𝒕𝒖, 𝒚𝒐, 𝒚 𝒐𝒕𝒓𝒐𝒔 𝒄𝒊𝒓𝒄𝒖𝒊𝒕𝒐𝒔 𝒑𝒐𝒓 𝒅𝒆𝒔𝒄𝒖𝒃𝒓𝒊𝒓 [FIN]

3

Gala

Nos volvimos al hotel y una vez en la cama no me moví.

-Mañana cogemos el vuelo a la siguiente, que sino no llegaremos. Nos vamos a Franciaaa. ¿Sabes quién es francés? Pierre Gasly.
Quedó último... -se ríe-. Pobrecito.
Es mono, mira -me lo enseñó en su móvil.

-Ay, sí.

-Pues mira, igual te ligas a Carlos Sainz.

-Que estoy bien así, no quiero ligar con nadie.

-Pues bien que te ha pedido que le firmes el libro en cuanto te ha visto.

-¿Qué tendrá que ver?

-Y yo que sé, es para convencerte de tus capacidades. Eres guapa, estás buena y tienes unos ojazos, cualquier tío se rompería el cuello para mirarte.

-Sí, bueno... pero a mi ese tío no me gusta.

-A ti te gusta Hamilton. Qué es un creído y un gilipollas. Parece brasileño tanto poner cuernos.

-No me gusta, me parece atractivo.

-Lo mismo es.

-Si tu lo dices.

-Los españoles le chillamos: Ese inglés, hijoputa es -simuló unos coros susurrando-. Un día nos hizo un corte de manga. Tengo foto de eso -se ríe y se va a sus favoritos, enseñándomela-. Y está el vídeo.

-Por dios...

-Lo que no teníamos idea fue de cómo lo entendió, supongo que porque Fernando, Carlos y Checo se estaban partiendo el culo.

-Puede ser... ¿Salimos o algo?

-SÍ.

A ambas nos encantaba salir y bailar hasta el amanecer. A media noche, cuando ambas estábamos bailando sin parar, mi móvil empezó a sonar, era mi madre. Joder, no me iba a dejar en paz nunca.

-Tía, ahora vengo -suspiro.

-¿Qué pasa? ¿Vuelve a ser tu madre?

-Sí, hija, sí. Ahora vengo.

Ella asiente y yo salgo.

-Hola.

-Qué seca... deberías estar contentísima. Venía a darte una noticia.

-¿Qué?

-Mira las ventas de tus libros.

-Ahora no puedo, estoy de fiesta.

-Pues tú misma, borde. A ver cuando dejas de beber, que cuando llegues a mi edad se te caerán las tetas...

-Sí te metes en tus asuntos y me dejas en paz te lo agradecería.

-Desagradecida... encima que te llamo. ¿Por qué no eres más como tu hermana? Ella no se regala al primero que pasa.

Ah, sí. La beata de Gemma, dios...

-Ella prefiere desperdiciar su aburrida vida y yo prefiero pasármelo bien.

-Ajam... Bueno, adiós. A ver cuándo maduras -me colgó.

Pegué un chillido de rabia que todos lo que se encontraban fumando me miraron con los abiertos. Volví a ir adentro, volviéndome a encontrar con Estela y su gin tonic.

-¿Qué? ¿Lo de siempre?

-Lo de siempre...

-¡Chupitos por aquí, lo más fuerte que tenga! -el barman nos sonrió.

-Espera, voy al baño que me meo.

-"Exlamó la dulce princesa".

Ella se ríe y yo me voy corriendo, con la mala suerte que me comí el pecho de alguien.

-Ay... ¡perdón!

-Bájale una marcha... -se ríe.

-Sí, iba escopetada -reí también.

-¿Estás bien? -cuando me fijé en su cara, eh no... no es posible. Ya decía yo que sonaba británico.

-Sí.

-Bueno, yo ya te dejo pasar que me esperan -pasó de largo con una sonrisa, Hamilton, me tiembla todo.

-¡Espera!

Se gira para mirarme extrañado, y vuelve a acercarse.

-Eh... ¿me puedo sacar una foto contigo?

-Claro.

Busqué mi móvil, y... mierda. Me lo había dejado donde mi amiga.

-... ¿Quieres que la hagamos con el mío y luego te la paso?

-¡SÍ!

Y así pasó, puso su brazo por mis hombros pegandome un poco a él, y sacó la foto.

-Ya me dirás tus redes para pasártela.

-Claro, apunta.

Se pasó al Instagram y puso el buscador. Le di mi nombre de usuario y enseguida me siguió. Me pasó la fotografía por los mensajes directos, y luego me mira.

-Escritora -asiento-. ¿Qué escribes?

-Romance erotico.

Alza las cejas.

-Oh.

-Je...

-Interensante -le llegó un mensaje y frunce el ceño-. Bueno, me tengo que ir. Un placer.

-Sí, sí. Claro, igualmente.

Se piró, y en cuanto estuve en el baño, chillé. Lewis Hamilton. Delante de mi puta cara. Dios, estaba en puto shock. Volví con mi amiga poco después, quién estaba mareando la copa mientras me esperaba.

-Te ha llegado un mensaje.

-Mira de quien es -sonreí.

Estela encendió mi móvil y vio en la pantalla de bloqueo el mensaje. Abrió la boca instantáneamente.

-ESTÁS DE COÑA... NO.

-SÍ.

-Dios... El inglés hijoputa.

Me reí. Qué chavala.

-Hubiera preferido que te encontrases a su compañero antes que a él. Aunque los dos me caen como una patada en el culo, pero bueno... Ahora es cuando están detrás y nos han oído -se ríe, y se gira por si acaso-. Uf, no. Menos mal.

-Que gilipollas. Pide otra copita para las dos.

-O la botella si te apetece.

-¡Botellaaa!

Pedimos una botella de champagne y dos copas, y bebimos felizmente mientras hablábamos.

-Te acaba de llegar una notificación -señala mi móvil. Era mi manager.

-A saber que quiere.

Abrí el teléfono para ver los mensajes.

-Las ventas de tu último libro se han disparado, ¿qué coño has hecho?

-¿Yo? Nada.

-Pueees... Mira -me envió una captura.

-Guau...

-Este es tu salto a la fama, enhorabuena, Gala.

-Dios.

-¡MADRE MÍA! -chillé y salté con el móvil en la mano.

-¿Qué? ¿Qué pasa? -mi amiga me sostuvo.

-¡Casi un millón de ventas en menos de setenta y dos horas, Estela!

-¿En serio? GUAU, TE HACES FAMOSA -sonríe y me abraza saltando conmigo. Parecíamos dos retrasadas, pero éramos felices.

-Estoy cumpliendo un sueño.

-Me lo imagino.

Dos horas más tarde volvimos al hotel. Mañana teníamos un vuelo que coger.