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Gala

Charles estuvo esos dos días a mi lado, ni me dejó sola ni un segundo. Era el amor de mi vida en amigo. Cuando se tuvo que marchar lloré mucho, lo necesitaba y ahora me quedaba sola otra vez, porque a casa de mi padre no me atrevía a ir. Recibí una llamada cuando llegué al coche, Carlos. Se la cogí.

Hola... ¿Podemos hablar? No fui bueno contigo la última vez.

–Mehebesadocontumejoramigo.

–¿Qué? Repite, repite, no te he entendido.

–Charles y yo nos hemos besado.

–... Ah. Vale. Ehm... b-bueno.

–Supongo que lo siento.

–Entiendo... solo quería pedirte disculpas por el daño que te hice.

–Vale, no te perdono.

–Entonces... ¿Hasta aquí?

–Carlos, me han pasado muchas cosas esta semana, y tengo que digerir muchas cosas, no sé qué decirte.

–... Vale. Solo quiero que sepas que te amo, y que siempre tendrás la puerta abierta a mi corazón. Si necesitas algo puedes llamarme, de verdad que no me he arrepentido nunca tanto de lo que he dicho. De verdad... que yo no quería perderte, yo... –empezó a costarle hablar–. Joder. D-déjalo, me lo merezco...

–... Me ha dicho Charles que vas a venir, hablamos en persona mejor.

–Iba a venir, solo si quieres verme.

–Sí, estas cosas no se hablan por teléfono. Solo podremos vernos tres días, me voy a Croacia.

–No importa, es exactamente el tiempo que me dan libre. Ehm... te quiero. No. Te amo.

–Yo también, Carlos. Dime cosas cuando estés por Madrid.

Carlos

El corazón me iba a mil, me iba a poner a llorar a cualquier momento. Necesitaba verla. Esto no podía acabar así. No me lo iba a perdonar nunca. Es el amor de mi vida.

Dijo que se iría a Croacia, ¿para qué? Seguro que el tonto de Charles lo sabe. Ay, Charles, que se ha besado con mi novia. ¡Joder, qué rabia! En cuanto lo vi llegar, lo agarré del cuello de la camiseta.

–¡¿Por qué?! –él puso las manos en mi pecho.

–¡Oye, oye, oye! ¡Calmate! Dios... casi me matas, joder. Mira, yo la besé, sin querer, la besé en la mejilla, se giró, y me besó en los labios, ¡y ella lo siguió! Puedes no creerme pero así fue. Y otra cosa te digo, ¡YA ESTÁS MOVIENDO EL CULO PARA AYUDARLA PORQUE SI YO NO HE PODIDO ES TU TRABAJO! Ella iba a besarme otra vez y pensé en ti, cabrón. No me digas que soy esto o lo otro si no sabes lo que voy a hacer a la hora de la verdad, Sainz –Sainz. Jo-der...

–N-no sé qué decir. Lo siento, Charles.

–Da igual, soy tan imbécil que no me importa, sé lo loco que te vuelve el amor... mira, te digo... vete cuanto antes. Está realmente jodida.

–Eso te quería preguntar. ¿Qué le pasa?

–Se le ha venido el mundo encima... su madre no es su madre, se ha quedado "sin ti" y tiene un cacao mental tremendo.

–Hostias.

–Ayúdala... me rompe verla así.

–Lo intentaré en cuanto vaya.

–Vale.

Necesitaba estar ya con ella. Besarla, abrazarla... En cuanto me dieron mis días libres, me fui directo a Madrid. Ni siquiera la avisé, simplemente fui. Ahora sí que la llamé, porque no tenía vehículo.

𝒕𝒖, 𝒚𝒐, 𝒚 𝒐𝒕𝒓𝒐𝒔 𝒄𝒊𝒓𝒄𝒖𝒊𝒕𝒐𝒔 𝒑𝒐𝒓 𝒅𝒆𝒔𝒄𝒖𝒃𝒓𝒊𝒓 [FIN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora