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Gala

Cuando aterrizamos no volví a ver a Carlos, así que me fui con Estela a la habitación del hotel. Creo que ya no lo iba a ver hasta después de la carrera de mañana, y yo, no aguantaba tanto sin saber de él. Quería verlo, besarlo… ¿Y si lo llamaba? Tenía su número. Lo pensé, y preferí darle su espacio. Tampoco éramos nada para estar reclamando su atención. También tenía que estar con sus amigos, claro. Ya lo vería mañana. Yo ahora creo que intentaría dormir, eran casi las cuatro de la mañana.

Hi, lady –Hamilton. No tienes más mujeres por el mundo, no…

Helloo.

–¿Qué haces?

–Nada.

–No te vi en el avión, ¿venías a Canadá?

–Sí, estoy.

–Ah, vale. Espero verte en la carrera, aunque vayas con Ferrari ;).

–Estaré :).

–❤️.

Por la cara.

Muak.

Se desconectó, y yo me quedé pensando en lo que dijo Lando. Seguro que solo quería un polvo… Dejé el móvil y me tumbé. Tenía sueño. Tal vez me debería pasar el día durmiendo. Viajar cansa, y mucho.

No sabía qué hora era, pero me desperté porque alguien me aporreaba la puerta. Era Estela. Me decía que llegábamos tarde a las carreras y que me diera prisa. Me cago en mi vida.

–SON LAS DOS Y MEDIA DE LA TARDE, CORRE. QUE ESO EMPIEZA A LAS TRES.

–QUE SÍÍÍÍ. VOY.

Me puse un vestido rojo y la chaqueta de Ferrari, hacía un frío allí… corrimos hasta el primer taxi que vimos.

–Menos diez, corre.

Nos pusimos a correr, encontramos sitio de milagro.

–Buff… lo siento.

–No importa, hemos llegado.

–Qué suerte hemos tenido.

–Sí…

–Venga, cinco minutos.

–Ya se están colocando…

–Sííí.

–Ya te vas aprendiendo, ¿no? Esta es la de práctica, la de mañana eliminatorias y la del siguiente día, es el premio.

–Yes yes.

–Bieeen.

Me senté a esperar, hasta que se encendieron las cinco luces y los pilotos empezaron a correr. Mi amiga y yo chillamos. Por suerte, la carrera de hoy no era "importante", no eliminaban a nadie…

No podía esperar a que acabasen e ir a abrazar a Carlos. Ay, mi 55… Acabó en quinto puesto, y cuando acabó todo, fui corriendo a verlo. Me costó encontrarlo con tanta gente. Me estiró de entre la gente, y tras ponernos detrás de las vallas de rejilla que hay, me abrazó fuerte. Me lo como, es monísimo.

–Hola, ricitos –sonríe.

–Holaa.

–Antes de empezar no te veía, qué susto me has dado…

–Mira… vaya mierda. Casi pierdo el avión, y casi llegamos tarde. Que desastre.

–Te pasa por organizarte mal.

–No. Me pasa porque me he quedado dormida.

–Peor me lo pones –se ríe.

–Es que resulta que ayer me dormí más tarde por estar con alguien.

𝒕𝒖, 𝒚𝒐, 𝒚 𝒐𝒕𝒓𝒐𝒔 𝒄𝒊𝒓𝒄𝒖𝒊𝒕𝒐𝒔 𝒑𝒐𝒓 𝒅𝒆𝒔𝒄𝒖𝒃𝒓𝒊𝒓 [FIN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora