22

40 3 0
                                    

Charles

Después de todo lo sufrido, saldría tercero para la carrera de hoy. Si ganaba, tenía claro que le iba a dedicar la victoria a ella, y que en cuanto pudiera, iría a buscarla y a achuchar su cuerpo en mis brazos. Carlos ahora se había vuelto un helicóptero, estaba todo el rato encima mía. Desde que le dije lo del impulso… no para quieto.

–¿Puedes parar?

–¿De qué?

–De seguirme a todos lados cuando estoy con tu novia.

–No me fío de lo que puedas hacer.

–¿Confías en tu novia?

–Sí, pero no en ti.

–Pos vale.

–Charles, que no me entere yo…

–Que no.

–Vale –se fue.

Suspiré y me fui a descansar un rato antes de la carrera. Me acordé que era la última que ella venía a vernos hasta a saber cuando, quería darlo todo. Iba a darlo todo. Tenía que ganar. Por ella, por mí, por todos. Porque Ferrari ganaba poco, y nos merecemos más victorias. No éramos malos corredores.

☆☆☆

Iba detrás de Verstappen y Pérez, y si hacía una buena salida, podía adelantar y mantener el puesto. En cuanto se encendieron las cinco luces pegué un acelerón, adelantando por la izquierda a Verstappen. La mejor salida que había hecho en años. O en toda mi carrera. Tenía que mantenerme en una buena posición si quería llegar al primer puesto. No era fácil, pero tampoco imposible. Carlos me intentaba seguir el ritmo, pero Checo lo presionaba, no le dejaba adelantar. En cambio yo, tenía a Max comiendome el culo. Por mis narices que no iba a adelantarme. Solo podía acelerar en las rectas, por lo que tenía que mantener una velocidad demasiado alta para mi coche solo para que el puto Red Bull de Verstappen no me llegue a la rueda.

A la última vuelta se notaba la tensión. Iba segundo. Tenía que adelantar. No podía ser que ganase siempre, no, hoy no.

–HOY NO, VERSTAPPEN –adelanté al último centímetro. Y…. ¡he ganado! No me lo creo. ¿De verdad había pasado? Estaba pasando. Estaba pasando de verdad. Verstappen era segundo, y Sainz tercero.

En cuanto pude, fui a abrazar a mi amigo. Estaba llorando de la emoción. ¡Que he ganado! Nos pusimos los dos a saltar como si estuviéramos en una discoteca.

–¡CHARLES!

Me giré viéndola a ella. Fui todo lo rápido que pude hasta que ella llegó a mí y se lanzó a mis brazos. La abracé con toda mi fuerza y me apresuré en quitarme el casco.

–¡¡Te lo dije!! –sonrió. ¿Estaba llorando? Sí, ella lloraba por mi victoria.

–No llores, preciosa, no llores… –la seguí abrazando fuerte.

–Me he emocionado, calla –me rodeó fuerte con sus piernas y brazos. La alcé conmigo, y sonreí.

–Hoy ha ganado Ferrari, Gala.

–Felicidadeeeess.

–Sí… –sonreí–. Gracias.

Se bajó de mis brazos y fue también a felicitar a su novio por el tercer puesto. Ojalá fuera tu para recibir los besos tan bonitos y dulces que te da, Carlos.

Gala

Había ganado. Mi mejor amigo había ganado. Estaba orgullosa de él.

–Enhorabuena a ti también, amor.

𝒕𝒖, 𝒚𝒐, 𝒚 𝒐𝒕𝒓𝒐𝒔 𝒄𝒊𝒓𝒄𝒖𝒊𝒕𝒐𝒔 𝒑𝒐𝒓 𝒅𝒆𝒔𝒄𝒖𝒃𝒓𝒊𝒓 [FIN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora