23

41 2 0
                                    

Gala

Por la noche cuando llegaron mis padres me lancé a mi padre pasando totalmente de mi madre. Solo sabía sacar lo malo y estaba harta. Me abrazó fuerte.

-Hola, cariño... Así que Carlos Sainz, ¿eh?

-Me hace muy feliz, papá.

-Me alegro mucho por ti, mi amor.

-¡Y tengo más de cien mil euros en libros vendidos!

-¡Y más que tendrás! Seguro que sí -me sonríe orgulloso.

Amaba a mi padre con el alma. Mi madre simplemente me miraba neutral.

-Al menos si a ti te va mal, él tiene dinero.

-Amanda, ¿qué manía tienes de pisotear las ilusiones de la niña?

Yo la miro expectante.

-¿De qué hablas? Tampoco es que le vaya a ir muy bien como escritora.

-Pues a J.K. Rowling le ha ido de puta madre, no sé de qué hablas tú tampoco -se mete mi hermana.

-Tengo libros vendidos por toda España, y me están pidiendo la segunda parte... muy mal no me está yendo. En poco empezaré con las firmas.

-Eso es temporal, buscate un trabajo para toda la vida.

-El que es bueno para algo ahora, lo es para toda la vida. Háztelo mirar, esto de ir diciendo estás cosas, me estás cansando... ¡Son nuestras hijas! ¡Las dos!

Arrastré a mi hermana pequeña a mi habitación y nos quedamos ahí. Cuando nuestros padres discuten... parece la segunda guerra mundial.

-Te lo juro, que a veces gracias a mamá, mandaría todo a la mierda. Parece que todo lo que hago y mis logros no los valora -una lágrima escapó de mis ojos.

-Yo sí... de hecho, algunas compañeras de trabajo mías se compraron tu libro y les encanta.

-Sé que gusta, pero parece que nada vale la pena.

Por eso no me gustaba venir a Madrid. Yo estaba feliz fuera hasta que llegué.

-Me sabe mal por ti... papá y yo ya no sabemos qué hacer.

-Tranquila... Me voy a ir de casa.

-Bien qué harás.

Asentí y mi hermana se quedó un rato más consolándome y luego se fue a dormir. Yo me quedé sola mirando el móvil y puse en una nota de Instagram "ni cinco horas en mi casa y ya estoy llorando. Harta." De alguna manera me tendré que desahogar. Charles respondió casi al momento.

-¿Estás bien?

-Supongo.

-¿Qué te pasa, peque?

-Problemas familiares, cari.

-Joder...

-Es lo que hay.

-¿Qué hora es por allí?

-Las... -miro la hora-. Las diez de la noche. Ni he cenado.

-Cena.

-Tengo el estómago cerrado.

-Come, te encontrarás mal después.

-Estoy bien.

-¿Segura?

-Sí.

-Ojala pudiera estar allí para ayudarte, enana.

-Ya... -suspiro-. Hazme videollamada.

𝒕𝒖, 𝒚𝒐, 𝒚 𝒐𝒕𝒓𝒐𝒔 𝒄𝒊𝒓𝒄𝒖𝒊𝒕𝒐𝒔 𝒑𝒐𝒓 𝒅𝒆𝒔𝒄𝒖𝒃𝒓𝒊𝒓 [FIN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora