Domingo, 24 de diciembre de 2006.
Una noche caminando por las inmensas calles de Camelot la conocí, era una dama muy atractiva, cuerpo atlético y una curva que habrían las delicias de cualquier mortal y harían perder la vida del inmortal más incautó. Me acerqué a ella por conocer su profesión, la saludé y ella me respondió, le pregunté a que se dedicaba y me respondió segura y firme que era una caza vampiros, en ese momento me recorrió un escalofrío por el cuerpo, ella da caza a los de mí raza como hacía yo desdé hace tiempo, le pregunté su motivación y me respondió que era divertido, que los vampiros teníamos habilidades que hacían de nuestra caza una delicia. Yo me perdí en la dulzura de sus palabras y la belleza de sus ojos, me deje seducir y comprendí su principal arma, la seducción.
Le pregunté por la caza de la noche y me respondió que ya llevaba dos, me sorprendió su fructífera caza, le respondí que a mí no me daría caza aunque ya estaba en sus redes sin saberlo, subestime sus habilidades así como su vida mortal, ella me respondió con tono orgulloso que no sabía nada de ella así que no la subestimase a la ligera. Le dije que no era rival para mí, yo poseía los poderes vampíricos más poderosos jamás conocidos, ella me reto a que se los enseñase, para ella era un juego, yo por aquel entonces trabajaba para la organización Hellsing por lo que los sellos de restricción me eran impuestos, ella me dijo que eran excusas, que temía enseñarle mis habilidades. Le comenté que las balas de plata no me hacían efecto y cortarme la cabeza no servía de nada, las cruces y el agua bendita tampoco. Le pregunté por sus armas y yo le insinúe que la primera de ella era la seducción, ella me respondió que era un vampiro inteligente, seguí mirándola y deleitándome por su belleza joven, era una chica de 19 años, tenía el cabello castaño con un peinado de cola que reposaba sobre su hombro, tenía unos grandes y preciosos ojos color miel, su estatura no superaba el metro setenta, tenía unas escalofriantes curvas y unas piernas de vértigo, su peso era ligero apenas de 60 kilos, tenía la piel blanca, pura como la nieve y suave como la seda, su vestimenta era algo provocativa, llevaba un top y una falda pequeña que no le cubría más arriba de las rodillas, con un amplió escoté enseñando su lustroso busto, del cinturón colgaban sus armas, una daga y una espada con extrañas inscripciones en su filo, de la espada le colgaba una ballesta.
Le respondí que no me sedujera que no quería morir, sabía lo que pasaría si me dejaba atraer por su pasión, mí destinó, la muerte, aunque sabía que no conseguiría matarme, me comentó que su último marido se suicidó, le respondí de manera filosófica de la diferencia entre el hombre insensato y sensato, el primero desea morir por una causa mientras que el segundo aspira vivir por ella, me alagó por mí inteligencia pero me dijo que su anterior marido era más inteligente y aún así cayó en sus encantos, se acercó a mí y me acarició la mejilla, después me dio un suave beso dejándome probrar la dulce miel de sus labios, yo me retiré y volví más tardé.
Me volví a cruzar con ella de casualidad la misma noche, le pregunté que si aún estaba de caza, ella me dijo que estaba trabajandose la mejor caza de la semana, yo curioso le pregunté de quién se trataba y ella me respondió que era yo, ella dio una vuelta a mi alrededor con movimientos felinos, observándome minuciosamente, se paro frente a mí y me miró a los ojos, después me dio un suave beso en los labios, le dije que formaríamos una extraña pareja pero que sus anteriores maridos eran vampiros, yo le dije que no tenía prisa por cruzar las puertas del infierno, me preguntó si confiaba en ella y le respondí que no era de mí condición confiar en los demás a lo que ella me respondió que era igual, me cojeó de la barbilla y me beso durante un largo rato los labios, me vuelve a preguntar si confió en ella, yo le respondí que no hay cadenas que me aten y ella me responde que las suyas sí, le dije que nuestra relación no sé si funcionaría, ella era mortal y yo inmortal pero ella me contestó que cuando muriera me fuera a buscarla al infierno como hicieron sus anteriores maridos, le propuse convertirse en una vampiresa pero me dijo que ya lo había sido y que no lo volvería a ser, odiaba a los de mí raza.
Me intrigó la causa por la cual le gusté y me respondió que por mis ideales, le pregunté lo que me diferencia de sus anteriores maridos y me respondió que había logrado descubrir su arma más letal, la seducción. Le insistí en el objetivó de sus intenciones, ella me dice que primero cazarme, después pasaría al siguiente nivel, le respondí que primero ataca mi corazón y después... le digo si me sería fiel pero que no era su naturaleza serlo, le comentó que estaba comprometido con una Ninfa Oscura pero que hacía muchísimo tiempo que no la veía por lo que el compromiso se habría roto, se acerca a mí y me da un apasionado beso, me acaricia la cara y me susurra, si no os interesó me lo decís, ella da media vuelta y se aleja, sin saber que hacer le digo ¡te amo! Ella se queda de piedra ante mis palabras, regresa a mí lado y me sorprendo de lo claro de mis palabras, yo sigo desconfiado de su profesión, me relata que ella no mata sino que su presas se suicidan por amor, yo me río y ella desenvaina su espada poniéndola en mí cuello, hablo con ella y su ímpetu para entablar un combate innecesario, ante mí insolencia ella dice que se marcha, esta harta de mí palabrería que no lleva a nada, tal vez esta decepcionada por no conseguir seducirme como a las otras presas, le preguntó que qué busca y me dice a alguien que no sea engañado por sus artimañas y que coja sus riendas, va de cama en cama buscando el amor que no encuentra, le comentó que busca en el lugar equivocado que en el placer no esta la solución, yo por guiarme por el he acabado mal y ella tenía una vida por delante, me dice que quiere conocerme mejor y conocer el sabor de mis besos, yo me niego porque ese estilo de vida no le conviene, le digo si cuando encuentre en hombre adecuado le sería fiel y me responde que sería una promesa sagrada, le digo si no pierde la esperanza de encontrarlo y me responde que no, ella sin decir más se marcha y yo me quedó esperandola hasta la próxima vez que nuestros caminos se crucen.
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El diario de Lord Alucard
VampireEsta es mí historia. Desde hace mas de 500 años todos me han conocido como: Vlad Tepes, Vlad Drăculea, Vlad el Empalador, Conde Drakul, Conde Drakula, soberano príncipe de Valaquia, pero en esta ocasión me conocerás como Lord Alucard, rey no vivo, a...