𝟯𝟲. 𝗦𝗧𝗘𝗩𝗘 𝗬 𝗝𝗔𝗩𝗜𝗘𝗥

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Javier se sentía culpable por el leve tono morado en la mejilla de Lina

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Javier se sentía culpable por el leve tono morado en la mejilla de Lina. A pesar de que este era casi inexistente, no podía evitar sentir remordimiento por haber puesto a Lina en aquella situación.

— Me alegra saber que has mejorado — mencionó este mientras la abrazaba con delicadeza. Lina sonrió, apoyando su cabeza en el pecho del pelinegro.

— Es perturbador mirar a Javier así — interrumpió Steve aquel momento mientras Connie y Lina lo miraban confundidas — Enamorado — aquello ocasionó que Javier rodara los ojos y ambas mujeres rieran.

— Acompáñame, inútil. Debemos traer la cena — mencionó el peligro, besando rápidamente la cabeza de Lina antes de levantarse y adentrarse a su hogar.

— ¿Cómo te sientes? — Preguntó Connie mientras era acompañada por los sonidos de Isabel. Lina rió ante la pequeña antes de mirarla.

No podía negarlo, el nerviosismo parecía brotar de cada uno de sus poros, volviéndolo incluso, algo sufrible.

— No lo sé — confesó. Ni siquiera podía entender cómo aquella simple pregunta jugaba cruelmente con sus emociones. Connie se acercó a esta al mirar ligeras lágrimas acumularse en sus ojos, repartiendo caricias a modo de consuelo — Solo quiero que todo esto termine y que Pablo por fin pague todo lo que hizo — la rubia asintió.

— Como dice Steve, es realmente extraño mirar a Javier de esta manera. Es la primera vez que lo veo sin tantas preocupaciones y feliz  — ambas miraron a través de la ventana, a Javier y Steve conviviendo en la cocina — tú le haces feliz — tal vez fueron las miradas de ambas, que Javier alzó la suya, en busca de los ojos de Lina, este sonrió ampliamente al poder mirarla.

— Quiero que todo sea mejor — confesó — Javier me hace feliz. Y aunque ambos hicimos cosas de lo que no estamos orgullosos, lo hicimos porque lo creíamos correcto — esta suspiró centrando su vista en Connie — Quiero una vida con Javier — la rubia sonrió antes sus palabras — pero sé que, mientras Pablo esté libre, siempre habrá algo que nos separará.

Connie sintió compasión por esta, envolviéndola entre sus brazos, de una forma protectora.

— A veces pienso que Javier apareció en mi vida para enseñarme algo; y estoy segura que es el amor.

𝙏𝙃𝙀 𝘿𝙀𝙑𝙄𝙇 ── 𝘑𝘈𝘝𝘐𝘌𝘙 𝘗𝘌Ñ𝘈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora