33

33 2 0
                                    

Carlos

Aquí hay algo que me chirría, y no sé lo que es. Y no me gusta nada. Yo sé que hay algo aquí que no tiene que ser así, porque es mi novia. No quiero desconfiar. Es decir, sí, no me acuerdo de ella ni de lo que sentía, pero cuando tu amigo tiene novia no miras a esa con esos ojitos. Será cabrito.

Gala

Charles estaba a mi lado siempre, dándome la mano, detrás de mí, algún abrazo... es un chico adorable. Me cuida de todo. Había empezado a llevarme más con otra gente. Russell, Max, Lando, Daniel... Carlos estaba ahí, pero no era lo mismo. No me recordaba. Seguía todo igual. Y yo me deprimía, y se me quitaban las ganas de estar con él, y no quería.

-KI KI KI, RRRRRA -Daniel hacía eso cada vez que me quedaba mirando a un punto fijo, me reía.

-Dios...

-¿Qué piensas?

-En qué estoy perdiendo la ilusión.

-¿Sobre qué...? -se acercó a mí.

-Carlos.

-Oh. Bueno, te entiendo... no te recuerda. No quiero ser yo quien te lo diga, pero creo que deberías ir buscando otra cosa si el asunto sigue así.

-Ya...

-¿Estás bien?

-Supongo.

-¿Quieres un abrazo?

-¿Tuyo? Claro.

Me abrazó sonriendo. Es un sol de hombre, le estaba cogiendo un cariño increíble.

-¡Yo también quiero! -se metió Lando.

-Pues veeeen.

No tardó nada en meterse entre nuestros brazos. Ya no eran unos simples pilotos que conducían coches y yo veía por la tele, se habían convertido en mi nueva familia. Y no podía estar más feliz por ello.

-¿Vuelves a estar depre por lo de Carlos? -me mira Lando.

-Sí.

-¿Nos vamos de fiesta? -me sonríe.

-Nos vamos.

Y allí nos fuimos en la noche. La panda de siempre. Charles, Max, Dani, Russell, Lando. Los seis contra el mundo. Dani y yo nos fuimos a bailar, mientras que otros se quedaban en la mesa hablando y guardando las cosas. Era el alma de la fiesta, igual que yo. Ninguno de los dos tenía vergüenza, y nos lo pasábamos de miedo juntos.

-Te vas a caer si sigues estirandome de esta manera, e iré yo detrás.

-Que nooo.

Y al final, él tuvo razón. Acabamos los dos en el suelo. Pero nos dio igual, nos reíamos y eso era lo importante.

-Te lo diiije -se ríe intentando levantarse, pero sus carcajadas le quitaban las fuerzas.

-¡Deja de reírte y quítate de encima mío!

-¡NO PUEDO! -se partía el culo.

-Dios mio, pesas un quintal.

-Puro músculo, nena -me guiña un ojo, todo desde la comedia. Acabó levantándose, y yo junto a él por un estirón de su parte. Y en nada volví a ponerme a saltar y bailar.

-¡BESOOOO! -chilló Max, estaba borracho, no se lo tomé en cuenta, hasta que Lando le siguió el rollo. Porque él sí que estaba sobrio.

-Que beso ni que beso.

-Por dios... -Dani solo trataba de mantener una sonrisa, pero la vergüenza le podía.

-Bah, ni caso.

𝒕𝒖, 𝒚𝒐, 𝒚 𝒐𝒕𝒓𝒐𝒔 𝒄𝒊𝒓𝒄𝒖𝒊𝒕𝒐𝒔 𝒑𝒐𝒓 𝒅𝒆𝒔𝒄𝒖𝒃𝒓𝒊𝒓 [FIN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora