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Gala

Soy una persona muy tranquila. Sí que tengo mis impulsos de empezar a hacer cosas enérgicamente, pero por lo general, soy la persona menos activa que existe. Me paso los días escribiendo. ¿El qué? Os preguntaréis. Soy escritora. No soy famosa ni nada, pero tengo varios libros escritos y publicados. Mi sueño es que alguno de aquellos consiga un bestseller, o, una adaptación a la gran pantalla. Y estaba escribiendo pacíficamente una de mis escenas cliché favoritas, hasta que mi puerta fue brutalmente aporreada.

-Que susto, joder.

-¡Necesito urgentemente tu ayuda! -lloriquea Estela, una de mis mejores amigas.

-¿Qué pasa?

-Lina me ha dejado plantada y ahora ya no tengo con quien ir al GP... -oh, no. Formula 1 no.

-No.

-¡Por favor! Eres mi única esperanza.

-Joder, Estela...

-Te gustará, te encantan los coches, vengaaa.

-Bueno... vale.

-¡Gracias, gracias, gracias! -me abraza-. Esta tarde te lo paso todo, nos vamos el lunes.

-E-eso es pasado mañana...

-¿Ah, sí? Oh. Bueno, te veo pasado mañana -sonríe tan campante, y se pira.

Pues nada, me iba a... ni puta idea, a ver a unos en coches que... ni puta idea de NADA. Vaya encerrona me ha hecho la hija de puta.

•••

-¡Corre, que perdemos el vuelo a Austria! -se me olvidaba mencionar que ella ganaba una millonada. ¿Como? Nadie lo sabe... yo voto por que es narco.

-Mira... me cago en tu puta vida. QUE YO NO HAGO DEPORTE, ¡ME AHOGO, HOSTIA!

-Qué pena -al final llegamos cinco minutos antes a la puerta de embarque-. ¿Sabes? Tengo un par de pases para ir a las entrevistas de después de las carreras. Yyyy... ¡vamos a ir a todas las carreras! -a ella le ilusiona la idea, y a mi...-. No me mires así, seguro que te inspiras y todo.

-Claro... escena sexual en el coche. No te jode.

-Es un poco difícil en uno de fórmula uno, y sino, pregúntale a Hamilton... -se ríe.

-¿Ese es el de la lata de la Monster del otro día?

-Pues sí. ¿Le pones cara?

-Sí, está buenísimo.

-Pf, nada en comparación con el Smooth Operator.

-Cada una y sus gustos.

-Ya me dirás cuándo lo veas -parecía que me hablaba en otro idioma, porque cada referencia que hace, no la entiendo.

Llegamos a Austria, era precioso. Y las calles estaban muy coloridas, no precisamente por los edificios... Sino por la gente. Verde, azul, rojo... Había bastante rojo. Rojo Ferrari.

-Vale, ¿y ahora qué?

-Ahora al hotel, tía. No vamos a pasear las maletas por toda Austria.

-Puees venga.

-Y luego, al Red Bull Ring. Comemos y nos vamos, que eso empieza a las tres de la tarde.

Asentí. Que pereza.

-Y recuerda, ni Aston Martin, ni McLaren, y ni se te ocurra apoyar a Red Bull. Ferrari. Somos de Ferrari.

-Que siii.

-Bien -sonríe.

El hotel era bonito, y bueno. Y la habitación... guau. La comida por suerte era una gran fantasía, creo que si comía más, reventaba.

𝒕𝒖, 𝒚𝒐, 𝒚 𝒐𝒕𝒓𝒐𝒔 𝒄𝒊𝒓𝒄𝒖𝒊𝒕𝒐𝒔 𝒑𝒐𝒓 𝒅𝒆𝒔𝒄𝒖𝒃𝒓𝒊𝒓 [FIN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora