Señales de fuego.

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 Decidiste olvidar todo aquello que un dia nos juramos.  Me has condenado a un mundo oscuro, al negarme tu amor.

▪️Un fantasmal adiós.

  Ae, creo que debes ir a ver a Pete. Llamó mientras estabas con el comandante, no lo sentí muy bien. Temo que algo le esté sucediendo y no se atreva a decirnos nada.

¡Es cierto! –– revisé mi teléfono y tengo varias llamadas perdidas de él. Pero, aún me preocupa dejarte sólo con Can. Suent esta libre, y presiento que algo malo pueda tramar.

  ¡Estaremos bien! –– Si pudo resistir el infarto, entonces todo lo demás, lo haré yo por él.

   ¡Esta bien! –– Sonrió Ae, viendo cómo era la primera vez que ambos sostenían una conversación, sin agredirse mutuamente.

  Tin. –– Aún no salgo de mi asombró, es siniestro lo que pensaban hacer con Can, comprometer su vida a tal grado de darle una paternidad no deseada.

¡Si, concuerdo contigo!, es muy vil el desear imponerle una responsabilidad de tal índole, a una persona que no está consciente de nada de lo que ocurre en su entorno.
––comentó Tin.

  A pesar de ser aún nosotros muy jóvenes, le ofrecí vivir juntos. –– Quiero que acabe la universidad, se logré como profesional y que también viva su propia individualidad. Pero, después de eso, deseo tenerlo las 24 hrs, solo para mí.

  No pienso aun en hijos, creo que lidiar con él, es más que suficiente. ––Además, no podríamos tener  tiempo para ambos.
¡Quiero todo de él!.

–– Sentir su compañía, acariciarlo mientras duerme, oler su suave fragancia a limón, y verlo siempre sonreír.

  Definitivamente–– ¡no hay tiempo para niños!

-¡Oye! - Estás apresurando todo. Can es un niño, en el cuerpo de un adolescente; Tendrás que terminar de educarlo, vestirlo y darle de comer. Si eso, no es tener a un niño en casa, entonces, ¡que es! - sonrió a medida que iba hablando.

  ¡No Ae! ––No es un niño.
¡Es un hombre, mi chico, mi esposa! ––La persona por la cuál pienso esperar, el tiempo que sea necesario, y estar realmente con él. Y luego...

  ¡Hacerlo mío!

––No pensé que realmente sería mi meta final. Pero, no de la forma en que lo pensé desde un principio, ahora es más en un sentido de pertenencia, y a la vez espiritual.

Debo demostrarle a su madre, que puedo hacerme cargo de él. ––Lograr que vuelva a ser el mismo chico impetuoso, aguerrido y atolondrado de siempre.

  ¡Mi pequeño tonto!.. Esbozó una sonrisa al pensarlo.

  Ae observa a Tin, sus ojos mantienen un brillo especial, parecen dos luceros que se conectan ante un solo resplandor.. ¡Amor, fue la clave! - pensó Ae, para lograr un gran cambio en Tin.

¡Ya es tarde! –– Pete debe estar esperándome, me voy.
–– ¡Mantenme informado!.

  Son casi las once de la noche, Ae llama a Pete, le comunica que acaba de llegar y que estaba muy apenado de no verlo.

  ¡No te disculpes!, respondé. ––Pero no puedo verte esta noche, mi madre llamó y quiere que hoy le haga compañía. Creo que ha vuelto a deprimirse.

  Pero, no te he visto casi todo el día. -exclamó.- Por lo menos déjame llevarte de regreso a tu casa

––¡No, no hace falta!. El chófer acaba de llegar. Pero, me gustaría decirte que estoy muy feliz, por Tin y Can. Las cosas han logrado resolverse a su favor, y solo quiero que ambos sean felices.

EN  BUSCA DEL DESTINODonde viven las historias. Descúbrelo ahora