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Carlos

No sabía para qué quería mi mano y donde quería ir, pero al ver en el balcón del segundo piso que estaba nevando ya lo supe. Que bonito.

–¿Bajamos a jugar? –me convierto en un niño pequeño en determinadas situaciones.

–¡SÍ! –corrió escaleras abajo. Veo que somos iguales en ese sentido.

Corrí detrás de ella, salimos, y me tropecé, cayendo de lleno sobre la nieve.

–Al menos está blandito.

Ella sonrió de mala manera. Oh, no. Bomba. Se tiró sobre mí.

–¡LOCA…!

–Loco túúú.

Me reí. La vi coger nieve para posteriormente estamparla en mi cara y ella salir corriendo. El jardín era enorme.

–EH, VEN AQUÍ –iba a vengarme con un trozo enorme de nieve.

–¡No! Lo sientooo –se estampó contra la pared, ya no había más por donde ir.

–Juder, ¿estás bien? –me estaba costando no reírme.

–Sí, si no me he hecho daño –me mira.

–Pos toma –le di con una bola de nieve.

–Ayy… está fría.

–No jodas, yo pensaba que quemaba.

–Bofff –se limpia con mi camiseta pegándome más ella.

–Oyeee –me aparto riendo–. Ala, pues quedatela –me la quité en un movimiento rápido y se la lancé.

–Te vas a congelar.

–No sería la primera vez.

–Tengo frío, ven –tira de mí pegándome a ella y me abraza.

–¿Qué? ¿Estás a gusto?

–No, tu pecho pincha.

–Pues te jodes.

–Es broma, estoy bien.

–Vale.

A nuestro alrededor seguía nevando. Me estaba congelando.

–Oye, ¿y si entramos…?

Vale que me hagan bañarme con agua fría para aumentar la resistencia, pero esto…

–Mej… –estornuda– mejor que sí.

–Vamos –la agarré por debajo de los muslos, la subí a mi hombro, y me la llevé para dentro. La dejé en el sofá y ella rápidamente se tapó con la manta peludita que había–. Suelta mi camiseta.

–Ay, sí –la dejó en el respaldo, y yo me la volví a poner. Me senté a su lado. Dejó caer su cabeza en mi hombro, yo la miro, y rodeo mi brazo en ella. Es cómodo estar así. Cálido. Hogar, paz…

–No te pasa que tienes que ducharte pero te da pereza.

–Bufff… sí.

–¿Cenamos fuera?

–¿Y si pedimos una pizza? Yo ahora no me muevo…

–Uuuhhh, sí.

–Pues arreglado… –me volvió a sonar el móvil–. Voy a bloquear a Charles.

–Habla con él, yo me voy a dar un baño.

–Vale…

Se fue después de dedicarme una sonrisa y yo atendí el móvil.

𝒕𝒖, 𝒚𝒐, 𝒚 𝒐𝒕𝒓𝒐𝒔 𝒄𝒊𝒓𝒄𝒖𝒊𝒕𝒐𝒔 𝒑𝒐𝒓 𝒅𝒆𝒔𝒄𝒖𝒃𝒓𝒊𝒓 [FIN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora