15

62 3 0
                                    

Gala

Cuando llegamos a la casita recogimos todo. Nos daba pena irnos. Pusimos las maletas en el coche y volvimos a arrancar para casa. Eran las ocho, porque nos habíamos quedado vagueando en la casa. Y volveríamos aún más tarde.

-Mañana por la tarde para Canadá, ¿no?

-Sí.

-Qué pereza.

-Y me lo dirás tú...

Me encojo de hombros y me acomodo en el asiento cerrando los ojos. Él mientras, iba conduciendo como le daba la gana, como si él hubiera puesto las normas de tráfico. Noté su mano en mi rodilla y sonreí.

-Si conduzco como yo lo hago llegamos en tres horas y media o menos.

Asentí sin decir nada, estaba casi dormida. Y me dormí, estuve dormida medio viaje, hasta que empecé a oír el ruido de la ciudad. Miré por la ventana y luego lo miré a él, estaba concentrado conduciendo.

-Hola.

-Hola -sonríe.

-Que sueño... -bostecé.

-Si has dormido dos horas y media.

-¿Tú cuando te levantas después de haber dormido no tienes sueño?

-No sé, no me da tiempo de literalmente nada y ni siesta duermo, así que...

-Pues ya sabemos que hacer en tus vacaciones.

-Exactamente. Por un día que puedo...

-¿Vienes a mi habitación? -sonreí.

-Te acompaño y me voy, me tengo que ir pronto.

-Si tienes la mañana libre. Quédate a dormir conmigo...

-... No me pongas esos ojos.

-Bueno, perdón por querer dormir contigo.

-Mira me quedo, pero si luego no estoy en la cama, no te quejes.

-No, tú te quedas.

-Vaaaale...

-Bieeen.

-Nos queda poco.

Asentí. Y cerré los ojos un rato más, porque literalmente no iba a esperar a llegar para dormirme otra vez. Además, con lo cómodo que era el coche... Te absorbía. Solo sé que hemos llegado porque noté los brazos de Carlos cogiéndome en brazos. ¿Puede ser más mono? No, no puede. Me llevó hasta la habitación, creo que me dejó en su habitación, porque lo oí discutir en susurros con supongo que Charles.

-Callaos un mes.

-Perdón.

-¿Qué hago en tu habitación?

-No tenía las llaves de la tuya, y como este se pira con otra...

-Aaahhh. Bueno, pues si se pira, aquí me quedo. Para que me voy a mover -los miro.

-Eso, eso, adiós -dice Charles y se va.

Carlos se quitó la chaqueta y se tumbó a mi lado.

-¿Me puedo quitar la ropa?

-Ehhh... vale.

Me quité la ropa quedando en un tanga azul cielo y me tumbé boca abajo. Él me observaba tranquilamente. Me encantaba la mirada que tenía. Era como si estuviera contemplando un cielo estrellado. Una sonrisa tímida se presentó en mis labios y giré la cabeza con vergüenza. Noté su mano en mi espalda, dando caricias. Mi piel se erizó ante su tacto, hacía mucho que no sentía cosas como esto. Volví a mirarlo y en sus ojos había un brillo, uno bonito, junto con su preciosa sonrisa, que aunque fuera tímida como la mía, me transmitía cosas muy bonitas.

𝒕𝒖, 𝒚𝒐, 𝒚 𝒐𝒕𝒓𝒐𝒔 𝒄𝒊𝒓𝒄𝒖𝒊𝒕𝒐𝒔 𝒑𝒐𝒓 𝒅𝒆𝒔𝒄𝒖𝒃𝒓𝒊𝒓 [FIN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora