• Nuestra amor se elevó, ante sus hechizante alas.
✁ Te siento tan mío..
Él ha manifestado el inicio del acto sexual, pero una pequeña sorpresa se dio esta noche, Can va bajando lentamente por su cuerpo, hasta llegar a la parte baja de su abdomen y toma entre sus dientes el cierre de su pantalón, para luego ir bajándolo lentamente.
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¿Cariño que haces?,. preguntó al verlo inclinarse hasta sentir que unos labios, estaban humedeciendo su miembro.
– ¡Quiero sentirlo con mi boca!, responde a Tin; ... Pero, tú nunca lo has hecho, y no deseo forzarte a nada que no desees.
– ¡Yo quiero..! - responde. ¡Déjame! - hoy quiero complacer también a mi chico.
–¿¡Estás seguro!? .- Pero no hubo respuesta a esto, Can ya estaba engullendo una vez más el miembro dentro de su boca, pero la succión era muy lenta, era su primera vez y no quiera decepcionarlo.
En su mente hubo un pícaro juego de palabras. – "Este pene, es el que me hace sentir bien, porque es de mi amado Tin; – ¡No debo temer! – si es Tin, ¡puedo soportarlo!– si es de Tin, ¡puedo lograrlo! – porque es mi loco amante, y si este pene es quien me hará gemir de placer para darme felicidad, entonces yo quiero tenerlo dentro de mí, esta noche".
- ¡Ya cariño, suficiente, no te apures!
Pero Can continuaba, mientras que Tin solo le hablaba, sintiendo la excitación que ya estaba provocando en él.
¡No te esfuerces, tú no estas acostumbrado, déjame a mi!.
– Tin logra levantarlo del piso, sorbe un poco de champagne y empieza a bañar el cuerpo desnudo de su amante, que yace sobre la cama; Recuerdan su primer encuentro en la casona vieja, ellos se miraron – y esta vez la corpulencia de su fornido miembro, se exhibe a plenitud. Su cuerpo desnudo se muestra a él, para el deleite de sus ojos. Tin observó al manosear la redondez de sus glúteos, la suavidad de su piel; Para dar rienda suelta a la placida sensación de lamer con quietud, cada centímetro de ellos. – Una vez más sus manos juguetean al tocar sus delgados pechos, y sus labios volvieron a capturar sus tetillas y en movimientos circulares las besa una y otra vez.
¡Están tibias, me agrada!...
¡Tin, se gentil por favor!. Susurró al sentir que su gran momento acaba de llegar. - Sus besos bordean su clavícula y mordisquean sus orejas, para susurrarle: ¡Todo tú, me vuelves loco!. y no temas, seré muy cuidadoso.
Los besos humedecen su cuerpo, sus emociones están a flor de piel, el champagne, sigue siendo tomado de boca en boca por ambos, y a Tin no se le pudo ocurrir una mejor idea, que comer uvas juntos;
La uva se comparte al mordisquear, al pasar sobre los labios de ambos, una a una, hasta volver a la boca del amante que incita el juego. Luego es llevada por Tin a la boca de Can, la cual es lamida y mordisqueada, y la mitad es arrancada por Tin, al robar un profundo beso.
