𝟏𝟎𝟔: 𝑛𝑜 𝑚𝑒 𝑞𝑢𝑖𝑒𝑟𝑒𝑠 𝑑𝑒 𝑒𝑛𝑒𝑚𝑖𝑔𝑎

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Estaban rodeados por muertos vivientes. Intentar huir era una batalla perdida.

Chanty todavía no recuperaba el conocimiento y, con cada segundo que pasaba, el pulso de Jin Sik era más débil. El chico había perdido demasiada sangre, lo cual quedaba en evidencia al mirar las grandes manchas rojas en el vestido blanco de Belle.

Era difícil ser valiente en tales circunstancias, pero, a pesar de ello, ninguno de los allí presentes consideró la posibilidad de abandonar a los heridos.

Achara se sentía feliz. Había soñado durante años con vengarse de su hermano y por fin lo había logrado.

Sin embargo, cuando estaba a punto de clavar un alfiler en la cabeza del muñequito que correspondía a Jin Sik, este se convirtió en polvo entre sus manos. El resto de figuras que había diseñado corrieron la misma suerte, incluyendo aquella que había utilizado para manipular a Yu Jun.

De repente, se escuchó un chasquido y los zombis también desaparecieron, dejando como único rastro montoncitos de polvo sobre el suelo resquebrajado.

La hermana de Niran buscó la mirada de Kenny, confundida. Su cómplice se encogió de hombros, puesto que tampoco comprendía lo que acababa de suceder.

Niran fue el primero en ver a la chica de pelo negro que bajaba por las escaleras. La recién llegada se deslizó con sigilo hacia Achara.

Achara estaba de espaldas a las escaleras, así que no tuvo la oportunidad de ver a la desconocida, quien, en cuanto estuvo lo suficientemente cerca, golpeó a Achara en la cabeza con un jarrón. 

Achara cayó al suelo y los trozos del jarrón roto se dispersaron a su alrededor.

Maldita idiota ―dijo Katinka en español, enfadada―. La próxima vez piénsalo dos veces antes de intentar asesinar niños.

―Katinka ―gruñó Achara, adolorida. Se llevó una mano a la nuca y descubrió que estaba sangrando.

La chica intentó ponerse de pie, pero Katinka le dio un puñetazo en la nariz, enviándola de nuevo al suelo.

Kenny intentó intervenir, pero Ju Yeon lo noqueó antes de que pudiera acercarse a las chicas. El vampiro había llegado al mismo tiempo que Katinka, pero, al ver que ella tenía controlada la situación, se había abstenido de participar en la pelea.

―Te mataré ―amenazó Achara, mirando a Katinka con odio.

―Ya he escuchado eso antes ―replicó Katinka, sonriendo―, pero sigo aquí.

Entonces Seong Hwa entró en la estancia, en compañía de Yeo Sang y Min Gi.

―No pierdas tu tiempo con amenazas, niña. Katinka es inmortal, como nosotros ―sentenció Seong Hwa.

―Eh, Balboa, es hora de bajar del ring ―le dijo Min Gi a Katinka.

―¿Qué harán con este par de asesinos? ―inquirió Katinka, reacia a alejarse de Achara.

―Los llevaremos a un lugar del que nunca podrán escapar ―respondió Min Gi, sacando unas cadenas del bolsillo de su abrigo.

Las cadenas se movieron como serpientes hacia Achara y Kenny, amarrando sus muñecas y tobillos.


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―Oigan, chicos... ―murmuró Jin Sik, sorprendido, levantándose la camiseta. Su herida había desaparecido―. Esto es...

―Un milagro ―dijo Niran, completando la frase. Se arrodilló junto a él, lo abrazó y le dio un beso en la coronilla―. Tenía tanto miedo de perderte... ―admitió, escondiendo su rostro en el hombro de Jin Sik.

Ambos se abrazaban como si temieran que alguien fuera a intentar separarlos otra vez.

―No me importaba morir ―dijo Jin Sik, echándose a llorar―. Lo que más me preocupaba era que ella volviera a hacerte daño.

―Qué patético ―masculló Achara, haciendo una mueca de asco.

―¿Acaso quieres otro puñetazo? ―ofreció Katinka, alzando sus pequeños puños.

Ju Yeon, Yeo Sang y Seong Hwa tuvieron que esforzarse para contener la risa.

―¿Quién es Katinka? ―inquirió Belle, perpleja. Nunca había visto a aquella chica de piel pálida y rasgos delicados. 

―Una aliada ―respondió Ye Chan―. Me alegro de conocerla al fin.

Chanty también se había recuperado. Sin embargo, a pesar de que se encontraba perfectamente bien, Jun Min continuaba a su lado, preocupado de que volviera a desmayarse.


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―¿Noona? ―preguntó una voz desde la puerta de entrada.

Era Hunter. Junto a él estaba Min Jae y, detrás de ellos, venían Hong Joong, Woo Young y Yu Jun.

―Hola, Hunter ―saludó Katinka―. ¿Acaso olvidaste que detesto que me llamen "noona"?

Hunter sonrió. Luego fue directamente hacia ella y le dio un abrazo. Min Jae también se acercó para darle un abrazo. No habían tenido el tiempo suficiente para conocerla mejor, pero siempre estarían agradecidos por el apoyo que les había brindado en uno de los momentos más duros de sus vidas.

―¡Katinka es nuestra heroína! ―exclamó Ye Chan―. ¡Hip, hip, hurra!

―No celebres tanto, mocoso ―dijo Achara, resentida―. Monsieur Léopard los matará a todos.

Seong Hwa y Katinka se pusieron tensos al instante.

―La próxima vez que vea Monsieur Léopard, lo mataré ―sentenció Seong Hwa.

Katinka miró a Seong Hwa y entonces comprendió que, aunque era probable que nunca pudieran llevarse bien, siempre estarían en el mismo equipo. 


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En este capítulo hay algunos "cabos sueltos" que pretendo explicar mejor en el otro fanfic (el que se llama "Tinka"). Pero descuiden, no necesitan leerlo para poder continuar con esta historia.

¡Muchas gracias por leer! 💖💖💖

𝑯𝑼𝑵𝑻𝑬𝑹 𝑮𝑨𝑵𝑮 😎| 𝚡𝚒𝚔𝚎𝚛𝚜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora