender la magnitud del problema.
Todo lo que alguna vez considero real, solo fue creado para un beneficio y aunque su corazón ardía en llamas, no podía dejar de pensar en Javier. Considerando incluso si este alguna vez la amó de verdad, ¿o aquello era parte de la farsa que este había inventado.
No podía sentirse más prisionera, custodiada de ambos lados del auto para no escapar. Sintiendo incluso, las miradas de aquellos hombres, tratando de evitar que esta hiciera algo que atentara contra su seguridad. Murphy y Carrillo hablaban de vez en cuando, primordialmente en monosílabos, logrando desquiciar a Lina en segundos.
Nunca le gustó ser el centro de atención, aquello lo detestaba y estar ahí, en medio del ojo del huracán, solo le provocaba náuseas y malestares.
— El departamento de la DEA de Estados Unidos descubrió que Catalina García se encontraba con vida. Mis informantes mencionan que recibieron una llamada anónima de una mujer, desde Laredo Texas — aquello hizo que Lina centrara su vista en la mujer que hablaba — Lamentamos todo lo sucedido ahí — expresó mientras se acercaba a ella y quitaba las esposas — debíamos seguir los protocolos — ¿Cómo te encuentras, Lina? Soy la embajadora Noonan — escuchar su nombre en otra boca, le resultaba tan descabellante, como el hecho de que esta no fuera trasladada a una prisión — A diferencia de Estados Unidos. Nosotros queremos hacer algo diferente, aquí. Y tú puedes sernos de mucha ayuda, Catalina.
" Lorraine " pensó.
— ¿Cómo podría ayudarles? — Preguntó antes de examinar cada rostro en la habitación.
La inquietud y temor corrían por su cuerpo, como si este le previniera con anticipación.
— Estuviste vinculada fuertemente con Pablo, eso nos da la ventaja que necesitamos — Lina sonrió ligeramente, agradecía que la mujer no la catalogara como la amante de este — Creenos, Catalina, eres la pieza fundamental para nuestra operación. Y no sabes cuánto ansiabamos que por fin despertaras.
La puerta se abrió de golpe, llamando la atención de todo.
— Lina... — esta cerró los ojos al escuchar su voz y antes de abrirlos, Javier se encontraba justo enfrente de ella — ¿Estás bien? — preguntó acariciando su mejilla, aquello en otro momento, hubiera derretido el corazón de esta, sin embargo, las caricias de este parecían ya no producir el mismo efecto, o al menos, intentaba ocultarlo.
