𝒕𝒖, 𝒚𝒐, 𝒚 𝒐𝒕𝒓𝒐𝒔 𝒄𝒊𝒓𝒄𝒖𝒊𝒕𝒐𝒔 𝒑𝒐𝒓 𝒅𝒆𝒔𝒄𝒖𝒃𝒓𝒊𝒓 [FIN]

10

Carlos

Era una mujer asombrosa, me dejaba sin palabras. Más cuando esos ojos azules se quedaban mirando los míos. Me quedaba hipnotizado con esos ojos. Comimos en silencio, uno lleno de miradas, miradas que decían muchas cosas.

-¿Puedes dejar de mirarme así? -me dice ella.

-¿Así como?

-Y yo que sé...

No sabía muy bien cómo la estaba mirando, pero la estaba poniendo histérica.

-Tan intenso.

-¿Intenso?

-Sí -apartó la mirada con una risa nerviosa y bebió de la copa.

-Pues no sé qué hago... -reí.

Se encoge de hombros mirándome de nuevo y deja la copa en la mesa para empezar con el postre.

-Tienes unos ojos preciosos.

-Tú también. Y la mirada ya... ni hablamos.

-¿Qué mirada?

-Vete a la mierda.

-Anda, gracias.

-Nada.

Se come un cacho de tarta, y se le me manchan los labios, los cuales se limpia con la lengua. Qué vicio. CARLOS, BASTA. Me centré en mi postre, tengo que dejar de ser tan guarro mentalmente.

-Voy al baño.

-Vale.

Mientras ella se va, yo me acabo el postre, y justo cuando ella, viene a los cinco minutos pido la cuenta.

-Ella ya ha pagado.

La miro, y la fulmino con la mirada. La mato. LA-MA-TO.

-Ups -se guarda la cartera en el bolso.

-Te mato.

-¿A pollazos?

No hay emoticono que describa mi cara ahora mismo.

-Es broma. Creo que las copas me han hecho un poco de efecto.

-Qué copas si solo te has tomado tres.

-Pues a mi me sube.

-Ya me jodería... -me reí.

-Vámonos anda, es tarde ya.

-Vámonos.

Nos levantamos y nos despedimos, y volvimos a mi coche. Me miraba mientras conducía, me ponía nervioso. Y ella lo sabia. Lo hacia aposta.

-¿Puedes parar?

-No hago nada.

-Me estás mirando, es como si quisieras comerme con la mirada.

-Solo me gusta ver a los hombres conducir.

-Para eso ya tienes las carreras para que las repitas todas las veces que quieras... -dios, qué tensión.

-Me gusta ver a los hombres conducir coches en primer plano, en las carreras no lo vivo desde dentro.

-Pues mira, te presento a mi padre para que te lleve de copiloto en el rally... -ironicé.

-No, gracias.

Me reí. Esta chica es de lo que no hay. Cuando llegamos al hotel, aparqué y la acompañé hasta la puerta de su habitación.

-Bueno, buenas noches, ricitos.

-Esto... ¿quieres tomar la última en la habitación? no comparto habitación con Estela, así que estoy sola.