𝟯𝟴. 𝗖𝗨𝗘𝗡𝗧𝗔 𝗥𝗘𝗚𝗥𝗘𝗦𝗜𝗩𝗔

355 54 5
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

A veces la vida te pone en la misma situación para ver si has aprendido algo de ella

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

A veces la vida te pone en la misma situación para ver si has aprendido algo de ella. Y Lina lo sabía.

Podía escuchar las voces de Steve y Carrillo y una decena de policías.

— ¡No lo entiendes, maldita sea! — expresó Steve con enfado — ¡Lo teníamos rodeado. No debí dejar solo a Javier!.

Todo parecía ir en pausa, sus sentidos, sus propios latidos. La agonía y el temor le hacían una mala jugada, Connie no pudo evitar sentir compasión por la chica.

— Mandaremos al bloque de búsqueda. Ellos encontrarán a Javier — comentó Carrillo, disponiéndose a tomar su radio.

— Hacerlo, solo causará más guerra. Él me quiere a mi, a nadie más. Déjenme ir — sabía que aquello era una locura, una demasiado grande como para llevarlo a cabo.

Steve negó con la cabeza repetidas veces

— Sé dónde está Pablo — mencionó antes de mirarlo a los ojos.

Ambos hombres la miraron sorprendidos mientras Steve la tomaba del rostro. Lo que menos deseaba era que Lina tuviera un brote nervioso ante la crisis que atravesaban.

— No te dejaremos ir solo así, ya tienen a Javier, tenerte a ti, sería la gloria.

— Por favor, Steve — imploró la chica — Pablo se encuentra en mi antiguo hogar, donde vivía con mis padres cuando era pequeña — mintió. Steve y Carrillo murmuraban por lo bajo antes de que el pelinegro se alejara con un grupo armado.
Steve la miró por unos momentos, antes de consolarla.

Lina se sentía culpable por mentir pero sabía cada una de las jugadas de Pablo y ver a un agente o policía, solo aseguraría la muerte de Javier.

— Ve con Connie — esta asintió, dejando sola al rubio antes de perderse entre los pasillos.

Aunque Steve no lo dijera, se sentía culpable. Él había propuesto separarse para abarcar terreno pero no contaban con que Pablo los esperaría con explosivos.

Replanteándose cuán peligroso era para su esposa e hija.
Podía comprender la agonía que Lina sufría. Toda su vida, esta se había visto envuelta en desgracia tras desgracia y Javier era lo único que la mantenía cuerda.

𝙏𝙃𝙀 𝘿𝙀𝙑𝙄𝙇 ── 𝘑𝘈𝘝𝘐𝘌𝘙 𝘗𝘌Ñ𝘈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora