𝑯𝑼𝑵𝑻𝑬𝑹 𝑮𝑨𝑵𝑮 😎| 𝚡𝚒𝚔𝚎𝚛𝚜

𝟑𝟏: 𝑖'𝑙𝑙 𝑔𝑜 𝑤𝑖𝑡ℎ 𝑦𝑜𝑢

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Tricky House estaba en llamas. Los vecinos empezaban a formar una pequeña multitud en torno a la casa.

Se escuchaban sirenas a lo lejos. Alguien había llamado a los bomberos.

Las piernas de Hunter flaquearon cuando vio el fuego saliendo por las ventanas. ¿Cómo era posible que las llamas se hubieran extendido tan deprisa?

―¡MIN JAE! ―gritó a todo pulmón, histérico.

Hunter nunca había estado tan asustado en su vida, ni siquiera cuando vio a Yu Jun levitando o cuando tuvieron que saltar por la ventana de un tercer piso. La idea de que Min Jae muriera le parecía inconcebible, espantosa, imposible e irreal. Simplemente no podía permitirlo.

Hunter sabía que sólo era un niño, pero no le temía al fuego.

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―¡Chico, aléjate de ahí! ―gritó uno de los vecinos al ver a Hunter correr hacia la casa.

Pero Hunter continuó corriendo hacia la casa en llamas. "Conozco Tricky House mejor que los bomberos", pensó.

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En el interior de Tricky House el aire era prácticamente irrespirable. Sin embargo, Hunter no permitió que el humo le detuviera. Se cubrió la boca con el antebrazo y avanzó entre las llamas rumbo al living, esquivando ágilmente los escombros en llamas que caían por el camino.

No había rastro de Jin Sik.

Tampoco de Min Jae.

―¡CHICOS! ―gritó Hunter, desperdiciando el poco oxígeno que había en la estancia.

Nadie respondió. Aunque el crepitar de las llamas y el ruido que hacían los objetos consumidos por el fuego al caer estrepitosamente el suelo le dificultaban bastante la audición.

Hunter sabía que era probable que Min Jae se hubiera desmayado a causa del humo. Si no se daba prisa, lo mismo le sucedería a él. Sin embargo, no quería abandonar Tricky House sin su amigo. Estaba seguro de que se encontraba más cerca de lo que él imaginaba.

Hunter se dirigió a las escaleras. Estaba dispuesto a recorrer toda la casa, hasta donde el fuego y el humo se lo permitieran.

De pronto, escuchó una débil tos.

―¿Hola? ―exclamó, mirando en todas direcciones.

Entonces sus ojos vieron un bulto en el suelo, bajo la escalera, a pocos pasos de él. Reconoció inmediatamente la chaqueta de Min Jae.

Hunter corrió hasta allí y se arrodilló junto a él, preocupado.

Min Jae estaba hecho un ovillo en el suelo. Tenía el labio roto y el ojo en tinta debido a la pelea con Jin Sik y, además, una pequeña quemadura se extendía por su mejilla; también tenía quemaduras en las manos.

Hunter tomó a Min Jae en brazos y buscó una salida. Min Jae estaba al borde de la inconsciencia, pero se dio cuenta de que era Hunter quien lo cargaba.

―Tonto ―murmuró, rodeando el cuello de Hunter con el brazo a duras penas.

Hunter no lo escuchó. Estaba demasiado ocupado buscando una vía de escape. El camino por el que había llegado era intransitable por culpa del fuego.

―Lo siento ―murmuró, tosiendo. Los niveles de dióxido de carbono en su cuerpo eran cada vez más tóxicos para él.

Se disculpó porque se dio cuenta que no podría salir de la casa.

Estaban atrapados.

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Hunter miró a Min Jae, quien lucía más pequeño que de costumbre. ¿De verdad morirían allí? ¿De verdad no había nada que pudiera hacer para evitarlo?

Volvió a mirar en todas direcciones, sin esperanza.

Sin embargo, de pronto tuvo una idea.

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Jun Min había tomado el celular de Hunter para hablar con Hong Joong, quien le aseguró que iría para allá de inmediato. En cuanto terminó la llamada, corrió hacia la casa, imitando a sus compañeros, quienes habían seguido a Hunter.

Todos se habían aglomerado afuera de Tricky House. Hyun Woo acababa de llegar y abrazaba a Yu Jun; ambos lloraban desconsoladamente. Ye Chan también lloraba.

―Hunter no puede morirse ―dijo Su Min, negando con la cabeza, incapaz de creer lo que veía. Contenía las lágrimas con mucho esfuerzo.

Jun Min se acercó a Ye Chan y lo abrazó.

―¿Cómo pudo pasar esto? ―preguntó Ye Chan, aunque no esperaba una respuesta.

Jun Min estaba a punto de decirle unas palabras de consuelo cuando escuchó los gritos de asombro. Se separó de Ye Chan y miró hacia la casa.

―¿Qué rayos? ―inquirió, sobresaltado.

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Hunter había atravesado una ventana en llamas con Min Jae entre sus brazos. Ambos cayeron al suelo y rodaron sobre la acera, con pequeños focos de fuego en sus respectivas ropas; Hunter incluso tenía fuego en el cabello.

Justo en ese momento llegaron los bomberos y los socorrieron para evitar que el fuego se extendiera por sus cuerpos.

Hunter estaba tan aturdido que cuando los paramédicos intentaron separarlo de Min Jae casi perdió la cabeza.

―¡No se lo lleven! ―gritaba con voz ronca, al límite de sus fuerzas. No hubo más remedio que inyectarle un sedante―. No me separen de él, por favor ―susurró antes de que la droga hiciera efecto en su sistema.